"Quiero gastar mi tiempo al lado del que sufre"

Pedro Sosa, médico, músico y cooperante prepara un disco solidario para construir dos escuelas en África. Es especialista en Medicina Interna y Cuidados Paliativos en el Hospital Valle de los Pedroches, de Córdoba.

Carmen Cáceres. Sevilla | 21/10/2017 10:00

Pedro Sosa, especialista en Medicina Interna y Cuidados Paliativos en el Hospital Valle de los Pedroches, de Córdoba. (DM)

Pedro Sosa ultima un nuevo disco: De hidalgos y cometas. Sus beneficios irán destinados a la construcción de dos escuelas en África: un Centro de Capacitación Agraria dedicado a mujeres en alto riesgo de exclusión social en Benín y una escuela infantil en Tanzania. Su gira comenzará el próximo 10 de noviembre en Sevilla y continuará con once conciertos por toda España. También centra sus esfuerzos en Universo de Trapo, una asociación sin ánimo de lucro para la transformación social a través del arte, que nació a raíz de su experiencia como cooperante en Centroamérica y de su trabajo en el mundo de los paliativos.

PREGUNTA. Médico, músico y cooperante. ¿Cuál de estas tres facetas le da más sentido a su vida?
RESPUESTA. El éxito en mi vida ha pasado por descubrir e integrar para qué me siento hecho y haberme atrevido a serlo. Ese sentido implica un equilibrio entre ser médico, músico y cooperante. En cada momento puede dominar una faceta pero, al fin y al cabo, son solo formas de expresar lo que aspiro a vivir. No sería el médico que soy sin poder expresarme a través de la música, ni tampoco el compositor que soy sin el médico que ha descubierto que, cuidando, es como se da el máximo sentido a cada segundo de la existencia.

P. ¿Cuándo comenzaron sus inquietudes musicales?
R. A los 10 años empecé a tocar la guitarra y desde entonces he encontrado en ella la mejor excusa para que lo importante de la vida no pase de largo. Hay quien colecciona fotos de sus viajes; yo hago canciones para que lo importante de la vida permanezca en mí.

P. ¿Y su andadura en solitario?
R. Con 22 años empecé a cantar en solitario y desde entonces he recorrido casi todo el país tocando en las principales salas.

El éxito en mi vida ha pasado por descubrir para qué me siento hecho y haberme atrevido a serlo”

P. ¿Cuál es su objetivo en la vida?
R. A los 18 años me hice voluntario en la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios, de Sevilla. Desde entonces, sé en qué quiero gastar mi tiempo, dónde doy el máximo como hombre y como médico y es cerca del que sufre, especialmente del que se encuentra en ese tránsito que llamamos muerte. Hice Medicina Interna porque creí que era la mejor forma de prepararme para acompañar a estos pacientes. Hasta hoy no me arrepiento de haber gastado mi vida así. Después de muchos años en la profesión sigo levantándome con ganas de llegar al hospital y tener el privilegio de tocar la vida de las personas a las que atiendo. Mi música y mis letras beben de esta experiencia fundamental de haber encontrado mi lugar en el mundo.

P. ¿Desde cuándo unió la música de autor al ámbito de la cooperación internacional?
R. A raíz de mis primeras experiencias como cooperante en Centroamérica descubrí que necesitaba asumir la parte de responsabilidad que todos tenemos en construir un mundo más justo. Haber tocado, olido, acariciado, saboreado y visto con mis propios ojos la pobreza y la injusticia de tantos me ha hecho comprender que necesitaba una herramienta para llegar a otros y despertarlos. De ahí la música puesta al servicio de la transformación social, que es el objetivo de la asociación de artistas Universo de Trapo.

P. ¿Qué tipo de labor realiza en las zonas más desfavorecidas?
R. De atención, formación y asesoramiento en el ámbito del paciente crónico y los cuidados paliativos a través de la ONG Proyecto Honduras.

P. Como internista, ¿de dónde saca tiempo para sus conciertos y su lado solidario?
R. Cuando estás enamorado de lo que haces el tiempo se ensancha. Gastar el tiempo con sentido te hace vivir esa ‘relatividad' del tiempo de la que han hablado los físicos.

Hemos olvidado por conformismo la capacidad de transformar la realidad que todos tenemos dentro”

P. ¿Piensa que ha sido determinante en su trayectoria la subespecialización en Paliativos?
R. Es la esencia de lo que soy. Nunca he podido ejercer como paliativista a tiempo completo, pero como internista tengo muchas oportunidades para estar cerca de aquellos que hacen el tránsito y que es para lo que me siento hecho. La medicina y los cuidados paliativos son solo la excusa para estar ahí, es el lugar donde siento dar el máximo como persona.

P. ¿Qué opina de un mundo cada vez más deshumanizado?
R. Pienso que tenemos el mundo que hemos permitido por obra u omisión. Hemos olvidado que no hace falta gente extraordinaria para hacer cosas extraordinarias, sino fuerza de voluntad y almas convencidas de algo. Hemos cedido el poder a la desidia, al conformismo, y olvidado el espacio y la capacidad que todos tenemos de transformar la realidad.

P. ¿Cree que el problema está en la educación?
R. Creo en la educación como única herramienta de transformación social real. Una educación encaminada a que cada ser humano encuentre el máximo de sus capacidades y, sobre todo, a ayudar a encontrar el sentido de la vida y la propia felicidad.

P. Dígame alguna 'excusa' para no ser solidario.
R. La ignorancia, pero eso tiene fácil solución. Solo es necesario atreverse a exponer tu propio corazón a la realidad de otros. Cuando pones nombre a la injusticia y a la pobreza ya no hay ninguna excusa, ninguna que tranquilice una conciencia que ‘ha visto'.