Diseñan, a escala de laboratorio, un nuevo sistema para provocar la muerte de células cancerígenas; consiste en nanocápsulas con un péptido que se liberaría de forma controlada para generar así la apoptosis de las células tumorales.
"El plasma sanguíneo alberga a más de 120 proteínas, entre ellas, numerosas enzimas que degradan las moléculas. La encapsulación de péptidos en partículas de sílice mesoporoso podría ser de aplicación general para administrarlos de forma controlada y efectiva en la práctica clínica. En este caso, cuando la nanopartícula entra en las células, la polilisina que recubre las nanopartículas se degrada y permite que se libere el péptido y ahí induce la muerte de la célula cancerosa", explica Jerónimo Bravo, investigador del IBV.
El uso de péptidos nanoencapsulados permitiría reducir también la toxicidad de la terapia, ya que son menos agresivos que los citotóxicos empleados actualmente para inducir la apoptosis de las células cancerígenas. "Además, la encapsulación permite utilizar menos medicamento y permitiría también reducir los efectos secundarios en los pacientes", apunta Bravo.
Tras su validación a escala de laboratorio, el siguiente paso sería la evaluación con modelos animales.
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