lunes, 12 de septiembre de 2016

Despejan las dudas que asocian Zika en la gestación con anomalías fetales - DiarioMedico.com

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EN MODELO PRIMATE

Despejan las dudas que asocian Zika en la gestación con anomalías fetales

Un experimento con un macaco revela de forma concluyente que el virus de Zika deteriora el cerebro del feto.
Redacción. Madrid   |  12/09/2016 17:00
 
 

Cerebro fetal primate con Zika
Imagen por RM del cerebro fetal de un primate infectado por Zika. Presenta una anómala región blanca y acumulación de fluido. (Universidad de Washington)
Por primera vez, se ha documentado experimentalmente el desarrollo de anomalías en el cerebro fetal producidas por la infección durante el embarazo con el virus de Zika. Esta observación se ha realizado en un tipo de macaco (Macaca nemestrina) y los resultados confirman, además, que podría emplearse como un modelo de investigación de tratamientos,según se expone esta semana en Nature Medicine.
De hecho, este sería el primer caso documentado de lesión cerebral fetal que se registra en un primate no humano infectado por el virus de Zika.
"Esta observación despeja cualquier duda que pueda quedar sobre que el virus de Zika es muy peligroso para el feto; también aporta detalles acerca de cómo se produce la lesión cerebral", destaca Kristina Adams Waldorf, autora principal del estudio, y obstetra en la Universidad de Washington, especializada en infecciones maternas y fetales.
"El estudio nos permitirá determinar no solo si una vacuna o terapia frente al Zika evita las lesiones en el cerebro del feto, sino también si estos abordajes son seguros para tomar durante el embarazo", añade.
En el experimento, infectaron al macaco con el virus durante el tercer trimestre de la gestación. Emplearon una cepa camboyana de 2010 que es casi genéticamente idéntica a la que ahora se encuentra en Brasil.
Si bien el animal gestante no mostró signos de la enfermedad, como erupción o fiebre, el feto sí desarrolló anomalías cerebrales, que no se constataron durante los controles realizados en la gestación. Las anomalías surgieron en los diez días desde infección y se comprobó que, en concreto, había un retraso en el crecimiento cerebral.
"Es la única evidencia directa que demuestra que el virus de Zika puede atravesar la placenta al final del embarazo y afectar el cerebro del feto", afirma otro de los autores principales del estudio, Michael Gale, profesor de Inmunología de la Universidad de Washington.
Agente causal
Gale ha recordado que los resultados del estudio concuerdan con el postulado de Koch, que establece los criterios para determinar si un microorganismo es agente causal de una enfermedad o trastorno.
Adams Waldorf, Gale y el profesor asociado de Pediatría de la Universidad de Washington Lakshmi Rajagopal son los tres directores del proyecto. "Nos sorprendimos cuando vimos la primera resonancia magnética del cerebro fetal a los 10 días después de la inoculación viral. Nunca hubiéramos pensado que una gran área del cerebro del feto sería dañada tan rápido", señala Rajagopal. "Nuestros resultados sugieren que la terapia para prevenir la lesión cerebral fetal debería ser o bien una vacuna o bien un medicamento profiláctico que se tome en el momento de la picadura del mosquito para neutralizar el virus. En el momento en que una mujer embarazada desarrolla síntomas, el cerebro del feto ya puede verse afectado y dañado".
El estudio con el virus de Zika se ha llevado a cabo durante el equivalente del tercer trimestre de la gestación humana. La cantidad de virus inoculado en este estudio se aproxima a lo que una persona puede contraer.
A las tres semanas después de la inoculación viral, dejó de crecer la materia blanca del cerebro del feto, que es importante para coordinar la comunicación entre las diferentes partes cerebrales.Si el estudio hubiera continuado durante un mes más, se habría producido microcefalia.
Los investigadores enumeran algunos problemas de desarrollo cerebral que podrían afectar a determinados bebés cuyas madres sufren una infección por el virus de Zika durante el embarazo. Entre ellos, se incluyen la pérdida de células cerebrales y de conexiones entre esas células, el ensanchamiento de las cavidades cerebrales que contienen fluido, la reducción del tamaño del mesencéfalo (parte del cerebro que controla el movimiento, además de otras funciones), y las alteraciones de la visión debido a las interrupciones en el nervio óptico. Además, encontraron que el genoma vírico también estaba presente en otros tejidos fetales incluyendo, ojo, hígado y riñón.
La investigación reveló de manera concluyente que el virus de Zika de había cruzado la placenta y alcanzado al cerebro fetal. De hecho, Gale señala que el nivel de virus en el cerebro del feto era superior al hallado en la madre.

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