Recuperación de una extremidad catastrófica

Una mujer arrollada por un tren que llegó a Urgencias con una pierna catastrófica puede caminar y llevar una vida casi normal gracias al equipo médico del Hospital de Sant Joan Despí Moisès Broggi que la atendió.

Jasé A. Rodriguez | 26/04/2012 00:00

La madrugada del 24 de junio de 2010, doce personas murieron atropelladas por un tren en la estación de Castelldefels (Barcelona). Una de las personas que fueron arrolladas y salvaron la vida es una mujer de 40 años que llegó a Urgencias del Hospital de Sant Joan Despí Moisès Broggi, de Barcelona, con numerosas heridas y fracturas en la pierna izquierda.

La paciente tenía una avulsión del peroné, ya que prácticamente todo el hueso había sido arrancado y se había perdido, menos la parte proximal y unos siete centímetros de la parte distal. También tenía el paquete vasculonervioso tibial anterior seccionado. "Es lo que se conoce como una pierna catastrófica", ha explicado Lorena Vives, cirujana plástica del Hospital de Sant Joan Despí Moisès Broggi. "Lo más normal hubiera sido que, cuando llegó a urgencias, se le amputara el pie. Pero la traumatóloga que la atendió realizó un buen desbridamiento del tejido necrótico y colocamiento de los colgajos cutáneos. Y, al ver que el pie conservaba una buena perfusión, decidió no amputar. Creyó que podía salvar el pie".

Pero, dos días después, la herida se infectó. "Vi que estaba entrando en sepsis", ha señalado Lorena Vives, "y tuve que realizar una segunda limpieza de la herida con un dispositivo de presión negativa, que es como colocar unas esponjas conectadas al vacío de manera que van succionando todo el exudado y el tejido necrótico y favorecen que cure la herida. Cada cambio de cura teníamos que hacerlo en quirófano".

Múltiples cirugías
Durante un mes, la paciente tuvo que entrar diez veces al quirófano. "Pero los tejidos se fueron regenerando. El tejido de granulación quedó bastante regular, y no había hueso expuesto", ha explicado la cirujana. Poco más de un mes después de que la paciente llegara a Urgencias, se realizó la reconstrucción final. "Ahora, la paciente puede caminar y bailar. Está muy contenta, porque, aunque no puede mover el pie hacia arriba porque tiene el tobillo fijo, puede levantar la pierna y mover algo los dedos. La traumatóloga que la atendió tuvo fe en ella: seguramente, muchos médicos hubieran amputado el pie, ya que tenía la pierna como si le hubiera estallado. Cojea, pero conserva el pie y puede hacer una vida prácticamente normal".