sábado, 17 de septiembre de 2016

El consumo de lácteos no se asocia con un incremento del riesgo cardiovascular

El consumo de lácteos no se asocia con un incremento del riesgo cardiovascular

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consumo laacutecteos

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Científicos del CIBEROBN, en la búsqueda de nuevos indicadores del consumo de alimentos para evitar el posible sesgo de recuerdo en los cuestionarios, demuestran que el biomarcador genético, MCM6‐rs3754686 SNP, es un buen indicador de la ingesta de lácteos, principalmente leche, en la población mediterránea y americana.
Un grupo de científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red ‐ Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), dependiente del Instituto de Salud Carlos III, liderados por la Dra. Dolores Corella, ha coordinado un estudio internacional en el que se ha demostrado que la ingesta de leche y sus derivados no se asocia con un incremento del riesgo cardiovascular en poblaciones mediterráneas y americanas. En Estados Unidos, este estudio ha estado dirigido por el Dr. Ordovás del Human Nutrition Research Center on Aging en Boston con la importante colaboración de la Dra. Caren Smith del mismo centro.
Hasta el momento, en distintos estudios se habían obtenido resultados contradictorios respecto de la posible asociación de la leche y sus derivados con el riesgo cardiovascular. Por ello, se hacía urgente introducir en las investigaciones datos más fiables sobre el consumo real de leche, puesto que la mayoría de los trabajos fiaban este dato de consumo a cuestionarios o entrevistas personales con los pacientes, donde el sesgo del recuerdo puede conllevar errores en las medidas de consumo.
La principal novedad del estudio que acaba de publicar la revista Nature (Scientific Reports) radica en la utilización, además de los cuestionarios, de un biomarcador del consumo de leche, lo que proporciona un dato más objetivo para medir la ingesta. “El uso en los estudios epidemiológicos de los biomarcadores nutricionales pueden proporcionar una herramienta de estimación objetiva del consumo alimentario y actualmente se está intensificando la investigación para encontrar nuevos biomarcadores de ingesta de distintos alimentos”, explica la doctora Dolores Corella, investigadora del CIBEROBN. “Los biomarcadores genéticos de la ingesta de alimentos que se están analizando, son, polimorfismos de nucleótido único (SNPs) que, a través de distintos mecanismos, determinan la ingesta de alimentos y se emplean como indicadores del alimento consumido. Los estudios empleando estos biomarcadores se denominan “Estudios de randomización mendeliana” y se están incorporando a la investigación nutricional para disminuir sesgos.
Otros estudios recientes en la misma línea, como por ejemplo el realizado en población danesa, han utilizado como biomarcador del consumo de leche el polimorfismo MCM6‐ rs4988235. Sin embargo, aunque este biomarcador se asocia muy bien con el de leche en poblaciones del norte de Europa, no funciona bien para poblaciones de otros orígenes y era necesario profundizar en la búsqueda de mejores biomarcadores para la población Mediterránea y otras poblaciones como las participantes en este estudio.
En esta nueva investigación, los científicos han descrito por primera vez que un polimorfismo en el gen MCM6 (MCM6‐rs3754686 SNP), que ya había sido identificado como un marcador de la tolerancia a la lactosa, se asocia fuertemente con el consumo de leche en población europea mediterránea y en población tanto blanca como afroamericana e hispana de EEUU. “Hemos demostrado por primera vez una asociación entre el MCM6‐rs3754686 SNP y la ingesta del lácteos, específicamente leche, en todas las poblaciones analizadas. Además, en el estudio PREDIMED realizado en más de 7000 personas de las que se dispone de datos de consumo de alimentos cada año, este nuevo biomarcador se asociaba significativamente con el consumo de lácteos cada año investigador, durante un período de 5 años”, explicó la investigadora.


