Un estudio realizado por investigadores del Hospital Clínico San Carlos con 1.000 mujeres gestantes sanas, publicado en Plos One, ha demostrado que la realización de una buena alimentación basada en la dieta mediterránea desde el principio de la gestación, reduce la aparición de diabetes gestacional y de eventos adversos que pueden afectar al embarazo, el parto y la salud de la madre y del recién nacido.
En este estudio del año 2016 han colaborado investigadores de los servicios de Obstetricia y Ginecología, Medicina Preventiva y Análisis Clínicos coordinados por el Servicio deEndocrinología y Nutrición, y se invitó a participar a todas las mujeres gestantes que acudieron a su primera visita gestacional, con anterioridad a semana 12 de gestación y que tenían unos niveles de glucemia rigurosamente normales.
Para su realización se distribuyeron a las 1.000 mujeres gestantes sanas en 2 grupos de 500. El grupo control recibió el tratamiento nutricional habitual, basado en la dieta mediterránea, pero limitando el consumo de aceite de oliva a menos de 4 cucharadas al día y el de frutos secos menos de 2 veces por semana. Al grupo de intervención se le recomendó consumir más de 4 cucharadas diarias de aceite de oliva virgen extra y pistachos de forma diaria.
Para ello se les suministró de forma gratuita, 10 litros de aceite de oliva virgen extra y 2 kilos de pistachos en las semanas 12 y 24-28 del embarazo, para asegurar que dispusieran de suficiente cantidad de aceite de oliva virgen extra para utilizarlo de forma diaria en la preparación de todos los alimentos (sofreír, rehogar, freír, o aderezar) y suficiente cantidad de pistachos para consumir de forma diaria al menos 25 gramos. El resto de las recomendaciones sobre alimentación y ejercicio físico fueron idénticas para ambos grupos de mujeres.
Gestación con menos eventos adversos
Los resultados obtenidos ponen en evidencia que las mujeres del grupo de intervención mostraron mayor adherencia a la dieta mediterránea que las del grupo control. Este patrón de alimentación redujo en un 30 por ciento la aparición de diabetes gestacional, y además la necesidad de tratamiento con insulina se redujo a la mitad. Asimismo se produjo una disminución significativa en las tasas de prematuridad, de cesáreas urgentes, de infecciones de orina y de trauma perineales en la madre y también de recién nacidos pequeños y grandes para la edad gestacional. Además, estas madres no ganaron peso durante la gestación.
Alfonso Calle, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición, ha explicado que son conocidos los beneficios metabólicos, antiinflamatorios, inmunitarios y antitrombóticos, que produce la ingesta de frutos secos y del aceite de oliva virgen extra, que también se producen durante la gestación. Pero tan importante es lo que se come, como en lugar de que se come. "Las mujeres que disponen de aceite de oliva virgen extra y lo utilizan como única fuente de grasa para cocinar, consumen más sofritos caseros y menos comerciales, y más verduras y ensaladas, es decir alimentos con menor densidad calórica".
Según Calle, "las mujeres que consumen pistachos diariamente ingieren menor número de snacks comerciales u otros aperitivos ricos en grasas trans". Como están tostados y tienen cáscara, se tarda más tiempo en consumir una porción que con otro fruto seco, por lo que aumenta la fase cefálica de la ingesta de alimento induciendo saciedad precoz.
En resumen la recomendación nutricional durante la gestación no solo no debe limitar el consumo de aceite de oliva virgen extra y de pistachos, sino que debe promocionarlo. "Rara vez lo van a consumir en cantidad excesiva, inducen cambios muy saludables en su alimentación, y reduce de forma significativa los eventos adversos que pueden surgir durante la gestación, el parto y el recién nacido. Sus beneficios pueden trascender a la etapa postnatal", ha concluido Calle.
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