La relevancia del ADN mitocondrial también pone en tela de juicio seguir avanzando en el reemplazo mitocondrial
01 septiembre
13:022016
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares Carlos III (CNIC) de Madrid publicaron el pasado 6 de julio un artículo en Nature en el que se evidencia que los ratones criados de manera que su ADN nuclear y su ADN mitocondrial derivan de diferentes cepas, tienden a envejecer con mejor salud que los ratones cuyos ADN nuclear y ADN mitocondrial se corresponden ancestralmente.
Además de saber que el ADN mitocondrial está implicado en la obtención de energía celular, se sabe muy poco sobre qué influencia puede tener sobre las características de los organismos. Este desconocimiento ha sido utilizado para afirmar que el ADN mitocondrial no tiene más que esta función, argumento aprovechado para respaldar el avance de las técnicas de reemplazo mitocondrial a pesar de las dificultades éticas que estas plantean (Ver Aquí).
Este estudio demuestra que la variante de ADN mitocondrial que contenga el individuo tiene una gran influencia en su interacción con el ADN nuclear, lo que a su vez influye en la síntesis, funcionalidad y vida media de las proteínas mitocondriales, el estrés oxidativo, la señalización de la insulina, la obesidad y los parámetros de envejecimiento, incluyendo el acortamiento de los telómeros y la disfunción mitocondrial, dando como resultado profundas diferencias en la longevidad.
Por tanto, no parece prudente seguir avanzando en la aplicación de las técnicas de reemplazo mitocondrial en seres humanos cuando todavía hay tanto por descubrir sobre el ADN mitocondrial, máxime cuando no se trata de curar a personas enfermas, sino de producir in vitro nuevos individuos.
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