Una de las manifestaciones clínicas que está generando más controversia en los pacientes con COVID-19 es la inusual presencia de coágulos de sangre en los pulmones de pacientes gravemente enfermos. A este respecto, las terapias antitrombóticas se han convertido en un factor esencial para mejorar el pronóstico y reducir la mortalidad provocada por el virus.
Con el objetivo de debatir los diferentes abordajes de las terapias antitrombóticas y del uso de los anticoagulantes en los pacientes con infección por el SARS-CoV-2 que acuden a un servicio de urgencias, LEO Pharma, líder mundial en trombosis, ha colaborado con el Grupo de Trabajo de Enfermedad Tromboembólica Venosa (ETV) de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES) en la organización de un seminario online.
La opinión de los expertos
Bajo el nombre ‘La anticoagulación en pacientes con COVID-19’, durante este encuentro online se abordaron cuestiones como que en los pacientes con Dímero-D muy altos, un fragmento de proteína provocado por la degradación del fibrinógeno y que aumenta en caso de inflamación y de trombosis, generaba la duda razonable de valorar dosis de HBPM más elevadas. A este respecto, Jorge Castillo, de la Fundación Jiménez Díaz (Madrid), señaló también que los pacientes que no llegaban a ingresar en el centro hospitalario recibían profilaxis con HBPM durante al menos 7 días debido al confinamiento e inmovilización domiciliaria o a factores de riesgo trombótico preexistentes.
Por su parte, José Mateo, especialista en Hematología y Hemoterapia en el Hospital de Sant Pau (Barcelona), centró su charla en la coagulopatía y la interpretación de hemostasia en la infección por Covid-19: “Cuando se activa la coagulación de forma indiscriminada, como consecuencia de una infección sistémica, se produce el cuadro denominado coagulación intravascular diseminada (CID), caracterizada por la presencia de depósitos masivos de fibrina en la circulación, lo que conlleva daño orgánico y empeora el pronóstico de los pacientes. La inflamación pulmonar aguda, sería la causante de la activación de la coagulación y la trombosis. Estos trombos serían degradados por otro sistema de defensa, denominado sistema fibrinolítico, con formación de un producto de degradación que se conoce como Dímero-D. El hecho de que una coagulopatía esté presente en estos pacientes ha promovido que se planteen estrategias antitrombóticas con heparinas”.
Por último, Jorge Carriel, del Servicio Medicina Interna del Hospital Clínico San Carlos (Madrid), habló sobre el manejo de la anticoagulación en los pacientes con infección por Covid19 desde el punto de vista de la evidencia científica. “Las heparinas, además del efecto anticoagulante, poseen un cierto efecto antiinflamatorio. Es por eso por lo que el uso de estas en pacientes médicos ingresados reduce el riesgo de trombosis”, concluía el experto en este seminario online de terapias antitrombóticas.