jueves, 15 de septiembre de 2016

El trasplante alogénico con células derivadas de iPS no precisa inmunosupresión - DiarioMedico.com

El trasplante alogénico con células derivadas de iPS no precisa inmunosupresión - DiarioMedico.com



DE DONANTE HISTOCOMPATIBLE

El trasplante alogénico con células derivadas de iPS no precisa inmunosupresión

Las células derivadas de iPS de un donante histocompatible pueden ser útiles en la degeneración macular asociada a la edad.
Redacción. Madrid   |  15/09/2016 18:00
 
 

iPS
Las células iPS se investigan en enfermedades oftalmológicas, entre otras. (DM)
El trasplante de células de pluripotencia inducida (iPS) consigue mejores resultados si estas células se derivan de unas inmunológicamente compatibles. Las células iPS pueden diferenciarse en otros tipos celulares prácticamente en la misma medida que las embrionarias. Para obtenerlas, se parte de unas células adultas, normalmente de la piel, que se reprograman genéticamente. Este procedimiento de terapia de reemplazo celular autólogo se basaría en las células obtenidas de la piel del propio paciente, con las que regenerar el tejido enfermo. Sin embargo, se trata de una estrategia muy cara y que no resulta factible en aquellos pacientes que necesitan un trasplante inmediato.
De ahí que se indague en la posibilidad de obtener células iPS de fibroblastos alogénicos. Esa alternativa al autotrasplante plantea, en cambio, otros problemas, como el riesgo de rechazo y la necesidad de inmunosupresión.
Un grupo de investigadores del Centro Riken de Biología del Desarrollo, en Japón, han probado el trasplante alogénico de células iPS con éxito en un modelo experimental, eludiendo los inmunosupresores, según se presenta en un estudio esta semana en Stem Cell Reports.
En concreto, Sunao Sugita y Masayo Takahashi, del Laboratorio de Regeneración Retiniana en el Riken, han dirigido este trabajo, en el que se han trasplantado células del epitelio pigmentario de la retina derivadas de células iPS a su vez obtenidas de monos, en los ojos de receptores también primates. En algunos casos, donantes y receptores eran inmunológicamente compatibles, puesto que sus células expresaban las mismas proteínas del complejo mayor de histocompatibilidad (CMH). En otros casos, los injertos no presentaban esa compatibilidad. En estos últimos, los trasplantes causaron daño en el tejido retiniano y signos evidentes de rechazo inmunológico.
En cambio, los injertos histocompatibles no produjeron ese rechazo y sobrevivieron los seis meses que duró el estudio, incluso sin tener que recurrir a los inmunosupresores.
"Me sorprendió que el sistema inmune de los receptores rechazara a los injertos de los donantes no compatibles, puesto que las células epiteliales pigmentarias de la retina son capaces de suprimir la actividad de las células inflamatorias. No obstante, nuestros resultados muestran claramente que los injertos trasplantados no sobreviven debido al ataque inmune".
También en este número de Stem Cell Reports, el mismo grupo de científicos publica otro estudio que aporta una explicación molecular para este hallazgo: las células epiteliales retinianas que se han derivado de células iPS humanas activan a los linfocitos T que no concuerdan inmunológicamente, pero no a los linfocitos que mantienen la misma marca inmunológica.
Una de las principales limitaciones de esta investigación es que los monos empleados no son modelos de enfermedad, en concreto, de la degeneración macular asociada a la edad. Por ello, los investigadores trabajan en desarrollar un modelo experimental de esta patología, así como protocolos clínicos para trasplantar las células retinianas obtenidas de iPS de donantes histocompatibles. "Esperamos que con este procedimiento podamos evitar el rechazo inmune, prolongar la supervivencia del injerto y mejorar la calidad de vida de muchos pacientes con enfermedad ocular".

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