La importancia de un diagnóstico precoz en artritis reumatoide
Entre el 0,5 y el 0,8% de la población española padece artritis reumatoide, lo que significa que aproximadamente 250.000 personas sufren actualmente esta enfermedad. Una cifra a la que hay que sumar los ocho casos nuevos por cada 100.000 habitantes que se diagnostican cada año aproximadamente.
La artritis reumatoide es una enfermedad inflamatoria crónica de origen autoinmune caracterizada principalmente por la inflamación crónica de las articulaciones, que produce destrucción progresiva con distintos grados de deformidad y diversidad funcional. Esta patología puede causar daños en cartílagos, huesos, tendones y ligamentos de las articulaciones. En más del 50% de los casos el comienzo de la enfermedad pasa desapercibido, con síntomas inespecíficos, como astenia, debilidad y miastenia. Las típicas manifestaciones inflamatorias y dolorosas articulares aparecen en estos casos más tarde. Suelen afectar en primer lugar y de forma simétrica a las articulaciones de ambas manos.
Existen dos formas clínicas con diferentes niveles de gravedad. La más común, que afecta aproximadamente a nueve de cada 10 casos, se caracteriza por síntomas leves que remiten fácilmente con los tratamientos antiinflamatorios. El restante 10% sufre una forma más grave, con síntomas que no remiten con AINE, ni con dosis elevadas.
Los principales síntomas de la artritis reumatoide son dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de la movilidad articular, que perjudica especialmente a las articulaciones periféricas de las manos y los pies, así como a muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas. Si la inflamación no se controla, puede derivar en una pérdida de la capacidad para realizar las tareas de la vida cotidiana y un deterioro de la calidad y la expectativa de vida.
Prevalencia
La artritis reumatoide está difundida de manera uniforme por todo el mundo, y afecta a entre el 0,5 y el 2% de la población a escala mundial. Es entre 2,5 y 3 veces más frecuente entre las mujeres que entre los hombres, y mayoritariamente la edad en que es diagnosticada está entre los 40 y los 55 años de edad. En España se estima que entre el 0,5% y el 0,8% de la población presentan artritis reumatoide, diagnosticándose alrededor de 20.000 nuevos casos cada año.
La distribución de la artritis reumatoide es universal, pese a que existen poblaciones específicas y determinantes (como el sexo o la etnia) que se asocian con una prevalencia menor o mayor sin conocer exactamente el motivo. Las estimaciones de la prevalencia de la artritis reumatoide la sitúan en un rango entre el 0,2 y el 1,0%. Las prevalencias más bajas corresponden a las encontradas en países africanos y asiáticos, y las más altas se han estimado en algunas tribus de indígenas americanos.
En nuestro país, la prevalencia estimada en el estudio EPISER (2002-6) fue del 0,5% (0,2-0,8%), siendo en las mujeres del 0,6% (0,2-1,2%) y en los varones del 0,2%. Hay una menor prevalencia de la artritis reumatoide en áreas rurales (0,25%) que en las urbanas (0,6%). La incidencia anual en la población española se sitúa en 8,3 casos por cada 100.000 adultos >16 años; en las mujeres, la incidencia fue de 11,3 casos/100.000 y en los varones de 5,2 casos/100.000.
Comorbilidades
Desde hace décadas se sabe que existe un exceso de mortalidad en pacientes con artritis reumatoide, que oscila entre el 16 y el 300% mayor que en la población general, con excepciones aisladas en artritis reumatoide de reciente comienzo. Este exceso de mortalidad afecta a ambos sexos por igual, y habitualmente se debe a comorbilidades como las infecciones, la enfermedad cardiovascular o la enfermedad respiratoria. Llama la atención que entre los pacientes con artritis reumatoide haya una tasa de fallecimiento por neoplasias mucho menor que entre la población general. Se ha estimado un acortamiento de la esperanza de vida de hasta siete años para los varones y de tres para las mujeres. No obstante, la mejora del tratamiento de la artritis reumatoide, con estrategias de control estrecho y con fármacos biológicos, ha permitido disminuir la mortalidad de la artritis reumatoide hasta hacerse casi comparable con la de la población general.
Puede producirse una remisión espontánea de la enfermedad, que es más probable durante el primer año tras el diagnóstico. Tras 10-15 años, aproximadamente el 20% de los pacientes presentan remisión y un 50-70% puede continuar trabajando a tiempo completo. Solo el 10% de los pacientes llegan a estar gravemente inhabilitados e incapaces de realizar actividades sencillas cotidianas, como lavarse, limpiarse, vestirse o comer.
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