martes, 30 de julio de 2013

Sólo las leyes que prohíben fumar en todos los espacios cerrados reducen las intenaciones por infartos




  SÓLO LAS LEYES QUE PROHÍBEN FUMAR EN TODOS LOS ESPACIOS CERRADOS REDUCEN LAS INTERNACIONES POR INFARTOS
Investigadores del Ministerio de Salud de la Nación estudiaron la reducción de las internaciones por infartos, derivadas de las prohibiciones totales y parciales de fumar en espacios cerrados establecidas por las respectivas leyes de control de tabaco de la provincia de Santa Fe y de la Ciudad de Buenos Aires. Sólo las leyes totalmente restrictivas sobre ambientes libres de humo de tabaco logran disminuir el número de ingresos hospitalarios por infartos.
En la provincia de Santa Fe en 2005, año anterior a la implementación de la ley de control del tabaco se produjeron 1.612 internaciones por infartos; en cambio, en el año siguiente, hubo 1277 ingresos, lo que implicó una reducción de más del 20% en el número de hospitalizaciones por enfermedades coronarias.
La disminución de las internaciones por infartos fue notablemente menor en la Ciudad de Buenos Aires. En 2005, año anterior a la implementación de la ley,  los ingresos fueron 1699 mientras que en el 2007 fueron 1608,  lo que se tradujo en una disminución del  5 % de  las hospitalizaciones.
La legislación santafesina que estableció la prohibición total de fumar en todos los espacios públicos y privados cerrados del territorio provincial –afirma el estudio-  generó una reducción significativa en el número de ingresos hospitalarios por infartos. En cambio, el carácter parcialmente restrictivo de la ley de la Ciudad de Buenos Aires -que permitió la existencia de zonas para fumadores en bares, restaurantes y otros sitios cerrados públicos- fue la razón del escaso descenso de los ingresos hospitalarios por eventos coronarios.
Este gráfico muestra cómo la cantidad de internaciones por infartos comienza a descender luego de la aplicación de la ley sobre ambientes 100% libres de humo de tabaco en la provincia de Santa Fe, mientras que no se observa variación en Ciudad de Buenos Aires, donde las restricciones a fumar en espacios públicos fueron parciales.
El grado de restricción que las respectivas leyes otorgaron a los ambientes libres de humo de tabaco fue un factor decisivo en los resultados alcanzados. La investigación corroboró los hallazgos de otros estudios llevados a cabo en diferentes países que han demostrado que sólo las legislaciones totalmente restrictivas protegen  de los diferentes riesgos para la salud que genera la exposición al humo de tabaco ajeno.

La Ley Nacional de Control del Tabaco (26.687)
Esta ley, reglamentada el 29 de mayo de 2013, establece la prohibición de fumar en todos los espacios cerrados de uso público o privado tales como escuelas, servicios de salud, casinos, bingos, boliches, bares, restaurantes, teatros, museos, bibliotecas, transporte público, estadios cubiertos y lugares de trabajo públicos y privados. Sólo exceptúa de la prohibición patios, terrazas, balcones y demás áreas al aire libre.

El estudio de los investigadores argentinos afirmó -sobre la base de los resultados obtenidos- que la efectivización de la ley nacional de control del tabaco evitará alrededor de 4.000 ingresos por infartos, ya en el primer  año de vigencia. 
El cumplimiento efectivo de la ley requiere no sólo el compromiso de legisladores, decisores, equipos de salud sino también la defensa por parte de toda la ciudadanía en cada uno de los espacios cotidianos -hogares, automóviles, sitios de trabajo y estudio- del derecho a vivir libres de la exposición al humo de tabaco.
Consecuencias para la salud del humo de tabaco
El humo de tabaco está compuesto por más de 7.000 sustancias químicas tales como nicotina, monóxido de carbono, alquitrán y otros componentes cancerígenos que pueden permanecer en el ambiente hasta dos semanas después de que se ha ventilado la habitación en la que se estuvo fumando.
La exposición al humo de tabaco ambiental produce patologías respiratorias, distintos tipos de cáncer (principalmente de pulmón) y enfermedades cardiovasculares. 
Estudios nacionales e internacionales señalan que en Argentina mueren cada año más de 40.000 personas por enfermedades vinculadas al tabaquismo, 6 mil de ellas son fumadoras pasivas.
Los ambientes 100% libres de humo de tabaco evitan y/o reducen el inicio del consumo; protegen la salud de los no fumadores; disminuyen los costos en el sistema de atención; reducen el consumo en los fumadores; aumentan los niveles de cesación de fumadores y desnaturalizan  el consumo de tabaco frente a los niños y jóvenes.

Más información sobre el Área de Control del Tabaco en: www.msal.gov.ar/inc/index.php/programas/area-de-control-del-tabaco

                                                         
                                                                           
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