La urticaria crónica afecta al 0,5-1% de la población

Se ha celebrado el día de la urticaria para mejorar la sensibilidad de la sociedad, el abordaje de los profesionales y apoyar a los pacientes.

Isabel Gallardo Ponce. Madrid | igallardo@diariomedico.com | 01/10/2014 17:54

Jorge Soto, Joaquín Sastre y Meritxell Cortada, en la presentación en Madrid. (José Luis Pindado)

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Desesperación, frustración, vergüenza, aislamiento, ansiedad y depresión son algunos de los sentimientos que padecen los pacientes con urticaria crónica, según ha explicado Meritxell Cortada, presidenta de la Asociación de Afectados de Urticaria Crónica (AAUC), en la presentación del Día Mundial de la Urticaria Crónica, en Madrid.

La patología es un reto para el profesional, puesto que el diagnóstico y abordaje son complicados, y para el paciente, que ve muy afectada su calidad de vida

Su prevalencia está entre el 0,5-1 por ciento de la población, afecta a dos mujeres por cada hombre, y es más frecuente entre los 20 y los 40 años. Además, entre el 10 y el 20 por ciento de la población ha padecido un cuadro de urticaria a lo largo de su vida. Sin embargo, su forma crónica produce una afectación tal que se compara su efecto en la calidad de vida al de un paciente con enfermedad coronaria grave a los que se les ha realizado un bypassaortocoronario. Por eso desde la AAUC quieren lanzar un mensaje de esperanza a los pacientes y un reclamo a la sensibilidad de la sociedad.

Jorge Soto, jefe de Servicio de Dermatología de la Policlínica Guipúzcoa, de San Sebastián, y Joaquín Sastre, presidente electo de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), han hecho hincapié en la necesidad de elevar la concienciación de los facultativos para mejorar su diagnóstico y su abordaje. Según ha afirmado Sastre, "es una enfermedad bastante frecuente, ya que afecta al 1 por ciento de la población. Es desesperante para los pacientes y no muy bien conocida ni en atención primaria ni en pediatría por lo que tarda meses e incluso años en ser detectada", lo que implica que esté mal controlada y que se reduzca de forma importante la calida de vida.

Los pacientes tratan de buscar un desencadenante de la urticaria crónica y reducen o eliminan la ingesta de ciertos alimentos o la achacan al estrés y la ansiedad

Aunque en la mayoría de los casos el origen es desconocido, en el debut los pacientes buscan los factores que desencadenan los habones y la inflamación. "Por ello prescinden en la dieta de ciertos alimentos, lo achacan a situaciones de estrés o ansiedad, etc., comienza una búsqueda inútil y, como desgraciadamente la patología sigue su curso, se puede originar una inestabilidad emocional", ha apuntado Sastre.

Según ha explicado Cortada, no existe un tratamiento curativo, así que la terapia se pauta en función de los síntomas y del curso. Soto ha apuntado que la falta de soluciones definitivas resigna a pacientes y facultativos, a los primeros que dejan de acudir a las consultas, y a los segundos que prescriben dosis insuficientes de antihistamínicos clásicos. Por ello, según Soto, es aún más importante seguir los protocolos clínicos en el abordaje.

Según Sastre, la mayoría de los pacientes se controlan con antihistamínicos en dosis muy altas, otros con inmunosupresores. "Hace dos años se publicó un estudio con pacientes españoles refractarios al tratamiento a los que se les trató con omalizumab y se obtuvo un índice de respuesta de casi el 85 por ciento". Su indicación ya está aprobada en Europa y Estados Unidos.
Soto ha explicado que el mastocito, cuya rotura desencadena la patología, "es una de las dianas de investigación en urticaria, en procesos alérgicos y en muchísimas enfermedades heterogéneas, algunas autoinmunes, otras de la piel... El mastocito es el masterplayer de la inflamación".

La AAUC ha inaugurado la exposición Ponte en mi piel en la Fundación Jiménez Díaz, de Madrid, y en el Hospital del Mar, de Barcelona, para mostrar el día a día de los pacientes.

Otros datos de la patología

La urticaria crónica se caracteriza por la aparición continuada de lesiones en la piel en forma de habones o ronchas asociadas a picor, enrojecimiento e inflamación de la piel. La urticaria se produce por la liberación de la histamina, la cual ocasiona edema, hinchazón y picor.

No se conoce su causa, no es una alergia y no se contagia.

El 20 por ciento de los pacientes tienen alergia a ciertos antiinflamatorios, que pueden exacerbar la enfermedad.

La información al paciente se plantea como una intervención paralela, puesto que su conducta influye en los brotes o en la evolución de la patología. Se les aconseja evitar el estrés, el alcohol, el calor, el ejercicio intenso y rascarse.