CON LINFOCITOS T MODIFICADOS
La inmunoterapia ofrece esperanzas en el cáncer pancreático
Un experimento en el que se administra inmunoterapia a ratones con cáncer de páncreas concluye con muy buenos resultados. Es de esperar que en un año se inicien los estudios en pacientes.
Redacción | 29/10/2015 17:00
La inmunoterapia sola, sin quimioterapia ni radioterapia, prolongó la supervivencia de los animales con cáncer de páncreas en más del 75 por ciento. Los hallazgos se publican en Cancer Cell y son tan prometedores que darán pie a un ensayo el próximo año.
El estudio, dirigido por Sunil Hingorani y Phil Greenberg, de la División de Investigación Clínica del Centro del Cáncer Fred Hutchinson (Seattle), ha probado la inmunoterapia en ratones diseñados genéticamente para desarrollar tumores pancreáticos muy similares a los que aparecen en las personas.
El modelo murino utilizado ya ha funcionado como primer peldaño en otro estudio clínico con pacientes en fase avanzada de la enfermedad.
A diferencia de otros tumores, el de páncreas es capaz de sobrevivir al margen del aporte hematológico. Como consecuencia, la quimioterapia, que normalmente se administra a través del torrente sanguíneo, accede con dificultad al cáncer. Los tumores no sólo crecen bastante antes de que aparezcan síntomas clínicos, sino que además son propensos a generar metástasis en diferentes partes del organismo.
En este nuevo estudio, los investigadores han roto las paredes físicas e inmunológicas del tumor pancreático. Para ello, han reforzado el propio sistema inmunitario de los animales, favoreciendo así el ataque a las células tumorales. En concreto, han utilizado los linfocitos T murinos, que manipularon para que reconocieran y eliminaran a las células con mesotelina, un biomarcador específico de los tumores pancreáticos. Una vez modificadas, se introdujeron los linfocitos T en la sangre de los animales.
El modelo de ratón sufría tumores algo más agresivos que los humanos. Los animales que recibieron linfocitos T modificados para reconocer una proteína no implicada en el tumor sobrevivieron una media de 54 días después de que el cáncer pudiera detectarse. Los que recibieron los linfocitos T dirigidos a la mesotelina vivieron una media de 96 días, lo que supone un incremento del 78 por ciento.
En realidad los investigadores no esperaban que esa primera versión de la terapia con células T funcionase de forma tan rotunda en el cáncer de páncreas. Simplemente, tomaron estas células como un inicio de la investigación. Ahora, constituyen su principal línea de trabajo y ya han empezado a desarrollar una versión humana de linfocitos T que puedan reconocer a la mesotelina. Planean iniciar la fase I del ensayo clínico durante el próximo año.
"Podría ser el mejor tratamiento actual contra el cáncer de páncreas", dice Greenberg quien reconoce que tanto optimismo chirría "sin haber tratado aún a ningún paciente, pero la biología de lo que estamos haciendo es significativamente real y buena".
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