sábado, 29 de febrero de 2020

Directrices para que las autoridades escolares ayuden a reducir la propagación de la influenza estacional en las escuelas K-12 | CDC

Directrices para que las autoridades escolares ayuden a reducir la propagación de la influenza estacional en las escuelas K-12 | CDC



Directrices para que las autoridades escolares ayuden a reducir la propagación de la influenza estacional en las escuelas K-12

Este documento de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), una agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE. UU., proporciona pautas para ayudar a reducir la propagación de la influenza estacional (gripe) entre los estudiantes y el personal de escuelas K-12. Las recomendaciones se basan en los conocimientos actuales de los CDC acerca de la influenza en los Estados Unidos. Los CDC seguirán controlando la actividad de la influenza y actualizarán esta guía según sea necesario.
Para los fines de esta guía, el término "escuelas" se refiere a las instituciones públicas y privadas que brinden educación de grados K-12 a niños y adolescentes en entornos grupales.

Antecedentes

Las temporadas de influenza son impredecibles en muchos aspectos. Si bien todos los años hay actividad generalizada de la influenza, la fecha, la gravedad y la duración dependen de muchos factores, entre ellos, qué virus de la influenza se están diseminando, la cantidad de personas que son susceptibles a los virus de la influenza que están en circulación y cuán similar es la vacuna contra la influenza con respecto a los virus de la influenza que causan la enfermedad. La fecha de la influenza puede variar de una temporada a otra. En los Estados Unidos, la actividad de la influenza estacional alcanza su punto máximo entre diciembre y marzo, pero los virus de la influenza pueden causar enfermedad desde principios de octubre hasta fines de mayo. Se cree que los virus de la influenza se propagan principalmente entre las personas a través de la tos y los estornudos de individuos infectados. Siendo algo poco frecuente, una persona también podría llegar a contraer la influenza si toca una superficie o un objeto contaminado con el virus de la influenza y se toca luego los ojos, la boca o la nariz.
Muchas infecciones respiratorias se diseminan de persona a persona y causan síntomas similares a los de la influenza. Por lo tanto, las recomendaciones no farmacéuticas de este documento podrían ayudar a reducir la propagación no sólo de la influenza sino también del virus respiratorio sincitial (RSV, por sus siglas en inglés), el rinovirus, el enterovirus D68 y otros virus y bacterias que causan enfermedades.
Todos los días, aproximadamente 55 millones de estudiantes y 7 millones de trabajadores concurren a más de 130 000 escuelas públicas y privadas en los Estados Unidos. Al implementar las recomendaciones de este documento, las escuelas pueden ayudar a proteger de la influenza a un quinto de la población del país. La colaboración es esencial. Los CDC, el Departamento de Educación de los EE. UU., las agencias de educación y de salud pública locales y estatales, las escuelas, los trabajadores, los estudiantes, las familias, las empresas y las comunidades deben trabajar juntos para reducir la propagación de la influenza y de otras infecciones respiratorias.

Niños en edad escolar que corren un alto riesgo de padecer complicaciones por la influenza

Personas de todas las edades contraen la influenza. Los niños en edad escolar conforman un grupo con alto riesgo de contraer la influenza.
La vacunación para prevenir la influenza tiene una importancia particular para las personas que corren alto riesgo de presentar complicaciones graves por la enfermedad. Consulte Personas con alto riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza para ver una lista completa de los factores relacionados con la edad y la salud que aumentan el riesgo.

