Nerola, un pueblo italiano convertido en laboratorio humano
Un hospital de Roma experimenta con los ciudadanos aislados de Nerola un sistema de pruebas combinadas
El 26 de marzo, un pequeño pueblo al norte de Roma, encaramado en la cima de una colina, encendió todas las alarmas en plena crisis del coronavirus. Nerola, a 53 kilómetros de la capital y con una población de 1.950 habitantes, advirtió de un foco de contagios en una región relativamente controlada como Lacio. Unas 80 personas, entre trabajadores y residentes, habían dado positivo en una residencia de ancianos. Fuera, lo habían transmitido ya, al menos, a seis personas más. El Gobierno, alarmado, decidió cerrar el pueblo. La comida debería llegar directamente a las casas y los comerciantes recibirían abastecimiento del exterior una vez por semana. Una situación excepcional en plena crisis en la que el hospital Spallanzani de Roma vio la oportunidad para lanzar un ambicioso experimento y convertir el pueblo en la probeta de Italia.
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