La globulina hiperinmune es un tratamiento derivado del plasma que previamente se ha demostrado que es eficaz para tratar infecciones respiratorias virales agudas graves y que podría ser una opción terapéutica para el COVID-19. Así lo han explicado desde Takeda, que ha anunciado que está analizando si productos comercializados y en desarrollo de su cartera podrían ser tratamientos eficaces para los pacientes infectados de  SARS-CoV-2,  el virus que causa el COVID-19.
En palabras de Rajeev Venkayya, presidente de la división de vacunas de Takeda y codirector del equipo de respuesta al COVID-19 de la compañía, “hemos identificado varios productos y técnicas de la empresa para este fin y esperamos poder ampliar las opciones terapéuticas para los pacientes con COVID-19 y los profesionales sanitarios que les tratan”.
De hecho, desde Takeda han añadido que también trabaja en un tratamiento para personas de alto riesgo con COVID-19. En concreto, ha informado a miembros del Congreso de Estados Unidos que está iniciando el desarrollo de una globulina hiperinmune (H-IG) policlonal anti-SARS-CoV-2 para el tratamiento de personas de alto riesgo con COVID-19.
Tal y como informaban desde Takeda, actualmente están en conversaciones con varias autoridades sanitarias y reguladoras nacionales y con entidades sanitarias de Estados Unidos, Asia y Europa para avanzar rápidamente en la investigación de TAK-888. Esto requiere el acceso al plasma de personas que se hayan recuperado del COVID-19 o que hayan sido vacunadas cuando se desarrolle una vacuna. Estos donantes convalecientes tienen anticuerpos contra el virus que podrían mitigar la gravedad de la enfermedad en los pacientes con COVID-19 y posiblemente prevenirla.
Globulina hiperinmune
Al respecto del propio tratamiento, desde el laboratorio explican que la H-IG actúa concentrando los anticuerpos específicos contra el virus patógeno que están presentes en el plasma obtenido de pacientes que se han recuperado de la enfermedad o de donantes vacunados en el futuro. Al transferir los anticuerpos a un nuevo paciente, esto puede ayudar al sistema inmunológico de esa persona a responder a la infección y aumentar sus posibilidades de recuperación.
Dado que es improbable que el plasma necesario para TAK-888 provenga de donantes actuales de plasma, Takeda producirá inicialmente el producto en una zona aislada e independiente de su fábrica de Georgia y su desarrollo y producción no deberían afectar negativamente a la capacidad de Takeda para producir sus otros tratamientos derivados del plasma.