Recomendaciones

A continuación se presentan las recomendaciones para ayudar a reducir la propagación de la influenza en las escuelas.
  • Aliente a estudiantes, padres y personal a vacunarse anualmente contra la influenza.
    • Enséñeles a estudiantes, padres y personal que la mejor manera de protegerse contra la influenza es vacunándose todas las temporadas. Ver Datos clave de la vacuna contra la influenza estacional.
      • Se recomienda la vacunación contra la influenza estacional a todas las personas de 6 meses de edad o más a menos que tengan una contraindicación a las vacunas contra la influenza. Consulte Vacunación: quiénes deberían hacerlo, quiénes no deberían hacerlo y quiénes deberían tomar precauciones. La vacuna contra la influenza estacional protege contra tres o cuatro virus de la influenza que, según las investigaciones, serán los más comunes en la próxima temporada. Todos los años se analizan los virus de la vacuna y se cambian según sea necesario con base en la vigilancia internacional y las estimaciones de los científicos sobre qué virus predominarán la próxima temporada.
      • Varios fabricantes diferentes producen la vacuna trivalente (tres componentes) contra la influenza para el mercado estadounidense. Se fabricarán algunas vacunas contra la influenza estacional que brindarán protección contra cuatro virus (vacunas tetravalentes contra la influenza). Ver Datos clave de la vacuna contra la influenza estacional y Cómo se elaboran las vacunas contra la influenza para obtener más información.
      • Las vacunas contra la influenza tienen un registro de seguridad muy bueno. A lo largo de los años, cientos de miles de estadounidenses recibieron la vacuna contra la influenza estacional. Los efectos secundarios más comunes después de recibir la vacuna contra la influenza son leves, como dolor, enrojecimiento, sensibilidad o inflamación donde se administró la inyección.
      • Las iniciativas de vacunación contra la influenza deben iniciarse antes de finales de octubre, si es posible. Sin embargo, mientras los virus de la influenza estén en circulación, se debería seguir ofreciendo la vacunación durante toda la temporada de influenza, incluso en enero y posteriormente.
    • Considere ofrecer la vacuna contra la influenza estacional a los estudiantes en edad escolar. Las clínicas de vacunación en las escuelas, que a menudo están dirigidas por el personal del departamento de salud pública conjuntamente con las escuelas, son una opción para vacunar a los niños en edad escolar contra la influenza. También puede considerarse la vacunación de otros grupos (por ej.: personal, estudiantes educados en su hogar, estudiantes que asisten a escuelas cercanas, miembros de la familia y otros miembros de la comunidad). Para obtener más información, comuníquese con su departamento de salud pública local. Ver Vacunación contra la influenza en escuelas (SLV): Información para los encargados de la planificación).
  • Aliente a estudiantes, padres y personal a tomar medidas preventivas todos los días para detener la diseminación de los gérmenes.
    • Aliente a los estudiantes y el personal a permanecer en sus hogares cuando están enfermos.
      • Enseñe a los estudiantes, padres y el personal la importancia de permanecer en sus hogares cuando están enfermos hasta al menos 24 horas después de ya no tener fiebre* o los signos de fiebre (escalofríos, sensación de mucho calor, cara enrojecida o sudoración) sin haber usado medicamentos para bajar la fiebre.
      • Revise las políticas de la escuela y considere revisar aquéllas que dificultan que los estudiantes y el personal permanezca en sus hogares o cuando cuida a otras personas que están enfermas.
        • Implemente políticas flexibles de licencia por enfermedad para estudiantes y el personal.
        • Evite el uso de premios a la asistencia perfecta.
        • Capacite al personal para que otros puedan cubrir a los compañeros de trabajo que deben permanecer en sus hogares.
    • Aliente el uso del protocolo para la higiene respiratoria entre estudiantes y personal mediante la educación y provisión de suministros. Ver Cubrirse la boca al toser.
      • Enséñeles a los estudiantes y al personal a cubrirse la boca con un pañuelo o con el brazo al toser o estornudar. Si usan un pañuelo, deberían arrojarlo al cesto de basura y lavarse las manos.
      • Proporcione los suministros adecuados donde pueda alcanzarlos fácilmente, incluyendo pañuelos y cestos de basura que no requieran contacto con las manos.
    • Aliente la higiene de las manos entre los estudiantes y el personal mediante educación, horarios programados para lavarse las manos y provisión de suministros. Ver Lavado de manos: las manos limpias salvan vidas.
      • Enseñe a estudiantes y personal a lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón durante 20 segundos, secarse las manos con una toalla de papel y usar la toalla de papel para cerrar el grifo. En caso de que haya disponible ni agua ni jabón y si las manos no están visiblemente sucias se puede usar un desinfectante para manos con al menos 60 % de alcohol.
      • Incluya un horario para el lavado de manos en los programas de los alumnos.
      • Proporcione los suministros adecuados, incluyendo áreas limpias y funcionales para el lavado de manos, jabón, toallas de papel y desinfectante para manos a base de alcohol.
    • Aliente a los estudiantes y el personal a no tocarse con las manos su nariz, la boca y ojos.
