Cada vez se realizan nuevos estudios sobre la atención en los sistemas sanitarios para comprobar si existen o no diferencias en la misma por cuestión de género. Uno de los últimos informes elaborados por la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, y denominado ‘Mujer, discapacidad y enfermedad crónica’, establece que, si los hombres pasan de media unos 3,2 años para la obtención de un diagnóstico efectivo sobre su enfermedad crónica, en el caso de las mujeres esta media se eleva hasta los seis años.
Este es solo uno de los datos extraídos de este trabajo, que también añade otras conclusiones como que un 50 por ciento de las mujeres entrevistadas evalúan su estado de salud como malo o muy malo, frente a un 28 por ciento de hombres.
Estos datos son fruto de una encuesta realizada en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid, cuyo objetivo era analizar la percepción que los pacientes tienen sobre su propia salud, así como la situación de hombres y mujeres con enfermedades crónicas en el ámbito familiar, social y laboral.Este informe ha sido presentado recientemente en el Congreso de los Diputados.
De esta forma, también se ha podido concluir que, en el ámbito laboral, cabe destacar que un 38 por ciento de las mujeres con enfermedad crónica trabajan, mientras que, en el caso de los hombres, este porcentaje baja hasta el 32 por ciento. Además, mientras un 20 por ciento de los hombres obtienen la incapacidad laboral permanente, tan sólo un 11 por ciento de las mujeres la obtienen.
Otro dato que llama la atención es que un 60 por ciento de los hombres que se encuentran en un estadio 2 de avance de la enfermedad obtiene una pensión contributiva, mientras que tan solo lo hacen un 16 por ciento de las mujeres.
Medidas a tomar
Ante estos datos, la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes, Carina Escobar, ha querido destacar que “los datos que reflejan el estudio dan una visión de la importancia de conocer más el impacto que tiene la enfermedad en los diferentes segmentos de la población”.
En concreto, en referencia a las mujeres, desde la POP opinan que “tenemos que trabajar claramente en el ámbito de la salud, social, laboral y el de las relaciones sociales. En este último, que también impacta en mayor medida en nosotras, debemos poner el foco en la soledad no deseada y en diseñar estrategias que nos permitan innovar en cuidados para paliar esta situación”. Para Carina Escobar, a la luz de los datos arrojados por la investigación “no podemos negar que las mujeres están infradiagnosticadas”.
De esta forma, en el informe se incluyen algunas propuestas para solventar estas diferencias notables en cuestión de género. Entre otras, destaca el ajustar los criterios de diagnóstico con perspectiva de género, analizando y diferenciando los síntomas que presentan uno u otro sexo; mejorar la información y formación sobre las enfermedades crónicas y una mejor coordinación entre los diferentes niveles asistenciales que permitan acortar tiempos; la modificación de los baremos de discapacidad para que incorporen la realidad de las personas con enfermedades crónicas o el establecimiento de medidas de conciliación de la vida personal y laboral que eviten la doble jornada de trabajo doméstico y de trabajo de cuidados.