Una afección comúnmente observada en el envejecimiento podría alterar la función cerebral
Un pequeño estudio sugiere que, después de todo, la 'leucoaraiosis' no es inocua
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(*estas noticias no estarán disponibles después del 11/11/2012)
Traducido del inglés: lunes, 13 de agosto, 2012
En contradicción con lo que antes se creía, los investigadores hallaron que esta afección común, en que los vasos sanguíneos enfermos provocan pequeñas áreas de daño en el cerebro, no es una parte inocua del proceso de envejecimiento.
En las personas que sufren de leucoaraiosis, también conocida como isquemia de los vasos sanguíneos pequeños, las IRM revelan minúsculas áreas del cerebro que se han visto privadas de oxígeno. Esas áreas aparecen como brillantes puntos blancos.
"Ha habido mucha controversia sobre estas anomalías comúnmente identificadas en IRM y su impacto clínico", señaló el Dr. Kirk Welker, profesor asistente de radiología del Colegio de Medicina de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. "En el pasado, la leucoaraiosis se ha considerado como una parte benigna del proceso de envejecimiento, como las canas y las arrugas", añadió en un comunicado de prensa de la Sociedad Radiológica de América del Norte (Radiological Society of North America).
Esas lesiones cerebrales son comunes en las personas a partir de los 60 años. Sin embargo, algunas personas se ven más afectadas que otras, anotaron los investigadores.
"Sabemos que el envejecimiento es un factor de riesgo de la leucoaraiosis, y sospechamos que la hipertensión podría tener que ver", planteó Welker.
Para evaluar los efectos de la leucoaraiosis, los pacientes mayores con función cerebral normal que participaron en el estudio se sometieron a IRM especiales que medían los cambios metabólicos en una parte activa del cerebro. Los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos. Un grupo incluyó a 18 participantes que tenían una leucoaraiosis "moderada" de 25 milímetros. El otro grupo incluyó a 18 participantes de la misma edad pero que tenían menos de 5 milímetros de leucoaraiosis.
Durante las IRM, se pidió a los participantes que identificaran parejas de palabras, y que diferenciaran entre líneas rectas y diagonales.
Aunque ambos grupos completaron las tareas con éxito, el estudio mostró que los dos grupos tenían patrones distintos de activación cerebral. Los pacientes con niveles moderados de leucoaraiosis tenían patrones anómalos de activación, lo que incluía una menor activación en áreas del cerebro que tienen que ver con el procesamiento del lenguaje durante la tarea de las palabras, y una mayor activación en las áreas visuales espaciales del cerebro durante la tarea de líneas diagonales.
"Los distintos sistemas del cerebro responden de forma diferente a la enfermedad", explicó Welker. "El daño en la materia blanca afecta las conexiones dentro de la red de lenguaje del cerebro, lo que lleva a una reducción general en la actividad de la red".
Los autores del estudio concluyeron que prevenir la leucoaraiosis e identificar las áreas afectadas del cerebro es clave para los pacientes que se someten a mapeo cerebral prequirúrgico u otros tratamientos.
"Nuestros resultados amplían el creciente cuerpo de evidencia de que se trata de una enfermedad a la que debemos prestar atención", aseguró. "La leucoaraiosis no es una manifestación benigna del envejecimiento, sino una importante afección patológica que altera la función cerebral".
El estudio aparece en la edición en línea del 13 de agosto de la revista Radiology.
Artículo por HealthDay, traducido por Hispanicare
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