Congelar y almacenar embriones durante el tratamiento de fertilidad utilizando una técnica llamada vitrificación es seguro, aunque las mujeres tienen menos probabilidades de quedar embarazadas y tener un parto exitoso cuanto más tiempo se almacenan los embriones, según una nueva investigación publicada en ‘Human Reproduction’, una de las revistas de medicina reproductiva más importantes del mundo.
Ha habido preocupación por que la tecnología de vitrificación pudiera ser insegura para el embrión, lo que provocaría complicaciones en el momento del nacimiento y más adelante, incluyendo parto prematuro, bajo o alto peso al nacer y defectos congénitos.
Hasta ahora, tampoco estaba claro si el tiempo de almacenamiento después de la vitrificación afectó la viabilidad del embrión, los resultados del embarazo o los resultados neonatales. El estudio, que es el más grande para investigar estas preguntas, encontró que las posibilidades de quedar embarazada y dar a luz a un bebé vivo disminuyeron significativamente con un mayor tiempo de almacenamiento.
Los investigadores del Hospital Noveno del Pueblo de Shanghái, en China, analizaron los resultados de 24.698 pacientes a quienes se transfirieron embriones vitrificados por primera vez entre enero de 2011 y diciembre de 2017.
Compararon pacientes que tenían embriones vitrificados almacenados por hasta tres meses (grupo uno) con pacientes cuyos embriones fueron almacenados por 3-6 meses (grupo dos), 6-12 meses (grupo tres) y 12-24 meses (grupo cuatro). Encontraron que la tasa de implantación cayó del 40% en el grupo uno al 26% en el grupo cuatro; la tasa de embarazo clínico cayó del 56% en el grupo uno al 26% en el grupo cuatro; y la tasa de nacimientos vivos cayó del 47% en el grupo uno al 26% en el grupo cuatro.
Esto significa que entre las mujeres que tenían embriones almacenados durante menos de tres meses, 47 de cada 100 mujeres tendrían un parto vivo. Mientras que entre las mujeres que tenían embriones almacenados entre 12 y 24 meses, 34 de cada 100 mujeres tendrían un parto vivo.
La tasa de abortos espontáneos y embarazos ectópicos también aumentó con un mayor tiempo de almacenamiento. Sin embargo, estas asociaciones no fueron estadísticamente significativas después de tener en cuenta factores que podrían afectar los resultados, como la edad de la madre, el índice de masa corporal de la madre, la causa de infertilidad, la paridad y la calidad del embrión y la etapa de desarrollo. No hubo evidencia de que el tiempo de almacenamiento afectara los resultados neonatales.
Los grupos tres y cuatro tenían una mayor proporción de mujeres mayores o pacientes con mal pronóstico debido a un menor número de óvulos disponibles que los grupos uno y dos; por lo tanto, los investigadores llevaron a cabo un segundo análisis para investigar si podrían ser las edades de las mujeres y la cantidad de óvulos viables que tenían en sus ovarios en el momento de la vitrificación y la transferencia de embriones lo que condujo a menores tasas de embarazo y natalidad.
Analizaron un subconjunto de 7.270 mujeres menores de 36 años y cuya infertilidad fue causada por trompas de Falopio bloqueadas o dañadas. Esto produjo resultados similares, ya que hubo una tasa de natalidad del 50% entre las mujeres en el grupo uno, en comparación con una tasa de natalidad del 38% en el grupo cuatro.
La doctora Qianqian Zhu, asistente de investigación que dirigió el estudio. destaca que “los resultados de este subanálisis respaldan nuestros resultados principales sobre la relación entre la duración del almacenamiento con el embarazo y los resultados neonatales”.
El profesor Qifeng Lyu, subdirector del departamento de reproducción asistida del hospital y coautor, añade: “Nuestro estudio sugiere que aunque el tiempo de almacenamiento de embriones vitrificados afectó negativamente los resultados del embarazo, incluidos el embarazo clínico y las tasas de nacimientos vivos, no afectó los resultados neonatales”.

Técnica de la vitrificación

“Han surgido preocupaciones sobre la seguridad del tiempo de almacenamiento prolongado de embriones vitrificados en todo el mundo después de la amplia aplicación de la vitrificación y la salud neonatal está relacionada con el crecimiento, el desarrollo y la salud en la infancia, la adolescencia y la edad adulta –prosigue–. Nuestro estudio demostró la seguridad del uso de embriones almacenados durante mucho tiempo después de la vitrificación en la salud neonatal”.
A su juicio, “esta es una noticia tranquilizadora para las parejas que buscan tratamiento de fertilidad. La reducción en las tasas de nacimientos vivos puede superarse mediante ciclos adicionales de transferencia de embriones. Si descubrimos que la salud neonatal se ve afectada negativamente por la vitrificación, impondría una gran carga para las personas, la familia y sociedad”.
El estudio no puede mostrar el efecto de almacenar embriones durante más de 24 meses, y los investigadores no realizaron un seguimiento a largo plazo de los bebés, por lo que no tienen información sobre su crecimiento y desarrollo. Como el estudio fue retrospectivo, defienden que se necesitan estudios prospectivos con seguimiento a largo plazo para investigar la seguridad de la vitrificación por períodos más largos de tiempo.
La doctora Zhu destaca que estos resultados “sugieren que los médicos deberían considerar el efecto de la duración del almacenamiento antes de tomar decisiones sobre la cantidad de embriones para congelar y almacenar. Esto es especialmente importante para las pacientes con cáncer, que pueden tener sus ovarios destruidos por las terapias contra el cáncer y que tienen retrasar el tratamiento de fertilidad hasta que se hayan recuperado de su enfermedad”.
La vitrificación implica colocar los embriones brevemente en una solución para deshidratarlos antes de que se congelen rápidamente en un estado de vidrio. Los productos químicos llamados crioprotectores se utilizan durante este proceso para evitar la formación de cristales de hielo, que podrían dañar los embriones.
Luego, los embriones se exponen inmediatamente al nitrógeno líquido para congelarlos rápidamente, listos para el almacenamiento. Cuando es necesario, este proceso se invierte para descongelar y calentar los embriones rápidamente.
La vitrificación es una técnica simple, rápida y económica, que se ha convertido en una herramienta fundamental en los tratamientos de fertilidad en los últimos años debido a sus mayores tasas de supervivencia de embriones y mejores resultados clínicos.