lunes, 2 de agosto de 2010

Nuevos datos respaldan la relación entre los medicamentos para la diabetes y las fracturas - MedlinePlus



Nuevos datos respaldan la relación entre los medicamentos para la diabetes y las fracturas
Avandia y Actos aumentan las probabilidades de fracturas óseas en hombres y mujeres de edad avanzada, según un estudio



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Traducido del inglés: Viernes, 30 de julio, 2010

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JUEVES, 29 de julio (HealthDay News/HolaDoctor) -- Una nueva investigación halla que dos medicamentos para la diabetes que se recetan ampliamente podrían elevar el riesgo de fracturas óseas en mujeres posmenopáusicas con diabetes tipo 2.

También se observó un riesgo de fractura en hombres a los que se les había recetado Avandia o Actos más un diurético con acción sobre el asa de Henle.

Ésta no es la primera vez que se observa tal relación, lo que aumenta las dudas en torno a si estos medicamentos, que pertenecen a la clase conocida como tiazolidinediona (TZD), deberían ser la primera opción de tratamiento para la diabetes tipo 2.

"Este hallazgo plantea la pregunta de si esta clase de medicamentos es lo mejor para los pacientes. Hay muchos otros buenos medicamentos que se pueden usar en la diabetes, el mejor es dar a los pacientes insulina, que no tiene efectos secundarios reales y se utiliza desde hace 80 años", observó Steve Hammes, jefe de endocrinología del Centro Médico de la Universidad de Rochester. "Cada vez es más claro que como agente de primera línea, las tiazolidinedionas no son probablemente una buena idea".

"Ésta ha sido mi peor preocupación desde hace tiempo", añadió la Dra. Mary Ann Banerji, directora del Centro de Tratamiento de la Diabetes en el Centro Médico Downstate de la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) en esa misma ciudad. "También, ¿qué pasa con los diuréticos de asa? Todos usamos estos medicamentos y la cuestión que deberíamos considerar en realidad es si podemos usar otros medicamentos. ¿Cuáles son los riesgos y los beneficios?".

Los hallazgos podrían apartar a los médicos de ambos medicamentos, pero sobre todo de Avandia, señaló Hammes.

A principios del verano, un comité asesor de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE. UU. dio un duro golpe a la rosiglitazona (Avandia) cuando concluyó que elevaba el riesgo de ataque cardiaco y que debía permanecer en el mercado sólo con controles más estrictos.

Por otra parte, la pioglitazona (Actos) no se ha relacionado con un mayor riesgo cardiaco.

Pero antes se había observado un riesgo de fractura en ambos medicamentos y ya se incluye en el etiquetado de los mismos.

"Creo que hay suficiente datos para poner en duda el uso de Avandia", señaló Hammes. "La mayoría de los médicos van a rehuir de este medicamento y, en nuestra clínica también lo haremos. Si tenemos que recetar a alguien TZD, optaremos mejor por Actos".

Estos investigadores analizaron los datos de un estudio observacional inicial de pacientes de diabetes, algunos de los cuales tomaban TZD.

Las mujeres mayores de 50 que tenían fracturas óseas eran 71 por ciento más propensas a que se les hubiera recetado el medicamento TZD.

En los hombres, el mayor riesgo (más del triple) se observó entre los que tomaban TZD y diuréticos de asa, pero no sólo en uno u otro.

Y en ambos sexos, el riesgo aumentaba mientras más tiempo durara la persona tomando la medicación, lo que representa un problema particular, de acuerdo con Banerji.

"Las personas tienen diabetes por muchos años y no por un periodo corto de tiempo. No se puede recetar estos medicamentos a los pacientes por largo tiempo", señaló. "Debemos ser muy cuidadosos al recetar TZD y esperar a una nueva clase de TZD que comprenda del todo el proceso de la [enfermedad] para dar en el blanco correcto y no en otros objetivos no anticipados".

No obstante, Hammes destacó que el estudio, que aparece en la edición de octubre de la Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, no fue un estudio controlado aleatorio ni tampoco los datos se obtuvieron de un estudio original diseñado para analizar este problema.

Los autores, de la Universidad de Michigan y otras instituciones, abogaron por ensayos aleatorios más grandes.


Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Mary Ann Banerji, M.D., professor, medicine, and director, diabetes treatment center, State University of New York Downstate Medical Center, New York City; Steve Hammes, M.D., Ph.D., chief, endocrinology, University of Rochester Medical Center, Rochester, N.Y.; October 2010, Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism


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