Evitar que los adolescentes se centren en su peso puede prevenir TCA

La Academia Americana de Pediatría ha publicado unas nuevas directrices para la prevención del sobrepeso y los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en adolescentes.

22/08/2016 09:00

Una única estrategia podría prevenir tanto los trastornos alimentarios como la obesidad en los adolescentes, según las nuevas indicaciones de la Academia Americana de Pediatría, publicadas en la versión web de Pediatrics.

La evidencia científica recogida en estas nuevas recomendaciones señala que padres y médicos pueden prevenir tanto problemas de sobrepeso como de bajo peso evitando que la atención de los adolescentes se centre en dietas, y en su lugar fomentando un estilo de vida equilibrado y saludable.

Las indicaciones son una respuesta a la creciente preocupación por el uso de métodos poco saludables para perder peso entre los adolescentes. Los jóvenes que emplean estos métodos pueden no ajustarse a la imagen que tienen facultativos y padres sobre los pacientes con desórdenes alimentarios, ya que la mayoría no son excesivamente delgados. Sin embargo, su rápida y sustancial pérdida de peso puede producir consecuencias médicas detectadas normalmente en personas con anorexia nerviosa, como ritmo cardíaco inestable.

"Se trata de una categoría peligrosa de paciente, porque a menudo los doctores no lo detectan. En cierto momento, estos pacientes han podido tener una necesidad real de perder peso, pero la situación se descontroló", dijo Neville Golden, profesor de pediatría en la Escuela de Medicina de Stanford (Estados Unidos), autor principal de las indicaciones.

Estrategias basadas en las pruebas
Las nuevas recomendaciones incluyen cinco estrategias basadas en pruebas que los pediatras y padres pueden utilizar para ayudar a los adolescentes a evitar la obesidad y los desórdenes alimentarios. Estas pautas se pueden aplicar a todos los jóvenes, y no sólo a aquellos con problemas de peso.

Tres de ellas se centran en comportamientos a evitar: no se debería fomentar hacer dieta, habría que evitar las conversaciones sobre el peso propio o del niño, y nunca hay que molestar a los adolescentes por su peso. Las otras dos se centran en comportamientos recomendables:las familias deben tratar de hacer comidas regulares juntas, y los padres deberían ayudar a sus hijos a desarrollar una dieta equilibrada y a hacer ejercicio para estar en forma, no para perder peso.

Los comentarios negativos sobre el peso también pueden ser perjudiciales para la salud adolescente, añadió Golden. "Las madres que hablan sobre sus propios cuerpos y pesos pueden promover sin darse cuenta que sus hijos no estén satisfechos con su cuerpo, algo que detectamos en la mitad de las niñas y en un cuarto de los niños", ha señalado Golden.

Comer juntos
Las comidas en familia, por otro lado, protegen frente a los problemas de peso. El mecanismo no se conoce, pero Golden cree que puede ser debido, en parte, a la oportunidad de los adolescentes de ver a sus padres llevando a cabo una dieta saludable. "Los pediatras pueden promover que las familias coman juntas tan a menudo como sea posible, no hace falta que sea cada día", apuntó el especialista.