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Institutos Nacionales de la Salud
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Un estudio halla que se diagnostica a más niños con discapacidades de salud mental
Las afecciones como el autismo y el TDAH parecen fomentar un aumento del 16 por ciento en una década
Traducido del inglés: lunes, 6 de mayo, 2013
Las discapacidades que afectan la vida cotidiana de los niños han aumentado en un 16 por ciento, y el mayor aumento se observa en las familias más ricas, según el estudio. Afecciones como el autismo o el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) parecen ser responsables del aumento, señalaron los expertos.
Pero las encuestas de los padres, llevadas a cabo en 2001-2002 y en 2009-2010, también revelaron algunas buenas noticias. La tasa de discapacidad debida a afecciones físicas se redujo, según el estudio, presentado el domingo en la reunión anual de las Sociedades Académicas de Pediatría (Pediatric Academic Societies), en Washington, D.C. Los datos y conclusiones presentados en reuniones normalmente son considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista médica revisada por profesionales.
"Esto podría significar que hay diferencias entre las personas que obtienen un acceso temprano a la atención", planteó la autora líder del estudio, la Dra. Amy Houtrow, vicepresidenta de medicina de rehabilitación pediátrica del Hospital Pediátrico de Pittsburgh. Por ejemplo, los medicamentos para los niños con artritis idiopática juvenil, una artritis inflamatoria potencialmente debilitadora, han mejorado de forma significativa en los últimos años, comentó.
"En algunas afecciones, quizás la atención médica haya mejorado tanto que los niños podrían tener un diagnóstico, pero no una discapacidad", señaló, y añadió que este ejemplo particular proviene de lo que ha visto en su consultorio, no de los datos del estudio.
Para el estudio, Houtrow y colegas revisaron datos de dos Encuestas nacionales de entrevistas de salud llevadas a cabo en EE. UU. por los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC). Las encuestas incluyeron a más de 102,000 padres de niños desde la infancia hasta los 17 años de edad.
Se preguntó a los padres si sus hijos tenían alguna limitación en el juego o en la actividad, si recibían servicios de educación especial, si necesitan ayuda con los cuidados personales, si tenían dificultades para caminar sin soportes, si tenían problemas con la memoria o cualquier otra limitación.
"No es suficiente simplemente tener algo como el TDAH", dijo. "El diagnóstico tiene que constituir una limitación, de alguna manera".
Al final del estudio, los investigadores hallaron que casi seis millones de niños se consideraban discapacitados. Los niños que vivían en la pobreza tenían las tasas más altas de discapacidad, aunque los niños pobres no experimentaron el mayor aumento en la incidencia de discapacidad durante el periodo del estudio.
Las familias con unos ingresos un 300 por ciento superiores al nivel federal de la pobreza (unos 66,000 dólares para una familia de cuatro) experimentaron un aumento del 28 por ciento en los niños con discapacidad. Las familias cuyos ingresos superaban el nivel de pobreza en un 400 por ciento (unos 88,000 dólares) experimentaron un aumento del 24 por ciento en el número de niños con discapacidades.
Houtrow dijo que no estaba claro exactamente por qué sucedió así, y los investigadores sospechan que los incrementos en los trastornos del neurodesarrollo podrían subyacer al aumento.
En los niños menores de seis años la tendencia fue más evidente, ya que se halló una tasa casi del doble de trastornos del neurodesarrollo, con 36 casos por cada 1,000 niños, frente a 19 una década antes.
El aumento en la prevalencia de los trastornos del espectro autista probablemente sea una explicación, señaló el Dr. Andrew Adesman, jefe de pediatría del desarrollo y conductual del Centro Médico Pediátrico Steven and Alexandra Cohen de Nueva York, en New Hyde Park.
Los trastornos del espectro autista conllevan efectos sobre la comunicación, las interacciones sociales y unas conductas repetitivas, y abarcan desde afecciones leves, como el síndrome de Asperger, hasta el autismo en toda regla. Los CDC calculan que uno de cada 88 niños sufre actualmente de una forma de autismo.
"Aunque el estudio halló algunas diferencias en las tasas de discapacidad para los distintos estatus socioeconómicos, instaría a cualquier padre que esté preocupado por su hijo a que hable con el pediatra", aconsejó Adesman.
Houtrow se mostró de acuerdo.
"La afección de la que sufre su hijo importa, y la forma en que funciona en su vida cotidiana importa", enfatizó. "Si tiene problemas para hacer cosas que otros niños hacen, acuda a los profesionales de la salud o a los recursos comunitarios para optimizar la vida de su hijo. Podemos ayudar a los niños a adaptarse, o hacer modificaciones para ellos".
Houtrow dijo que el aumento general en los trastornos del neurodesarrollo sugiere que podría haber cambios en lo que se considera socialmente aceptable.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
HealthDay
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