Algunas preguntas pueden favorecer la reflexión, facilitar que el paciente exprese sus emociones y preocupaciones que no siempre están en relación a la enfermedad o la muerte. El paciente puede estar preocupado, por ejemplo, por aquellas personas o cosas que son importantes en su vida. Entonces podemos preguntar "¿cuáles son las cosas más importantes en su vida?", o bien ¿qué espera de los tratamientos que le están haciendo?, ¿hay algún tema que le preocupe?, ¿qué le contaron de los estudios hicieron y qué opina usted al respecto?, ¿le gustaría saber los resultados de esos estudios?
Si el paciente hace preguntas como: ¿cuánto tiempo me queda?, ¿tengo cáncer? puede ser conveniente evitar una respuesta directa. Podemos preguntar:
• ¿En qué está pensando?
• ¿Por qué lo pregunta?
• ¿En qué le modificará la respuesta?
Esto permitirá conocer cuánto sabe el paciente y qué le preocupa, y orientar posibles intervenciones con él y su entorno.
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