Un avance en ingeniería tisular facilita la reconstrucción vaginal
El seguimiento a largo plazo confirma el éxito de la ingeniería y la implantación de órganos procedentes de células epiteliales y musculares
Contexto
En algunas enfermedades o alteraciones, tales como los cánceres, las lesiones y las anomalías congénitas, se podría requerir la reconstrucción vaginal. Las técnicas de reconstrucción, en las que se utiliza tejido que no procede de la vagina, pueden asociarse con complicaciones. Se evaluó el uso de órganos vaginales artificiales en cuatro pacientes con aplasia vaginal causada por el síndrome de Mayer-Rokitansky-Küster-Hauser (MRKHS).
Métodos
Se invitó a participar a cuatro pacientes consecutivas que, durante un periodo de 3 años, presentaron aplasia vaginal congénita causada por MRKHS. La edad de las pacientes oscilaba entre los 13 y los 18 años. Se obtuvo una pieza de biopsia de tejido autógeno de la vulva de cada paciente. Se cultivaron y sembraron células epiteliales y musculares en soportes biodegradables. Se construyeron los órganos y se dejaron madurar en una estufa de incubación de un centro autorizado para fabricar tejido humano. Se utilizó un procedimiento perineal para implantar estos órganos mediante cirugía. Se registraron los datos de los antecedentes, la exploración física, la vaginoscopia, las biopsias de tejido en serie, las imágenes obtenidas por RM y los resultados de los cuestionarios autoadministrados sobre el índice de función sexual femenina, con un seguimiento de hasta 8 años.
Conclusiones
No se documentó ninguna complicación quirúrgica postoperatoria a largo plazo. En las biopsias en serie anuales se observó una estructura de tres capas, compuesta por una estructura tubular revestida de células epiteliales rodeada por una matriz y por músculo, y con componentes habitualmente presentes en el tejido vaginal. Con el análisis inmunohistoquímico se confirmó la presencia de epitelios y músculos lisos normales desde una perspectiva fenotípica. En las imágenes obtenidas por RM, que permitían apreciar la extensión de la aplasia vaginal anterior a la cirugía, se observaron los órganos artificiales y la ausencia de anomalías posteriores a la cirugía, lo que se confirmó con la vaginoscopia anual. Con un cuestionario validado y autoadministrado sobre el índice de función sexual femenina se observaron las variaciones en el intervalo normal de todas las áreas tratadas, tales como el deseo y la excitación sexual, la lubricación, el orgasmo, la satisfacción y las relaciones indoloras.
Interpretación
Los órganos vaginales, creados a partir de las propias células de las pacientes e implantados, mostraron variaciones estructurales y funcionales normales con un seguimiento de hasta 8 años. Este tipo de avances tecnológicos podrían ser útiles para las pacientes que requieren una reconstrucción vaginal.
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