martes, 20 de mayo de 2014

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Lundbeck participa en una investigación que podría servir para diagnosticar el Parkinson muchos años antes de que se manifieste



Copenhague (21/05/2014) - Redacción

• La investigación la ha realizado la compañía junto a la Universidad de Cork, y se han hecho descubrimientos en la mosca de la fruta en relación a la enfermedad de Parkinson, que suponen una innovación en el conocimiento de los procesos biológicos que ocurren en el cerebro afectado por dicha enfermedad

• Al mismo tiempo, los investigadores han encontrado una vía para poder tratar la causa, lo que posiblemente permitiría retrasar la aparición de la enfermedad o lograr que ésta nunca se desarrolle

Lundbeck participa en una nueva investigación sobre la enfermedad de Parkinson que podría representar un primer paso hacia un tratamiento nuevo para esta debilitante y devastadora enfermedad.
En colaboración con la Universidad de York, los investigadores de Lundbeck han hecho descubrimientos en la mosca de la fruta en relación a la enfermedad de Parkinson, que suponen una innovación en el conocimiento de los procesos biológicos que ocurren en el cerebro afectado por dicha enfermedad. Los descubrimientos acaban de publicarse en la revista científica, Human Molecular Genetics.
Los investigadores han descubierto un método que se podría utilizar para diagnosticar la causa de la enfermedad de Parkinson muchos años antes de que la enfermedad dé la cara. Al mismo tiempo, han encontrado una vía para poder tratar la causa, lo que posiblemente permitiría retrasar la aparición de la enfermedad o lograr que ésta nunca se desarrolle.
Ambos avances serían fundamentales para la enfermedad de Parkinson, en la que todavía existen importantes necesidades terapéuticas no satisfechas.
"Esta nueva investigación puede ser pionera en el conocimiento y el tratamiento de la enfermedad de Parkinson. En la actualidad, la ciencia carece de respuestas respecto a qué ocurre en el cerebro antes y durante la enfermedad, pero es posible que estos descubrimientos nos ayuden a saberlo y también podrían ofrecernos la oportunidad de revolucionar el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad de Parkinson en beneficio de los pacientes y de sus familias", ha comentado Kim Andersen, vicepresidente senior de Investigación de Lundbeck.
En opinión del Dr. Chris Elliott, del Departamento de Biología de la Universidad de York, "si este tipo de fármaco demuestra ser exitoso en ensayos clínicos, podría ofrecer un alivio prolongado de los síntomas de la EP, con menos efectos secundarios que la terapia actual con levodopa".
El Dr. Alex Wade, del Departamento de Psicología de la Universidad, ha añadido que esta técnica "constituye un remarcable puente entre la ciencia clínica humana y la investigación en animales. Si en el futuro demuestra su éxito, podría constituir el principio de un nuevo enfoque del estudio de las diferentes enfermedades neurológicas", ha dicho.
Mutación específica en un gen humano
Los investigadores responsables de los descubrimientos han estudiado una mutación específica en un gen humano. La mutación es el factor de riesgo genético principal del desarrollo de la enfermedad de Parkinson, debido probablemente a que dicha mutación causa una sobreactividad de una enzima cerebral particular.
Se cree que esta sobreactividad provoca la muerte de células cerebrales, tanto en humanos como en la mosca de la fruta, y dicha muerte celular es la causante de la enfermedad en el ser humano. Los investigadores acaban de descubrir que se pueden prevenir dichos precursores de la muerte celular en la mosca de la fruta reduciendo dicha sobreactividad con fármacos, con lo que se tiene la esperanza de poder hacer lo mismo en el ser humano.
Incubando moscas de la fruta portadoras de la mutación, los investigadores han podido estudiar este efecto específico en un organismo vivo complejo desde inmediatamente después de su nacimiento. Previamente se había demostrado que la mutación genética causaría la muerte de células cerebrales de la mosca de la fruta a través de cambios en los procesos de comunicación del cerebro. Ahora, los investigadores han podido mensurar dichos cambios en el ojo de la mosca de la fruta mucho antes de que ocurra la muerte celular.
Así pues, por primera vez en la historia, los investigadores han podido determinar los efectos de la mutación mucho antes de que las células hayan muerto y, por tanto, antes de que el cerebro haya sido dañado. Si estos procesos también ocurren en humanos, la nueva investigación posibilitaría la detección y el tratamiento de la enfermedad de Parkinson antes de que las células cerebrales mueran.
Esto representaría un importante progreso, en comparación con la situación actual en la que, típicamente, el tratamiento sólo se inicia cuando la enfermedad ya está relativamente avanzada y ha habido una gran pérdida de células cerebrales.
Tratamiento preventivo
Al mismo tiempo, los nuevos descubrimientos han probado que la mutación genética provoca cambios en las células cerebrales de la mosca de la fruta como resultado de la sobreactividad de una enzima particular; un proceso que, según los investigadores, es paralelo a los procesos que conducen a la muerte celular cerebral en las personas afectadas por la enfermedad de Parkinson.
En estos nuevos estudios, los investigadores también han podido evaluar qué sucede si dicha sobreactividad se reduce administrando a las moscas un fármaco con un efecto de amortiguación de la mutación genética. Los resultados han mostrado que cuando la sobreactividad se reduce, las células y los procesos cerebrales se normalizan, con lo que se espera poder frenar la muerte celular.
El descubrimiento es innovador porque podría trazar el camino a seguir en las personas portadoras de la mutación genética específica -y posiblemente en los pacientes con Parkinson en general- para poder ser diagnosticadas precozmente y recibir tratamiento preventivo y, en consecuencia, impedir el desarrollo de la enfermedad de Parkinson.
Dicho de otro modo, sería el mismo principio que hoy en día se aplica para, por ejemplo, minimizar el riesgo de futura trombosis mediante la administración de un medicamento hipocolesterolemiante.
En el mejor de los casos, los nuevos tratamientos basados en esta investigación se podrían comercializar dentro de diez años. En la actualidad, Lundbeck trabaja en diversos proyectos de investigación y mantiene colaboraciones importantes en relación a la EP.

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