Numerosos ensayos clínicos en todo el mundo avanzan para conseguir terapias frente a la COVID-19. Todavía no se ha logrado dar con él, ni tampoco con una vacuna. En concreto, hace falta descubrir un agente antiviral específico para tratar a los infectados. El objetivo es que puedan eliminar el virus de forma óptima y evitar la transmisión posterior. Y en ello se afanan laboratorios de todo el mundo.
En el ciclo de webinars sobre COVID19 organizado por la Sociedad Española de Reumatología (SER), se ha abordado esta cuestión. Según José M. Miró, del Hospital Clínic de Barcelona, el interferón beta-1b presenta muy buena actividad contra la COVID-19. El mismo es “útil en pacientes con enfermedad leve a moderada, si se administra en la primera semana a la aparición de los síntomas, combinado con lopinavir-ritonavir  y ribavirina”.
El especialista ha manifestado que el antiviral conocido como remdesivir ha demostrado una mejora clínica significativa en ensayos clínicos aleatorizados. “Ante estos resultados, Japón ya ha aprobado remdesivir para pacientes infectados con SARS-CoV-2, la FDA le ha otorgado una autorización de uso de emergencia para el tratamiento de pacientes graves”. Se prevé que la EMA lo apruebe esta semana.

La decepción de los antimaláricos como terapias para COVID-19

Al margen de los antivirales, la cloroquina e hidroxicloroquina son dos tratamientos antimaláricos que se han hecho famosos, al haberse utilizado como terapias de emergencia para COVID-19. Todo ello en base a su eficacia in vitro.
Sin embargo, los estudios publicados recientemente, basados en un ensayo clínico aleatorizado con miles de pacientes (ensayo clínico RECOVERY), han puesto en evidencia su eficacia.
A este respecto intervenía Francis Berenbaum, del Hospital Saint-Antoine de París. “Su uso no disminuye el ingreso en UCI ni elimina más rápidamente el virus, con respecto a los pacientes que no recibieron hidroxicloroquina. Tampoco la administración de este antiinflamatorio reduce la muerte en pacientes con neumonía debido a la COVID-19”. De esta forma, los datos observacionales “no respaldan el uso rutinario de hidroxicloroquina para pacientes infectados por el virus SARS-CoV-2”.