Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH)
Otros problemas y trastornos
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) a menudo se presenta con otros trastornos (llamados trastornos comórbidos con el TDAH). Cerca de la mitad de los niños con TDAH remitidos a las clínicas presentan trastornos de la conducta así como TDAH.
La combinación de TDAH con otros trastornos de la conducta a menudo conlleva retos adicionales para las personas afectadas, sus educadores y proveedores de atención médica. De ahí que es importante que todos los niños con TDAH sean examinados por los médicos para detectar otros trastornos y problemas.
Dificultad para relacionarse con sus pares
El TDAH puede tener muchos efectos en el desarrollo de un niño, como dificultad para hacer amigos y entablar relaciones con personas de su edad. Estas relaciones de la niñez contribuyen a la felicidad inmediata del niño y pueden ser muy importantes en su desarrollo a largo plazo.
Los niños con TDAH pueden tener problemas en las relaciones con los niños de su edad, como por ejemplo, ser rechazados y no tener amigos cercanos. En algunos casos, los niños con dificultad para relacionarse con sus pares también tienen un riesgo más alto de sufrir ansiedad, trastornos de la conducta y del humor y, durante la adolescencia, problemas de abuso de drogas o alcohol y delincuencia.
- Los padres de niños con antecedentes de TDAH reportan casi el triple de problemas de sus hijos con otros niños de su edad que los que no tienen historial de TDAH (21.1 frente a 7.3%).1
- Los padres reportan que los niños con antecedentes de TDAH tienen una probabilidad casi 10 veces mayor de que presenten problemas que interfieran con sus amistades (20.6 frente a 2.0%).1
¿Cómo interfiere el TDAH en las relaciones con los pares?
La manera en que el TDAH contribuye a los problemas de socialización no se comprende del todo. Varios estudios han determinado que los niños con TDAH del tipo predominantemente inatento tienden a ser percibidos por sus compañeros como tímidos y retraídos. Las investigaciones indican claramente que la conducta agresiva en los niños con síntomas de impulsividad e hiperactividad puede contribuir de manera significativa al rechazo por parte de sus compañeros. Además, a menudo el TDAH va acompañado de otros trastornos de la conducta. Los niños con TDAH y otros trastornos parecen enfrentar problemas mayores en las relaciones con sus compañeros.
Tener TDAH no significa que las relaciones con otros niños de la misma edad deban ser malas.
No todo el que padece el TDAH tiene dificultad para llevarse bien con los demás. En el caso de aquellos que sí tienen dificultad, se pueden hacer muchas cosas para mejorar sus relaciones interpersonales. Mientras más pronto se determinen los problemas que tiene un niño en las relaciones con sus pares, más eficaz podrá ser la intervención. Aun cuando los investigadores no han aportado respuestas definitivas, hay cosas que los padres podrían considerar para ayudar a sus hijos a establecer y fortalecer relaciones con sus compañeros:
- Reconocer la importancia de que su niños mantengan relaciones saludables con los niños de su edad. Estas relaciones pueden ser tan importantes como lo son las calificaciones para el éxito escolar.
- Mantener una comunicación constante con las personas que desempeñan un papel importante en la vida de sus niños (como maestros, consejeros escolares, personas a cargo de las actividades extraescolares, proveedores de atención médica, etc.). Mantenerse al día con el desarrollo social de sus niños en ambientes comunitarios y escolares.
- Incentivar al niño a que participe en actividades con otros niños de su edad. Establecer una comunicación con otros padres, entrenadores deportivos y aquellos adultos que se relacionan con su hijo para seguir su progreso o estar enterados de cualquier problema que pudiera tener.
- Los programas para pares pueden ayudar, en particular para los niños de más edad y los adolescentes. A menudo las escuelas y las comunidades cuentan con programas de este tipo. Hable con los directores de los programas y los proveedores de cuidados médicos de su hijo sobre la posibilidad de que su hijo participe en dichos programas.
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Riesgo de lesiones
Los niños y los adolescentes con TDAH pueden sufrir lesiones más graves y frecuentes que los que no tienen este trastorno.
Las investigaciones han mostrado que los niños con TDAH tienen un riesgo significativamente mayor de:
- Lesionarse cuando andan a pie o en bicicleta
- Lesionarse la cabeza
- Lesionarse más de una parte del cuerpo
- Requerir hospitalización por una intoxicación accidental
- Requerir internación en la unidad de cuidados intensivos o sufrir una lesión que produce una discapacidad
Es necesario llevar a cabo más investigaciones para entender de qué manera los síntomas del TDAH contribuyen al riesgo de sufrir lesiones y otros trastornos que se pueden presentar con el TDAH. Por ejemplo, puede ser que un niño con TDAH no preste atención a los carros que vienen en dirección contraria mientras anda bicicleta o cruza la calle, o que realice actividades físicas peligrosas sin pensar en las posibles consecuencias. Los adolescentes con TDAH que manejan puede que incurran en más infracciones de tránsito y que sufran más accidentes, y tienen una doble probabilidad de que se les suspenda la licencia para manejar que los que no tienen TDAH.
