Datos positivos con el uso de edición genética en la inmunoterapia del cáncer
17-02-2020
El primer ensayo clínico en humanos demuestra la seguridad y viabilidad de la tecnología CRISPR-Cas9 en una aplicación inmunoterapéutica.
Investigadores de las universidades de Pennsylvania y Stanford han llevado a cabo un ensayo de fase I que demuestra la viabilidad de una nueva modalidad de edición genética con potencial para tratar mejor los cánceres refractarios.
El nuevo enfoque se basa en editar el genoma de los linfocitos T del paciente añadiendo un receptor para el antígeno tumoral NY-ESO-1 y eliminando, tanto los componentes del receptor residente como el gen inmunosupresor PD-1. Tras ser transferidos a los pacientes estas células persistieron por un periodo de hasta 9 meses manteniendo incólumes sus 3 ediciones genéticas.
Aunque también fueron detectadas algunas translocaciones cromosómicas, la frecuencia de éstas decreció con el tiempo y tampoco se observaron fenómenos de autoinmunidad o genotoxicidad. Así lo afirma Carl June, investigador del Centro Oncológico Abramson y director del estudio. June prosigue indicando que aunque estudios previos ya habían demostrado la viabilidad de la terapia celular adoptiva con linfocitos T, ésta ha presentado diversas limitaciones; por un lado, el apareamiento de las cadenas del receptor exógeno con las del endógeno, lo cual reduce la eficiencia terapéutica y puede dar lugar a linfocitos autoreactivos.
Por otro, el mantenimiento de la expresión de PD-1, lo que hace a estos linfocitos susceptibles al agotamiento mediado por la interacción con su ligando, PD-L1, en la superficie de las células tumorales. Al eliminar estas limitaciones el actual enfoque podría aumentar significativamente la eficiencia terapéutica en los cánceres que presentan antígenos explotables.
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