Una nueva y barata tecnología experimental podría examinar rutinariamente a las mujeres para detectar el cáncer de mama sin exposición a la radiación. El sistema, desarrollado por investigadores de la Universidad de Waterloo (Canadá) utiliza microondas inofensivas y software de inteligencia artificial (IA) para detectar incluso pequeños tumores en fase temprana en cuestión de minutos.
“Nuestras principales prioridades eran hacer que esta modalidad basada en la detección fuera rápida y barata. Tenemos resultados increíblemente alentadores y creemos que es debido a su simplicidad”, explica Omar Ramahi, autor del estudio, que se ha presentado en la ‘First International Conference of Intelligent Computing and Engineering (ICOICE 2019)‘.
Un prototipo del dispositivo, que ha tenido un desarrollo de 15 años, costó menos de 5.000 dólares (4.592 euros) para construirlo. Consiste en un pequeño sensor en una caja ajustable de unos 15 centímetros cuadrados que está situado bajo una abertura en una mesa de examen acolchada. Los pacientes se acuestan boca abajo en la mesa de manera que un seno se coloca en la caja.
El sensor emite microondas que rebotan y luego son procesadas por un software de IA en un ordenador portátil. Al comparar la composición del tejido de una mama con la otra, el sistema es lo suficientemente sensible para detectar anomalías de menos de un centímetro de diámetro. Un resultado negativo podría descartar rápidamente el cáncer, mientras que uno positivo desencadenaría la remisión a pruebas más costosas que utilizan la mamografía o la resonancia magnética (RM).
“Si las mujeres se sometieran regularmente a esta nueva tecnología experimental, los posibles problemas se detectarían mucho antes, en los primeros estadios del cáncer. Nuestro sistema puede complementar la tecnología existente, reservando opciones mucho más costosas para cuando sean realmente necesarias. Necesitamos una mezcla, una combinación de tecnologías. Cuando nuestro dispositivo diera la señal de alarma, significaría que se justifica más investigación”, apunta el investigador.
Además de reducir los tiempos de espera de los pacientes y permitir un diagnóstico más temprano, el dispositivo eliminaría la exposición a la radiación, mejoraría la comodidad de los pacientes y funcionaría en senos particularmente densos, un problema con las mamografías.
También supondría un ahorro para los sistemas sanitarios y, debido a su bajo coste y facilidad de uso, aumentaría “drásticamente” el acceso a las pruebas de detección en el mundo en desarrollo. Los investigadores han solicitado una patente y han creado una empresa para comercializar el sistema y esperan comenzar las pruebas en pacientes dentro de seis meses.