Mucho de los que ya se sabe sobre la prevención de lesiones podría ser particularmente útil para las personas con TDAH.
- Asegúrese de que el niño use casco cuando ande en bicicleta. Recuerde a los niños tanto como sea necesario que deben estar pendientes de los carros y que deben evitar actividades peligrosas.
- Vigile a los niños cuando realicen actividades de alto riesgo o cuando estén en sitios peligrosos, como por ejemplo mientras se estén trepando por todos lados o estén cerca de una piscina.
- Mantenga fuera del alcance de los niños productos caseros potencialmente peligrosos, herramientas, equipos y armas de fuego.
- Es recomendable que los adolescentes con TDAH escuchen menos música mientras manejan solos, que manejen sin pasajeros o que lleven pocos, que organicen sus salidas con suficiente tiempo de antelación, que eviten consumir alcohol y drogas y usar el teléfono celular mientras manejan.
- Se recomienda que los padres hagan que sus hijos asistan a cursos sobre seguridad al manejar antes de que saquen su licencia de manejo.
- Para más consejos sobre prevención de lesiones, visite el Centro de lesiones (en inglés) de los CDC.
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Trastorno de oposición desafiante
El trastorno de oposición desafiante (TOD) es uno de los trastornos más comunes que acompañan al TDAH. Por lo general, comienza antes de los ocho años de edad o a más tardar en los primeros años de la adolescencia. Los síntomas a menudo se pueden manifestar más ante las personas que conoce, como miembros de la familia o alguien que lo cuida habitualmente. Se trata de conductas que no corresponden al comportamiento previsible para la edad del niño y llevan a problemas significativos en la escuela, el hogar y con sus compañeros.
Algunos ejemplos de conductas del trastorno de oposición desafiante son:
- Perder la paciencia muy a menudo
- Discutir con los adultos o rehusarse a obedecer sus reglas o lo que les piden hacer
- Enojarse con frecuencia, estar resentido o ser vengativo
- Molestar a los demás a propósito; irritarse fácilmente con los demás
- Culpar a la gente a menudo por los errores propios o por el mal comportamiento
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Trastorno del aprendizaje
Información dada a conocer recientemente de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud 1997-98 indica que aproximadamente la mitad de los niños de 6 a 11 años de edad con TDAH diagnosticado también tienen un trastorno del aprendizaje (TA). La combinación de los problemas de atención causados por el TDAH y el TA puede dificultar especialmente el buen rendimiento escolar de un niño. Es fundamental hacer un diagnóstico adecuado de cada trastorno. Después del diagnóstico se deben realizar intervenciones oportunas y apropiadas para el TDAH y el trastorno del aprendizaje. El tipo y el curso de la intervención para el TDAH y el TA pueden ser diferentes, y también estar a cargo de distintos proveedores de cuidados médicos. La mejor manera de tomar una decisión informada sobre la forma de tratar a un niño con TDAH y un problema de aprendizaje es trabajando con profesionales de la salud que ayuden a determinar a qué especialistas se debe remitir y el mejor tratamiento posible.
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Trastorno de la conducta
Un trastorno de la conducta (TC) es un patrón de comportamiento que se caracteriza por agresión hacia los demás y graves infracciones a los reglamentos, las leyes y las normas sociales. Estas conductas a menudo llevan a la delincuencia y el encarcelamiento. También en estos pacientes se observan más lesiones y relaciones difíciles entre pares. Los síntomas del TC se manifiestan en varios entornos de la vida de la persona (p. ej., el hogar, la comunidad y la escuela).
Si bien el trastorno de la conducta es menos común que el trastorno de oposición desafiante, es un trastorno serio y muy perturbador para la vida de la persona y los que le rodean. También es muy difícil de tratar. Un profesional de la salud mental deberá realizar evaluaciones completas del trastorno de la conducta cuando sea pertinente y se deberá elaborar un plan de intervención lo más pronto posible.
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Referencias:
1Strine TW, Lesesne CA, Okoro CA, McGuire LC, Chapman DP, Balluz LS, Mokdad AH. Emotional and behavioral difficulties and impairments in everyday functioning among children with a history of attention-deficit/hyperactivity disorder. Prev Chronic Dis. 2006 Apr;3(2):A52. Epub 2006 Mar 15.
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