Científicos de EE UU recomiendan redefinir el término “cáncer”
Expertos del Instituto Nacional del Cáncer estadounidense proponen eliminarlo de determinados diagnósticos con el fin de evitar el miedo en algunos pacientes
Carolina García Washington 30 JUL 2013 - 17:53 CET
El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, organismo más importante del país en investigación, recomienda redefinir la palabra "cáncer" como respuesta al incremento de sobrediagnósticos y sobretratamiento de los pacientes en el país. El cáncer se define en la actualidad como una enfermedad que es causada por un grupo de células que proliferan sin control y se multiplican de manera autónoma, invadiendo localmente y a distancia otros tejidos en cualquier parte del cuerpo.
Mientras unos tipos de cáncer o tumores son malignos y ponen en riesgo la vida del enfermo, otros, en cambio, no lo hacen, pero los pacientes, muchas veces asustados simplemente por el término, se inclinan por el tratamiento más agresivo del abanico de opciones, a pesar de la posible benignidad de su condición, informa The New York Times. Incluso, en algunas ocasiones, eligen un camino en el que las consecuencias emocionales y físicas son devastadoras, según explican los expertos en un artículo publicado en el Journal of American Medical Association.
"Se tendría que eliminar la palabra para aquellos diagnósticos más leves y que debido a los grandes avances médicos son detectados y tratados a tiempo", aseguran. "Existe una gran diferencia entre la mentalidad de ahora y la de hace 20 años en la reacción que una persona tiene cuando se le detecta una célula cancerígena y el miedo a morir", ha dicho Harold Varmus, ganador del Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1989 y director del Instituto Nacional del Cáncer, a The New York Times.
"Todavía tenemos problemas para convencer a la gente de que las patologías que se encuentran tras una mamografía u otros dispositivos de detección no siempre son tumores malignos, en el sentido clásico de la palabra; de que eso no significa que vayan a morir", añadió Varmus. "Aunque también hay científicos que deben interiorizar esto, no solo el público en general", concluyó. La palabra "cáncer" debe ser renombrada para excluirla del concepto de tumor benigno y así "los pacientes tendrán menos miedo y serán menos propensos a buscar tratamientos agresivos que pueden ocasionarles graves daños".
Un ejemplo, que cita el artículo, es el carcinoma de mama (carcinoma ductal in situ), "un diagnóstico que muchos doctores aceptan que no es cáncer". El comité, que incluye a algunos de los científicos más importantes del país, también sugirió que muchas lesiones de este tipo detectadas en el pecho, la próstata, las tiroides, el pulmón "no deben ser denominadas como cáncer" y deben ser clasificadas como "lesiones indolentes de origen epitelial" (IDLE, por sus siglas en inglés).
"Modificar el lenguaje que usamos para diagnosticar el cáncer es esencial para otorgar confianza a los pacientes, para convencerles de que no tienen que someterse a tratamientos agresivos por cada hallazgo en una exploración rutinaria. Como en el caso anterior podría ser la extirpación de un pecho.
El problema es que el paciente oye la palabra cáncer y piensa que va a morir. Debemos reservar esta palabra para cuando exista un riesgo real", explicó Laura Esserman, líder del artículo, a The New York Times. "Necesitamos una definición del siglo XXI en vez de recurrir a una que data del siglo XIX", añadió Otis Brawley, jefe médico de la Asociación Americana de Cáncer, al mismo periódico.
Por tanto, para los expertos, el cáncer debe ser redefinido y basado en cinco puntos esenciales: reconocer que el sobrediagnóstico es común, y más cuando cada vez los sistemas de detección son más específicos y mejores; hacer menos pruebas innecesarias; diagnosticar a un enfermo con cáncer tan solo cuando su vida esté en peligro y necesite tratamiento inmediato; crear una forma de reconocer y controlar las lesiones menores, y ampliar los enfoques en cuanto tratamiento, gestión y prevención del cáncer.
