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Institutos Nacionales de la Salud
Los costos dificultan que algunos niños puedan ser atendidos del asma
Los caros copagos hacen que algunos niños no puedan ir al médico o conseguir los medicamentos que necesitan, según un estudio
Traducido del inglés: viernes, 23 de mayo, 2014JUEVES, 22 de mayo de 2014 (HealthDay News) -- Los altos precios de los copagos de los seguros en los Estados Unidos aumentan las probabilidades de que los niños con asma no puedan acudir a visitas médicas importantes ni comprar los medicamentos preventivos, según una nueva encuesta.
Los padres con unos copagos más altos reportaron que pasaron a comprar medicamentos menos caros, dieron a sus hijos menos medicamentos de los recetados y pospusieron las visitas al médico o al departamento de emergencias.
"El asma es una de las afecciones crónicas más comunes entre los niños, y la prevalencia del asma es mayor en los colectivos con unos ingresos bajos", afirmó la autora del estudio, Vicki Fung, investigadora de servicios de salud del Hospital General de Massachusetts, en Boston.
Más del 9 por ciento de los niños estadounidenses tienen la enfermedad respiratoria crónica, que es potencialmente letal, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.
A los niños que reciben tratamiento temprano y toman la medicación para prevenir los ataques de asma les va mejor que a los niños que solo reciben tratamiento cuando se produce un ataque, dijo el Dr. Jefry Biehler, presidente de pediatría del Hospital Pediátrico de Miami, Florida.
Cuando las aseguradoras médicas y los empleadores requieren a los pacientes que paguen más costos médicos de su propio bolsillo, muchas familias, incluso las que tienen seguro, pueden tener dificultades para poder pagar el costo de la atención, dijo Fung.
La Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, aprobada en 2010, ha permitido a muchas familias obtener un seguro médico, pero algunas de las pólizas son caras o requieren que se compartan los gastos. Además, aunque la ley proporciona subsidios para muchos niños de familias con bajos ingresos, hay ciertas reglas que excluyen a algunas familias de recibir esos subsidios. Y Fung pregunta si estos subsidios son suficientes para reducir las dificultades de los costos de la atención médica.
Este nuevo estudio, publicado en línea el 19 de mayo en la revista JAMA Pediatrics, proporciona una información valiosa, señaló Biehler. "Es preocupante que los niños con los que tratamos son en ocasiones más vulnerables en áreas que no reconocíamos", dijo.
Las lagunas en la cobertura del seguro que hacen que los niños no puedan tener ni la atención ni los medicamentos que necesitan deberían solucionarse, añadió.
"Tenemos que tener cuidado y no crear un vacío para esas familias que no pueden permitirse pagar todo lo que necesitan para su hijo, pero que están por encima del nivel económico que les permite tener el seguro gubernamental que les proporcionaría todo sin costos o con unos costos mínimos", indicó.
Para realizar el estudio, el equipo de Fung telefoneó a 769 padres de niños con asma, de 4 a 11 años de edad. Los investigadores preguntaron qué importancia tenían los costos en el acceso a la atención médica para sus hijos.
Con respecto a los niños, una cuarta parte tenía Medicaid, financiado con dinero público, o el Programa de Seguros Médicos para Niños. Aproximadamente el 22 por ciento tenían una cobertura privada y los ingresos de sus casas eran o estaban por debajo del 250 por ciento del nivel federal de pobreza: 47,727 dólares al año para una familia de 3 personas. Aproximadamente el 18 por ciento tenían copagos altos para todos los servicios: por ejemplo, 75 dólares o más para una visita a la sala de emergencias.
En cuanto a los padres que estaban en el o por debajo del 250 por ciento del nivel federal de pobreza, los que tenían copagos altos tenían muchas menos probabilidades de llevar a sus hijos a un médico que los padres parecidos con copagos más bajos: aproximadamente el 4 por ciento frente a casi el 32 por ciento, descubrieron los investigadores. También tenían menos probabilidades de llevar a sus niños cuando estaban enfermos a la sala de emergencias: aproximadamente un 1 por ciento frente al 19 por ciento.
Esos mismos padres que tenían unos copagos altos también eran menos propensos a buscar atención médica para sus hijos que los padres con ingresos más altos o los que contaban con los subsidios de Medicaid, halló el estudio.
Otros hallazgos relacionados con los costos:
- Casi el 3 por ciento de los padres dijeron que habían pasado a comprar unos medicamentos más baratos, y casi el 10 por ciento dijeron que les daban a sus hijos menos medicamentos de los recetados debido a los costos.
- 4 de cada 10 padres que redujeron la medicación de su hijo admitieron que eso había afectado al cuidado o al control del asma de su hijo.
- Casi el 8 por ciento de los padres dijeron que retrasaron el momento de llevar a su hijo al médico o no lo hicieron. Más del 5 por ciento afirmaron que retrasaron o evitaron el momento de ir a la sala de emergencias.
- El 38 por ciento de los que posponían el momento de ir al médico dijeron que eso había afectado al cuidado o al control del asma de su hijo. Más de una cuarta parte de los que evitaron ir a la sala de emergencias debido a los gastos dijeron lo mismo.
- Casi el 16 por ciento de los padres dijeron que habían pedido dinero prestado o que habían reducido los gastos para algunas cosas necesarias a fin de pagar la atención médica para sus hijos.
Ahora que la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio está totalmente en vigor, Fung dijo que es importante seguir monitorizando sus efectos y solucionar cualquier laguna en las coberturas.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
FUENTES: Vicki Fung, Ph.D., health services researcher, Massachusetts General Hospital, Boston; Jefry Biehler, M.D., chairman, pediatrics, Miami Children's Hospital, Miami, Fla.; May 19, 2014, JAMA Pediatrics, online
HealthDay
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