El 40 por ciento de los jóvenes españoles sufre exceso de peso
Madrid (30/05/2013) - Redacción
• El sobrepeso y la obesidad infantil se deben a una inadecuada y poco saludable alimentación, junto con una insuficiente práctica de actividad física, según los expertos
• La Sociedad Española de Cardiología pone de manifiesto la necesidad de implementar políticas de Salud Pública que promuevan, regulen y protejan los buenos hábitos del menor, así como la urgencia de fomentar que su ambiente favorezca una dieta y actividad física adecuadas
"Esto significa que aproximadamente cuatro de cada diez jóvenes españoles están expuestos desde etapas muy tempranas a factores de riesgo cardiovascular que son potencialmente modificables y que tendrán un efecto negativo sobre su salud, tanto a corto como a largo plazo, ya que en muchos casos la persona lleva padeciéndolos desde la infancia", destaca José Juan Sánchez Cruz; profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y uno de los autores del estudio. "Existe una estrecha relación entre obesidad y enfermedad cardiovascular, por este motivo su control y evolución se ha convertido en un aspecto prioritario para lograr evitar muertes prematuras y una mayor morbilidad, ya que este factor de riesgo está directamente asociado a concentraciones elevadas de insulina, lípidos, lipoproteínas e hipertensión arterial, y a la aparición prematura de diversas enfermedades, entre ellas las cardiovasculares, la diabetes, diversos tipos de cáncer, y problemas psicológicos importantes (la baja autoestima, la depresión, el rechazo social o el acoso escolar)".
Además, se ha observado que estos problemas de obesidad se acentúan aun más entre los niños con menor edad, de entre 8 y 13 años, alcanzando niveles de sobrepeso que ascienden hasta el 30,7 por ciento y una obesidad de hasta el 14,7 por ciento; mientras que los jóvenes adolescentes de entre 14 a 17 años obtienen cifras inferiores, del 17 y 8,5 por ciento respectivamente.
En cuanto al análisis de estas variables sociodemográficas, del estudio también se desprende que los niños obtienen una ligera mayor prevalencia de sobrepeso y obesidad que las niñas. En concreto, los niños presentan el 28,6% de sobrepeso y el 12,9% de obesidad, mientras que las niñas obtienen el 23,5 por ciento y el 12,3 por ciento respectivamente.
El trabajo también ha evidenciado que el nivel de estudios del responsable de la alimentación del menor (la madre en el 85% de los casos) está estadísticamente asociado con la prevalencia de la obesidad y sobrepeso. En particular, se observa que a menor nivel de estudios, mayor es la prevalencia de obesidad. Esta misma tendencia también sucede con las clases sociales inferiores y en aquellos hijos cuyos padres están en paro, con independencia de los criterios utilizados para medir los índices de obesidad o sobrepeso.
"A pesar de estos datos, no todo son malas noticias" apunta el profesor Sánchez-Cruz, y detalla que, "aunque sí que es verdad que durante los últimos treinta años las cifras de obesidad se han multiplicado, si comparamos los datos obtenidos por nuestro estudio con los publicados hace una década mediante el estudio nacional enKid, vemos que, entre los años 2000 y 2012, en España las estimaciones de la prevalencia de sobrepeso infantil y juvenil se han estabilizado, aunque es cierto que en valores demasiado altos", señala el profesor.
Si hablamos de las causas que han acelerado este crecimiento de la obesidad en la población infantil, el profesor detalla, "en la comunidad científica predomina la hipótesis de que este aumento se debe a la rotura del equilibrio energético que padecen las personas de las sociedades occidentales. En las últimas décadas, se ha incrementado la disponibilidad de alimentos (más accesibles, más abundantes, más baratos), a veces alimentos de peor calidad (los altamente energéticos, la denominada "comida rápida" o "comida basura"). Por otro lado, en las sociedades urbanas ha disminuido el nivel de actividad física, tanto en el trabajo como en el tiempo libre y ahora somos más sedentarios. Lo ideal sería recibir "inputs" calóricos a través de una dieta sana (como la "dieta mediterránea"), y eliminar estas calorías mediante la práctica regular de ejercicio físico. Salvo incapacidad o consejo médico, todos deberíamos andar una media de 1-2 horas diarias, y los niños hacer deporte diariamente. Esta es la mejor medicina para una buena prevención cardiovascular. Fácil, asequible y barata, pero como todo hábito, al principio cuesta más esfuerzo realizarlo."
En referencia a las medidas para poner freno a este problema, el profesor Sánchez-Cruz señala que, "la solución pasa por modificar los hábitos de vida actuales y cambiar el medio ambiente físico y social para que sea propicio a la realización de conductas saludables. La adquisición y consolidación de hábitos suele realizarse en edades tempranas de la vida , por este motivo son necesarias medidas en torno a la educación nutricional y a la actividad física adecuada a los más pequeños."
En cuanto a factores macroambientales, más globales, el especialista apunta que "es necesaria una política integral de Estado que implante medidas de protección para la Salud Pública como, por ejemplo, la creación de políticas fiscales para aquellos alimentos desaconsejables por su alto valor energético o composición, regulación que ya se está implantando en otros países europeos como Dinamarca, Hungría, Finlandia o Francia, según aparece en el mencionado informe de la OCDE."
El trabajo realizado por este grupo de investigadores no deja de hacer palpable que la obesidad se ha convertido en uno de los problemas de salud pública más preocupantes en todo el mundo y también en nuestro país. Según la OMS, la pandemia del sobrepeso y la obesidad es ya el quinto factor principal de riesgo de defunción en el mundo, responsable de que cada año más de 2,8 millones de personas adultas fallezcan como consecuencia de este trastorno.
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