A pesar de que es muy probable que pasen años hasta que se ejecuten estos cambios en la redefinición de cáncer, ya que muchos expertos discrepan con estas recomendaciones, este grupo ha puesto sobre la mesa un debate que puede cambiar la discusión sobre los tumores malignos, su definición y futuros tratamientos e investigaciones. Sin embargo, muchos médicos y expertos coinciden en que es necesario mejorar la comunicación con el paciente, aunque destacan que no se pueden cambiar "cientos de años de literatura modificando repentinamente solo la terminología".
Mientras unos tipos de cáncer o tumores son malignos y ponen en riesgo la vida del enfermo, otros, en cambio, no lo hacen, pero los pacientes, muchas veces asustados simplemente por el término, se inclinan por el tratamiento más agresivo del abanico de opciones, a pesar de la posible benignidad de su condición, informa The New York Times. Incluso, en algunas ocasiones, eligen un camino en el que las consecuencias emocionales y físicas son devastadoras, según explican los expertos en un artículo publicado en el Journal of American Medical Association.
"Se tendría que eliminar la palabra para aquellos diagnósticos más leves y que debido a los grandes avances médicos son detectados y tratados a tiempo", aseguran. "Existe una gran diferencia entre la mentalidad de ahora y la de hace 20 años en la reacción que una persona tiene cuando se le detecta una célula cancerígena y el miedo a morir", ha dicho Harold Varmus, ganador del Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1989 y director del Instituto Nacional del Cáncer, a The New York Times.
"Todavía tenemos problemas para convencer a la gente de que las patologías que se encuentran tras una mamografía u otros dispositivos de detección no siempre son tumores malignos, en el sentido clásico de la palabra; de que eso no significa que vayan a morir", añadió Varmus. "Aunque también hay científicos que deben interiorizar esto, no solo el público en general", concluyó. La palabra "cáncer" debe ser renombrada para excluirla del concepto de tumor benigno y así "los pacientes tendrán menos miedo y serán menos propensos a buscar tratamientos agresivos que pueden ocasionarles graves daños".
Un ejemplo, que cita el artículo, es el carcinoma de mama (carcinoma ductal in situ), "un diagnóstico que muchos doctores aceptan que no es cáncer". El comité, que incluye a algunos de los científicos más importantes del país, también sugirió que muchas lesiones de este tipo detectadas en el pecho, la próstata, las tiroides, el pulmón "no deben ser denominadas como cáncer" y deben ser clasificadas como "lesiones indolentes de origen epitelial" (IDLE, por sus siglas en inglés).
"Modificar el lenguaje que usamos para diagnosticar el cáncer es esencial para otorgar confianza a los pacientes, para convencerles de que no tienen que someterse a tratamientos agresivos por cada hallazgo en una exploración rutinaria. Como en el caso anterior podría ser la extirpación de un pecho.
El problema es que el paciente oye la palabra cáncer y piensa que va a morir. Debemos reservar esta palabra para cuando exista un riesgo real", explicó Laura Esserman, líder del artículo, a The New York Times. "Necesitamos una definición del siglo XXI en vez de recurrir a una que data del siglo XIX", añadió Otis Brawley, jefe médico de la Asociación Americana de Cáncer, al mismo periódico.
Por tanto, para los expertos, el cáncer debe ser redefinido y basado en cinco puntos esenciales: reconocer que el sobrediagnóstico es común, y más cuando cada vez los sistemas de detección son más específicos y mejores; hacer menos pruebas innecesarias; diagnosticar a un enfermo con cáncer tan solo cuando su vida esté en peligro y necesite tratamiento inmediato; crear una forma de reconocer y controlar las lesiones menores, y ampliar los enfoques en cuanto tratamiento, gestión y prevención del cáncer.
A pesar de que es muy probable que pasen años hasta que se ejecuten estos cambios en la redefinición de cáncer, ya que muchos expertos discrepan con estas recomendaciones, este grupo ha puesto sobre la mesa un debate que puede cambiar la discusión sobre los tumores malignos, su definición y futuros tratamientos e investigaciones. Sin embargo, muchos médicos y expertos coinciden en que es necesario mejorar la comunicación con el paciente, aunque destacan que no se pueden cambiar "cientos de años de literatura modificando repentinamente solo la terminología".
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