    • Fomente la limpieza rutinaria de superficies a través de la educación, política y la provisión de suministros. Ver Cómo limpiar y desinfectar las escuelas para ayudar a disminuir la propagación de la influenza.
      • Limpie rutinariamente las superficies y objetos que se tocan a menudo, como escritorios, mesadas, picaportes, teclados de computadoras, artículos de aprendizaje práctico, manijas de grifos y teléfonos. Vacíe los cestos de basura las veces que sea necesario.
      • Use productos de limpieza general que utilice normalmente . Siga siempre las instrucciones de la etiqueta de los productos. No se recomienda desinfección adicional más allá de la rutina de limpieza.
      • Proporcione los suministros adecuados, como por ejemplo, productos de limpieza generales registrados por la EPA, guantes, toallitas desinfectantes y cestos de basura que no requieran contacto con las manos.
      • Adapte sus actividades de limpieza a los tipos de gérmenes que desea combatir o matar.
        • Los virus de la influenza son relativamente frágiles, por lo tanto, las prácticas estándar, por ejemplo, limpiar y desinfectar con agua y jabón, pueden ayudar a quitarlos o matarlos
        • Estudios han demostrado que los virus de la influenza pueden vivir e infectar potencialmente a las personas durante 2 a 8 horas luego de haberse depositado en la superficie. Por lo tanto, no son necesarios ni se recomiendan procesos de desinfección especial más allá de la rutina de limpieza, incluyendo cerrar las escuelas para limpiar cada superficie del edificio, para reducir la propagación de la influenza, incluso durante un brote de la influenza.
        • Algunas escuelas pueden incluir otras prácticas de limpieza y desinfección en los procedimientos estándar para tratar los gérmenes que no se los elimina ni se los mata con agua y jabón solamente.
  • Eduque a estudiantes, padres y personal sobre qué hacer si alguien se enferma.
    • Enseñe a estudiantes, padres y alumnos cuáles son las señales y los síntomas de la influenza, las señales de advertencia de emergencia y los grupos de alto riesgo. Ver la lista al comienzo de este documento.
      • Quienes tengan síntomas similares a los de la influenza en la escuela deben ir a sus casas y permanecer allí hasta por al menos 24 horas después de la desaparición de la fiebre o de los signos de fiebre sin usar medicamentos para bajar la fiebre. Quienes tengan señales de advertencia de emergencia deben buscar atención médica de inmediato. Ver La influenza: lo que se debe hacer en caso de enfermarse.
      • Quienes tengan síntomas similares a los de la influenza y tengan un alto riesgo de presentar graves complicaciones por la influenza deben preguntarle a un profesional de la salud si deben examinarse. Consulte Personas con alto riesgo de desarrollar complicaciones por la influenza.
    • Separe a los estudiantes y personal enfermos de los demás hasta que alguien pueda recogerlos y llevarlos a su casa. De ser posible, identifique una "sala de enfermos" por donde otros no pasen normalmente. La sala de enfermos debe estar separada de las áreas usadas por los estudiantes sanos para las actividades de rutina, como recoger medicamentos. Debe haber una cantidad limitada de personal para la sala para enfermos y éstos no deben estar en riesgo de contraer enfermedades graves si se enferman.
    • Aliente a estudiantes, padres y personal a tomar medicamentos antivirales si su profesional de la salud se los receta. Ver Tratamiento - Medicamentos antivirales.
      • Los medicamentos antivirales son medicamentos recetados que pueden tratar la influenza. Estos medicamentos pueden reducir la cantidad de días que una persona está enferma y también pueden prevenir complicaciones graves por la influenza, pero no todas las personas necesitan ser tratadas.
      • Los medicamentos antivirales tienen una mayor eficacia si se comienzan a tomar dentro de los primeros 2 días de la enfermedad, pero también pueden ayudar a reducir el riesgo de presentar un cuadro clínico grave si se los comienza a tomar 2 días o más luego de la aparición de la enfermedad en el caso de las personas que están muy enfermas.
      • Aunque la mayoría de las personas se recuperarán de la influenza sin tratamiento, se recomiendan los medicamentos antivirales para las personas que tienen influenza y requieren estar hospitalizas; que tienen una enfermedad progresiva, grave o complicada; o que corren alto riesgo de influenza grave debido a una afección médica subyacente o a su edad.
  • Establezca relaciones con los funcionarios de salud locales y estatales para tener una comunicación continua.
    • Siga su situación local mediante una comunicación cercana con los funcionarios de salud locales y estatales.
    • Actualice los planes de emergencia para que estén al día antes de que ocurra un brote.

Pie de página

*Muchas autoridades establecen un límite de 100 (37.8 grados Celcius) o 100.4 F (38 grados Celsius) como indicador de fiebre pero esta cifra de hecho puede variar según ciertos factores como el método de medición y la edad de la persona; entonces quizás sean apropiados otros valores indicadores de fiebre. Los CDC ofrecen recomendaciones de salud pública que se basan en la presencia (o ausencia) de fiebre. Lo que se quiere dejar en claro con esto es que la temperatura de una persona no debe superar este límite.

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