El epigenoma del perro, útil en oncología humana

El grupo que dirige Manel Esteller en el Idibell ha caracterizado el epigenoma completo del perro y ha encontrado similitudes importantes con el humano.

Karla Islas pieck. Barcelona | karla.islas@diariomedico.com | 03/10/2014 00:00

Esteban Ballestar, Alejandro Vaquero y Manel Esteller, durante el B·Debate, en Barcelona. (Jaume Cosialls)

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El perro es uno de los pocos animales que presenta tumores de forma espontánea de modo similar a como sucede en el hombre. Esto hace pensar en la influencia que tienen los factores ambientales en el desarrollo de los diferentes tipos de cáncer, ya que muchas mascotas están expuestas a los mismos tóxicos y tienen hábitos similares a los de los humanos que habitan las ciudades. Un artículo que publica la revista Cancer Research aporta nuevos datos que postulan al perro como un modelo muy atractivo para el estudio de estas patologías en función de su epigenoma.

El estudio, encabezado por Manel Esteller, director del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer (PEBC) del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), ha caracterizado por primera vez el epigenoma del perro y ha podido comprobar las grandes similitudes que existen entre las alteraciones presentes en el cáncer de este animal y el humano.

La caracterización del epigenoma del perro ha permitido descubrir que las alteraciones que ocurren cuando aparece un tumor son similares a las que se presentan en humanos

Estos resultados se han presentado durante el B·Debate, una iniciativa impulsada por Biocat y la Obra Social La Caixa, que se ha dedicado al 50 aniversario de la descripción de la acetilación de las histonas, una de las principales marcas químicas del genoma.

Los investigadores caracterizaron el epigenoma en cada nucleótido del ADN de células caninas de la raza cocker spaniel e indujeron un cambio morfológico para conseguir que las células epiteliales pasaran a mesenquimales, que es algo similar a lo que sucede en la progresión del cáncer.
Posteriormente estudiaron los mismos genes que están alterados en el cáncer de mama humano y pudieron comprobar que en ambas especies se presentaban alteraciones importantes en la modulación de los genes, en las mismas regiones del ADN.

Esteller ha explicado a Diario Médico que estos resultados sugieren la conservación evolutiva de los mecanismos implicados en la transformación y consistencia de las células y tejidos humanos. Además de la utilidad en veterinaria que pueden tener estos hallazgos, contribuyen a reforzar la idea de que el perro es un modelo con un interés creciente para el estudio de enfermedades humanas. "Y no sólo del cáncer: también podría tener utilidad para estudiar otro tipo de patologías, como la diabetes".

Ahora, nuevos estudios buscan comprobar si es posible revertir el proceso por medio de fármacos epigenéticos. Esto podría abrir la puerta también a estudios orientados a intentar volver quimiosensibles tumores humanos que son quimiorresistentes.

Epigenética y patologías autoinmunes

Las alteraciones epigenéticas podrían desempeñar un papel importante en el desarrollo de algunas enfermedades genéticamente complejas, como las autoinmunes, según ha quedado de manifiesto durante el B·Debate, impulsado por Biocat y la Obra Social La Caixa, denominado 50 años de la acetilación de las histonas y coordinado por Alejandro Vaquero, investigador del Programa de Epigenética y Biología del Cáncer (PEBC) en el Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell). Cada vez hay más trabajos que investigan los cambios epigenéticos en diversas enfermedades autoinmunes, como el lupus, la artritis reumatoide, la esclerosis múltiple y la diabetes tipo 1, ha detallado Esteban Ballestar, responsable del grupo de enfermedad y cromatina en el PEBC. Estos científicos tienen en marcha un estudio europeo con más de 20 millones de euros de presupuesto encaminado a realizar un mapeo de las marcas epigenéticas en cohortes de pacientes con lupus eritematoso, artritis reumatoide y esclerodermia. El objetivo consiste en obtener la huella molecular de los pacientes para intentar entender los mecanismos que dan lugar a estas enfermedades. Además, uno de los objetivos en este campo consiste en poder diseñar fármacos epigenéticos específicos que actúen sobre alteraciones concretas. Esto podría tener potencial especialmente en los pacientes que presentan enfermedades de clínica ambigua y que pueden dar lugar a confusión o diagnósticos poco específicos. En oncología, un ejemplo son los fármacos de este tipo que se han diseñado para la leucemia y que actúan sobre las proteínas que están involucradas en la acetilación de histonas. Estas moléculas han mostrado tener menos efectos secundarios que otros tratamientos disponibles.