lunes, 19 de septiembre de 2016

Un nuevo método ayuda a aliviar los síntomas persistentes de conmoción en los adolescentes: MedlinePlus en español

Un nuevo método ayuda a aliviar los síntomas persistentes de conmoción en los adolescentes: MedlinePlus en español

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Un nuevo método ayuda a aliviar los síntomas persistentes de conmoción en los adolescentes

Los niños con síntomas persistentes también podrían necesitar psicoterapia, sugiere un estudio
     
Traducido del inglés: miércoles, 14 de septiembre, 2016
Imagen de noticias HealthDay
MARTES, 13 de septiembre de 2016 (HealthDay News) -- En los adolescentes con síntomas persistentes tras una conmoción, un tratamiento que se enfoque en la "persona completa" podría acelerar la recuperación, sugiere un nuevo estudio de tamaño reducido.
Los investigadores evaluaron los efectos de la llamada "atención en colaboración" para los adolescentes con problemas persistentes tras una conmoción.
Eso significa que acudieron a un equipo de profesionales de la salud que proveyeron, entre otras cosas, psicoterapia para la depresión y la ansiedad.
Tras seis meses, esos niños se recuperaron con mayor rapidez que los adolescentes que habían recibido una atención más típica.
Lo "típico" puede variar, porque no hay directrices sobre cómo tratar los síntomas persistentes de conmoción, explicó la autora del estudio, Carolyn McCarty, investigadora del Hospital Pediátrico de Seattle.
Pero dijo que, tradicionalmente, los médicos han usado sobre todo el método de "espera vigilante" cuando monitorizan el progreso de los niños a medida que la lesión cerebral sana.
Apuntó que los hallazgos muestran el valor de tratar activamente las consecuencias de una conmoción, incluyendo los síntomas mentales y emocionales.
Kenneth Podell, neuropsicólogo y director del Centro de Conmociones Metodista de Houston, se mostró de acuerdo.
"Las conmociones son tratables, y este estudio demuestra que el tratamiento activo ayuda a mejorar más rápido", dijo Podell, que no participó en la investigación.
El problema de las conmociones relacionadas con los deportes, sobre todo en los deportistas jóvenes, ha recibido una creciente atención en los últimos años, apuntó McCarty.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU., más de 248,000 niños y adolescentes estadounidenses acaban en la sala de emergencias cada año debido a una conmoción producida practicando algún deporte o actividades recreativas. Pero esa cifra solamente refleja la cantidad de niños o adolescentes que llegan a emergencias.
Un estudio reciente estimó que la cantidad real de lesiones es de casi 2 millones al año, pero los investigadores dijeron que incluso esa cifra probablemente sea demasiado baja.
Los síntomas más inmediatos de una conmoción pueden incluir confusión, dolor de cabeza, mareo, aletargamiento, y náuseas o vómitos. Con descanso, los síntomas de la mayoría de los niños desaparecen en un par de semanas, dijo McCarty.
Pero algunos desarrollan lo que se conoce como síndrome postconmocional, en que síntomas como el dolor de cabeza, el mareo y los problemas del sueño duran un mes o más. También pueden aparecer síntomas de depresión o ansiedad.
Esos problemas psicológicos pueden relacionarse a la lesión cerebral en sí, y a las reacciones emocionales de los niños a la conmoción, apuntó Podell.
"Esos niños están en un momento único de desarrollo psicológico y social", dijo. "Los síntomas de conmoción podrían evitar que vayan a la escuela o que hagan deportes, o alejarlos de sus círculos sociales usuales".
Según Podell, es importante abordar esos problemas pronto. "Hay que asegurar que los niños no saquen las cosas de proporción en la mente, ni que entiendan mal lo que les sucede", dijo. "Debemos tratar a la persona completa, y no solo a la lesión cerebral".
En el estudio, el equipo de McCarty reclutó a 49 adolescentes que habían sufrido una conmoción relacionada con el deporte o una actividad recreativa, y que habían tenido síntomas persistentes durante al menos un mes. Asignaron a cada adolescente al azar a un método de "atención en colaboración" o a la atención típica, que incluía remisiones a un especialista en medicina de la rehabilitación, y en algunos casos terapia del ejercicio o medicamentos para los problemas del sueño.
Los niños que recibieron la atención en colaboración se sometieron a terapia cognitivo conductual, donde aprendieron técnicas de relajación y otras tácticas para aliviar la depresión, la ansiedad y los problemas del sueño.
También contaban con un gestor de la atención que se aseguró que su médico de atención primaria, su psiquiatra y su escuela se coordinaran.
Tras una conmoción, los niños deben volver al trabajo mental de forma gradual, explicó McCarty. Por tanto, es importante comunicarse con las escuelas respecto al proceso de recuperación, señaló.
A seis meses del inicio del estudio, apenas un 13 por ciento de los niños en el grupo de atención en colaboración dijeron que seguían teniendo "niveles altos" de síntomas posteriores a la conmoción. Eso es en comparación con un 42 por ciento de los adolescentes que recibieron la atención estándar.
Más de tres cuartas partes también tuvieron una reducción de al menos un 50 por ciento en los síntomas de depresión, frente a un 46 por ciento de los niños en el grupo de la atención estándar.
Los resultados del estudio aparecen en la edición en línea del 13 de septiembre de la revistaPediatrics.
¿Deberían todos los niños con síntomas persistentes de conmoción recibir atención de la "persona completa"? Según Podell, podría haber barreras prácticas, como una carencia de profesionales de la salud mental en la comunidad de un niño, o problemas con la cobertura del seguro.
Pero la moraleja es, afirmó, que los padres y los médicos deben prestar atención a toda la variedad de síntomas que pueden afectar a los niños tras una conmoción. "Observen a la persona completa, y también presten atención a sus reacciones mentales y emocionales ante la lesión", aconsejó.

Artículo por HealthDay, traducido por HolaDoctor
FUENTES: Carolyn McCarty, Ph.D., research professor, Research Institute, Seattle Children's Hospital, Seattle; Kenneth Podell, Ph.D., director, Houston Methodist Concussion Center, Houston; Sept. 13, 2016, Pediatrics, online
HealthDay
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