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Institutos Nacionales de la Salud
Más niños toman antipsicóticos para el TDAH, según un estudio
Los usos no aprobados de estos potentes fármacos ameritan más investigación, plantean expertos
Traducido del inglés: miércoles, 8 de agosto, 2012
Los antipsicóticos están aprobados para tratar el trastorno bipolar, la esquizofrenia, otros problemas mentales graves y la irritabilidad relacionada con el autismo. Pero no cuentan con la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. para el TDAH ni otros problemas conductuales pediátricos, y su uso con esta finalidad se considera como "fuera de etiqueta".
"Apenas una pequeña proporción del tratamiento antipsicótico en los niños (6 por ciento) y adolescentes (13 por ciento) es para indicaciones clínicas aprobadas por la FDA", señaló el investigador líder, el Dr. Mark Olfson, profesor de psiquiatría clínica del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York.
"Estas tendencias nacionales enfocan la atención sobre el grado sustancial y creciente en que los niños diagnosticados con TDAH y otros trastornos de conductas perturbadoras están siendo tratados con antipsicóticos", aseguró Olfson.
Los investigadores hallaron que las consultas médicas de 1993 a 1998 y de 2005 a 2009 que tenían que ver con la receta de un antipsicótico a un niño aumentaron siete veces, de 0.24 a 1.83 por 100 personas. Para los adolescentes de 14 a 20 años, la tasa aumentó de 0.78 a 3.76 por 100 personas, y para los adultos, más o menos se duplicó, de 3.25 a 6.18 por 100 personas.
Muchas de las recetas para niños fueron emitidas por médicos que no eran psiquiatras, hallaron los investigadores.
Aunque estos fármacos pueden conllevar una rápida mejora en los niños con problemas graves de comportamiento y conductas agresivas, no está claro si resultan útiles para el grupo más amplio de niños con TDAH, planteó. Tampoco se ha estudiado su efecto a largo plazo sobre el cerebro en desarrollo de los niños.
Olfson dijo que la mayoría de niños y adolescentes tratados con antipsicóticos no reciben psicoterapia. "Esto sugiere que se debe hacer más por aumentar el acceso a, y la disponibilidad de, las intervenciones psicosociales", señaló.
"El entrenamiento en la gestión parental y en habilidades cognitivas de resolución de problemas son ejemplos de tratamientos efectivos pero poco usados para los jóvenes con problemas de conductas perturbadoras", planteó.
El estudio, que aparece en la edición en línea del 6 de agosto de la revista Archives of General Psychiatry, usó datos de las Encuestas nacionales de atención médica ambulatoria de 1993 a 2009. En total, se incluyó a más de 484,000 personas.
Los investigadores hallaron que las recetas de antipsicóticos aumentaron en niños y adultos. Pero los médicos recetaron más antipsicóticos a niños y adolescentes (68 y 72 por ciento, respectivamente) que a adultos (50 por ciento).
Entre los niños menores de trece años, el fármaco más recetado fue la risperidona (Risperdal). Otros medicamentos incluyeron a aripiprazol (Abilify), quetiapina (Seroquel) y olanzapina (Zyprexa). De esos medicamentos, Abilify fue el más comúnmente recetado a adolescentes de 14 a 20 años, halló el estudio.
Todos esos antipsicóticos, desarrollados a partir de los 90, se consideran "atípicos" o de segunda generación.
Para los pacientes mayores, la FDA emitió recientemente una advertencia de salud pública sobre los antipsicóticos atípicos después de determinar que las tasas de mortalidad son más altas entre las personas mayores con demencia que los toman.
El Dr. Peter Breggin, psiquiatra de Ithaca, Nueva York, y un crítico abierto del uso generalizado de antipsicóticos en niños, dijo que esos fármacos dañan al cerebro en desarrollo.
"Estamos ante una catástrofe nacional", advirtió Breggin. "Es una situación en que hemos arruinado los cerebros de millones de niños".
Para controlar la conducta, los antipsicóticos actúan sobre los lóbulos frontales del cerebro, la misma área a la que se dirige una lobotomía, apuntó Breggin.
"Son fármacos que lobotomizan", añadió. "Por supuesto que reducen toda conducta, incluso la irritabilidad", comentó.
El equipo de Olfson halló que la mayoría de niños tratados con antipsicóticos tienen un diagnóstico de TDAH, conducta oposicional y trastornos no especificados de conducta perturbadora.
Entre 2005 y 2009, el control de la "conducta perturbadora" dio cuenta del 63 por ciento del motivo de la administración de antipsicóticos a los niños, y de casi 34 por ciento para los adolescentes, hallaron los investigadores.
En contraste, el trastorno bipolar y la depresión fueron los motivos más comunes de recetar estos fármacos a los adultos en ese periodo.
Simon Rego, director de entrenamiento en psicología del Centro Médico Montefiore y del Colegio de Medicina Albert Einstein en la ciudad de Nueva York, advirtió que esos fármacos conllevan efectos secundarios graves, que incluyen aumento de peso, diabetes y problemas cardiacos.
"Pero quizás incluso más importante es el hallazgo de que una mayoría sustancial de las consultas de niños con antipsicóticos fueron para jóvenes diagnosticados con trastornos de conducta perturbadora, para los cuales actualmente no hay antipsicóticos aprobados por la FDA", planteó.
Dados los efectos inciertos que los antipsicóticos tienen sobre el desarrollo cognitivo (del cerebro), social y físico de los niños y adolescentes, quizás sea necesario reevaluar los patrones de práctica clínica, señaló Rego.
También se necesitan esfuerzos por educar a los médicos sobre la seguridad y la eficacia de los antipsicóticos, dijo.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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(c) Derechos de autor 2012, HealthDay
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