lunes, 5 de marzo de 2012

La resiliencia ayuda a manejar la depresión y la ansiedad - DiarioMedico.com

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RELACIÓN ENTRE HEMISFERIOS CEREBRALES

La resiliencia ayuda a manejar la depresión y la ansiedad

La resiliencia está relacionada con la inteligencia emocional, que es necesaria para adaptarse a las situaciones de cambio. Rafaela Santos preside el Instituto Español de Resiliencia y afirma que a través de dicha capacidad se puede controlar la depresión y la ansiedad.
Clara Simón Vázquez   |  05/03/2012 00:00

Rafaela Santos
Rafaela Santos, en la Fundación Ramón Areces, de Madrid. (José Luis Pindado)

La resiliencia es la capacidad que tiene un sujeto para afrontar situaciones traumáticas, a través del desarrollo de los circuitos cerebrales adecuados para que el cerebro responda con herramientas para hacerse más fuerte. "Ante una situación novedosa, las conexiones neuronales de la amígdala se ponen en alerta y se tienen que relacionar con las del córtex, que es donde se controlan los impulsos", ha explicado a Diario Médico Rafaela Santos, presidenta del Instituto Español de Resiliencia, que ha participado en el Simposio sobre Resiliencia, celebrado en la Fundación Ramón Areces, de Madrid.

En la parte de la amígdala se fabrican muchas catecolaminas para que se active dicha zona, "pero cuando no se detiene la percepción de miedo o de ansiedad se siguen produciendo y aparece la carga alostática. Cuando una persona tiene miedo es porque se proyecta al pasado o al presente. Si el cerebro piensa que se encuentra en una situación de amenaza, sigue fabricando catecolaminas y si se frena la carga alostática, se puede modificar la ansiedad".

Según la experiencia de la neuropsiquiatra, se puede modificar la depresión y la ansiedad a través de potenciar la resiliencia. "La persona que no gestiona bien la ansiedad es poco resiliente, porque le falta confianza en sí misma".

En esta situación, Santos cree que los ansiolíticos son un flotador. "Si alguien se está ahogando, le das un flotador para que no se ahogue, pero no puede estar siempre con él, tiene que aprender a nadar. Lo primero es mantener a flote a la persona, que saque la cabeza del agua, si hace falta con ansiolíticos, pero después hay que enseñarle a nadar con psicoterapia".

Santos asegura que cuanto antes se empiece la psicoeducación es mejor, "porque los circuitos cerebrales aún no están configurados. Por eso es importante que se configuren de forma adecuada".

La neuropsiquiatra, que también preside la Sociedad Española de Especialistas en Estrés Postraumático, ha recordado que los circuitos del miedo liberan neurotransmisores, como las catecolaminas, y los de la confianza liberan oxitocina, la hormona que se genera en el embarazo, y que se libera para que la gestante se proteja del estrés que se produce.

Así, "es necesario potenciar desde las primeras etapas de la vida los circuitos de la confianza", ha apuntado Santos. 

Valoración y clasificación

La resiliencia no se puede medir, pero existe una escala para valorar la vulnerabilidad. Rafaela Santos ha comentado que con la escala se miden diez dimensiones: autoconocimiento y recursos internos, autorregulación, gestión del estrés, responsabilidad, identidad y autoestima, recursos externos, equilibrio vital, red familiar y social, y coherencia y motivación transcendente. Cuando se tienen los resultados, "se puede hacer un traje a medida para ver de qué forma se puede trabajar la resiliencia". Con la ansiedad sucede algo parecido. Existe un test para analizar el nivel de estrés y ver si necesita fármacos o pautas conductuales para resolverlo. Dispone de cinco dimensiones y, en función de la carga en cada una de ellas, se pueden tomar las medidas adecuadas. "Con un programa de tres meses se puede conseguir que una persona aprenda a no tener ansiedad".

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