Los largos supervivientes testimonian la innovación

Largo superviviente de cáncer: dícese de la persona que ha padecido algún proceso tumoral, que se considera curada y que ya no recibe tratamiento.

Clara Simón/ Raquel Serrano | 29/03/2012 00:00

Actualmente, un 3 por ciento de la población española se encuadra en este grupo y la cifra, afortunadamente, podría avanzar a buen ritmo: un 2 por ciento más cada año.

Ni que decir tiene que el continuo desarrollo de los conocimientos tecnológicos, biológicos y médicos -tanto en innovación de fármacos como en cirugía y radioterapia-, así como la coordinación multidisciplinar de profesionales, ha conseguido este importante logro de la comunidad médica y científica que, no obstante, deberá afrontar otro reto oncológico: una mayor proporción de la población española (se calcula que más de un 5 por ciento en 2015) habrá superado un cáncer gracias a que los diagnósticos se realizarán en estadios más precoces y los tratamientos serán más eficaces. Además, es previsible un aumento de segundos tumores y recidivas en algunos de los largos supervivientes.

Nueva orquestación
En este nuevo panorama sociosanitario, aunque positivo, habrá que hacer frente a una nueva forma de atender a los pacientes, así como desarrollar estrategias diferentes para abordar la enfermedad, aspectos que no han pasado inadvertidos a los miembros de la Sociedad Española de Oncología (Seom), que ha elaborado un Plan Integral de Atención a Largos Supervivientes, ya que entienden que estas personas suponen el próximo reto de la oncología asistencial.

Durante la presentación oficial de este plan en el último congreso de la oncología española, Emilio Alba, expresidente de Seom, ofrecía las líneas maestras de la nueva orquestación, donde la reestructuración se centraría tanto en el control como en el seguimiento de estos pacientes. Y no sólo de aspectos médicos sino también de tipo social, psicológico y laboral.

Planes de atención multidisciplinar y áreas especializadas en atención oncológica de largos supervivientes para el control se consideran imprescindibles en este nuevo marco, así como la futura coordinación con los médicos de atención primaria, que parecen jugar, según los especialistas, un papel clave en el seguimiento de las personas curadas.