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Científicos del CIBEROBN, en la búsqueda de nuevos indicadores del consumo de alimentos para evitar el posible sesgo de recuerdo en los cuestionarios, demuestran que el biomarcador genético, MCM6‐rs3754686 SNP, es un buen indicador de la ingesta de lácteos, principalmente leche, en la población mediterránea y americana.
Un grupo de científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red ‐ Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBEROBN), dependiente del Instituto de Salud Carlos III, liderados por la Dra. Dolores Corella, ha coordinado un estudio internacional en el que se ha demostrado que la ingesta de leche y sus derivados no se asocia con un incremento del riesgo cardiovascular en poblaciones mediterráneas y americanas. En Estados Unidos, este estudio ha estado dirigido por el Dr. Ordovás del Human Nutrition Research Center on Aging en Boston con la importante colaboración de la Dra. Caren Smith del mismo centro.
Hasta el momento, en distintos estudios se habían obtenido resultados contradictorios respecto de la posible asociación de la leche y sus derivados con el riesgo cardiovascular. Por ello, se hacía urgente introducir en las investigaciones datos más fiables sobre el consumo real de leche, puesto que la mayoría de los trabajos fiaban este dato de consumo a cuestionarios o entrevistas personales con los pacientes, donde el sesgo del recuerdo puede conllevar errores en las medidas de consumo.
La principal novedad del estudio que acaba de publicar la revista Nature (Scientific Reports) radica en la utilización, además de los cuestionarios, de un biomarcador del consumo de leche, lo que proporciona un dato más objetivo para medir la ingesta. “El uso en los estudios epidemiológicos de los biomarcadores nutricionales pueden proporcionar una herramienta de estimación objetiva del consumo alimentario y actualmente se está intensificando la investigación para encontrar nuevos biomarcadores de ingesta de distintos alimentos”, explica la doctora Dolores Corella, investigadora del CIBEROBN. “Los biomarcadores genéticos de la ingesta de alimentos que se están analizando, son, polimorfismos de nucleótido único (SNPs) que, a través de distintos mecanismos, determinan la ingesta de alimentos y se emplean como indicadores del alimento consumido. Los estudios empleando estos biomarcadores se denominan “Estudios de randomización mendeliana” y se están incorporando a la investigación nutricional para disminuir sesgos.
Otros estudios recientes en la misma línea, como por ejemplo el realizado en población danesa, han utilizado como biomarcador del consumo de leche el polimorfismo MCM6‐ rs4988235. Sin embargo, aunque este biomarcador se asocia muy bien con el de leche en poblaciones del norte de Europa, no funciona bien para poblaciones de otros orígenes y era necesario profundizar en la búsqueda de mejores biomarcadores para la población Mediterránea y otras poblaciones como las participantes en este estudio.
En esta nueva investigación, los científicos han descrito por primera vez que un polimorfismo en el gen MCM6 (MCM6‐rs3754686 SNP), que ya había sido identificado como un marcador de la tolerancia a la lactosa, se asocia fuertemente con el consumo de leche en población europea mediterránea y en población tanto blanca como afroamericana e hispana de EEUU. “Hemos demostrado por primera vez una asociación entre el MCM6‐rs3754686 SNP y la ingesta del lácteos, específicamente leche, en todas las poblaciones analizadas. Además, en el estudio PREDIMED realizado en más de 7000 personas de las que se dispone de datos de consumo de alimentos cada año, este nuevo biomarcador se asociaba significativamente con el consumo de lácteos cada año investigador, durante un período de 5 años”, explicó la investigadora.
Además, los resultados sugirieron algunas diferencias entre sexos, siendo aún mayor el efecto de la asociación entre este marcador genético y la ingesta de leche en mujeres. En este sentido, la presencia del alelo T del mismo se relacionó con un consumo aún mayor de lácteos en mujeres, quedando por determinar si ello responde a un mecanismo biológico o refleja una mejor respuesta en los cuestionarios.Además, los resultados sugirieron algunas diferencias entre sexos, siendo aún mayor el efecto de la asociación entre este marcador genético y la ingesta de leche en mujeres. En este sentido, la presencia del alelo T del mismo se relacionó con un consumo aún mayor de lácteos en mujeres, quedando por determinar si ello responde a un mecanismo biológico o refleja una mejor respuesta en los cuestionarios.

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