Así se han reducido los contaminantes por las medidas contra el COVID-19
El satélite europeo Sentinel-5P ha detectado una caída significativa en las concentraciones de dióxido de nitrógeno en el norte de Italia entre febrero y marzo. La disminución de este compuesto, emitido por los vehículos, coincide con las medidas adaptadas para evitar el avance de la enfermedad, que han provocado una reducción del tráfico y las actividades industriales.
Las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2, más rojo en el mapa a mayor concentración) se han reducido en el norte de Italia entre mediados de febrero y el 11 de marzo (última fecha facilitada hasta ahora por el satélite Sentinel-5P) coincidiendo con las medidas frente al coronavirus. / ESA/Copernicus
Nuevos datos del satélite Sentinel-5P de Copernicus, el programa de observación de la Tierra liderado por la Comisión Europea en colaboración con la Agencia Espacial Europea (ESA), muestran un descenso en la contaminación del aire, específicamente las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2), en Italia.
La disminución de este contaminante, uno de las principales sustancias nocivas que expulsan los vehículos (especialmente los diésel), se aprecia sobre todo en el norte del país, coincidiendo con el bloqueo nacional decretado para impedir la propagación del coronavirus.
El mismo afecto se ha observado en grandes zonas urbanas de China con satélites de la NASA y es muy probable que ocurra en otras ciudades europeas donde se han adoptado medidas parecidas, como Madrid, aunque en la concentración y dispersión de los contaminantes influyen mucho las condiciones meteorológicas, como la lluvia y el viento.
En este caso, los datos se han obtenido con Tropomi, un instrumento del satélite que cartografía una gran cantidad de contaminantes del aire a escala mundial. Con su información se han podido ver las fluctuaciones en las emisiones de NO2 en Europa entre el 1 de enero y el 11 de marzo de 2020. Empleando un promedio móvil de diez días se ha realizado una animación para ver su evolución.
Claus Zehner, responsable de la misión Sentinel-5P de Copernicus para la ESA, comenta: “La disminución de las emisiones de dióxido de nitrógeno sobre el valle del Po, en el norte de Italia, es especialmente llamativa”.
“Aunque podría haber ligeras variaciones en los datos debido a la capa de nubes y el tiempo cambiante –añade–, estamos seguros de que la reducción en las emisiones que puede observarse coincide con las medidas de contención de Italia, que han provocado una reducción del tráfico y las actividades industriales”.
Datos desde el espacio de acceso libre
Por su parte, Josef Aschbacher, director de Programas de Observación de la Tierra de la ESA, destaca: “Tropomi es el instrumento más preciso en la actualidad para medir la contaminación del aire desde el espacio. Estas mediciones, disponibles en todo el mundo gracias a la política de acceso libre y abierto a los datos, proporcionan información crucial para los ciudadanos y los responsables de la toma de decisiones”.
La enfermedad del coronavirus (COVID-19), cuyos casos registrados a escala mundial ya ascienden a más de 160.000, ha sido declarada recientemente pandemia por la Organización Mundial de la Salud. En Italia, su número aumentó drásticamente desde que a mediados de febrero llegó al hospital el primer paciente infectado. Hoy es el país con más personas afectadas después de China.
En un intento por reducir la propagación de la enfermedad, el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, anunció el bloqueo de todo el país, cerrando colegios, restaurantes, bares, museos y otros centros por todo el territorio nacional.
Entre muchas otras aplicaciones, los satélites permiten visualizar desde el espacio algunos efectos colaterales de estas medidas. Sentinel-5P o Precursor es el primer satélite de la misión Copernicus dedicado a vigilar nuestra atmósfera. Su intrumento Tropomi es capaz de cartografiar numerosos gases traza, como dióxido de nitrógeno, ozono, formaldehído, dióxido de azufre, metano, monóxido de carbono y aerosoles, que afectan al aire que respiramos y, por tanto, a nuestra salud y el medio ambiente.
Dada la importancia y la necesidad cada vez mayores de vigilar la calidad del aire, las próximas misiones Sentinel-4 y Sentinel-5 del programa Copernicus de la UE monitorizarán los gases traza y aerosoles. Estas misiones proporcionarán información sobre la calidad atmosférica, el ozono estratosférico y la radiación solar, además de vigilar el clima.
Fuente:
ESA
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