Con un 28,3 por ciento, las patologías cardiovasculares siguen siendo la principal causa de muerte en España, por delante del cáncer (26,4 por ciento) y de las enfermedades del sistema respiratorio (12,6 por ciento).
La Sociedad Española de Cardiología (SEC) recuerda que los principales factores de riesgo implicados en la mayoría de estas enfermedades son el tabaquismo, el aumento del colesterol, la hipertensión, la diabetes sin control, la obesidad y el sedentarismo.
En el terreno de la investigación, para la industria farmacéutica las enfermedades cardiovasculares suponen una de las áreas terapéuticas a las que más recursos de I+D destinan las compañías. Así, los laboratorios farmacéuticos de todo el mundo tienen actualmente en fase de desarrollo cerca de 600 nuevos tratamientos contra las enfermedades cardiovasculares. Sólo los distintos tipos de cáncer, las enfermedades neurológicas, las infecciosas y las inmunológicas tienen más productos en I+D.
Estos avances en la investigación han conseguido, tal como refleja el informe El valor del medicamento desde una perspectiva social, elaborado por el Instituto Weber, que en el caso de España la tasa de mortalidad por infarto ha caído desde el 6,2 por 10.000 habitantes del año 2000 hasta el 3,4 en 2015. Algo similar ha ocurrido con la mortalidad por accidentes cerebrovasculares, que ha pasado de una tasa de 9 por 10.000 habitantes hace 20 años a una del 6,1 en 2015.
Además, ya hay investigaciones prometedoras en esta área con tratamientos de terapia génica, anticuerpos monoclonales e inhibidores enzimáticos que están demostrando una alta efectividad en el tratamiento de la insuficiencia cardiaca.
El futuro del tratamiento llegará, según los especialistas, gracias a la medicina de precisión, que va a permitir a los médicos e investigadores predecir con mayor exactitud qué estrategias de tratamiento y prevención funcionarán en qué pacientes, teniendo en cuenta sus genes, entorno y estilo de vida.