LOS MICROBIOS AYUDAN A MANTENER LA SALUD
Aunque en el cuerpo humano habitan aproximadamente 90 trillones de microbios (bacterias, hongos y arqueas), solo una pequeña proporción de ellos pueden llegar a ser un riesgo para la salud, dado que en su mayoría tienen efectos en funciones vitales que contribuyen a mantener nuestra salud.
Por esa razón es importante conocer sus comunidades, entenderlos y estudiarlos con las herramientas de la microbiología y genética modernas, pues las alteraciones en la diversidad de microorganismos se han asociado con problemas de salud comunes y de importancia en nuestro medio como la diabetes y la obesidad.
A este tipo de estudios se ha dedicado Jaime García Mena, investigador adscrito al Departamento de Genética y Biología Molecular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), quien explica que sin estos microbios no podríamos completar procesos vitales como la síntesis de vitaminas, el aprovechamiento de nutrientes o el desarrollo del sistema inmunitario.
Por estas razones, el microbioma humano (es decir, el conjunto de genes de todas las bacterias, hongos y arqueas que viven sobre y dentro del cuerpo) se ha convertido en un importante objeto de estudio.
En Estados Unidos, los Institutos Nacionales de Salud pusieron en marcha desde 2007 el proyecto del Microbioma Humano, que busca caracterizar la diversidad y genomas de estos microorganismos y determinar su influencia sobre la salud y la enfermedad.
En México, el trabajo de García Mena –quien ya ha estudiado consorcios microbianos útiles en biorremediación– es pionero en este campo y le ha permitido constatar correlaciones entre ciertos cambios en la población bacteriana y afectaciones a la salud en mexicanos del tipo a las descritas por el científico estadunidense Jeffrey I. Gordon en otras poblaciones.
Por ejemplo, un desbalance entre la proporción de bacterias Firmicutes y Bacteroidetes se relaciona con ciertos casos de diabetes tipo 2 o con obesidad. “Una persona que padece diabetes tiene en promedio 36 por ciento de abundancia de bacterias Firmicutes, mientras que otra sana presenta una abundancia de 56 por ciento de estos microorganismos”, detalló el investigador.
En el caso de los Bacteroidetes –otro filo de bacterias que habitan en el tracto digestivo de los animales– se observa una relación inversa, es decir, los pacientes que sufren diabetes presentan 50% de abundancia de este tipo de microbios, mientras una persona sana tiene sólo 35 por ciento.
“Sin embargo, es necesario describir qué sucede primero: el cambio en la abundancia de bacterias da origen a la enfermedad o la enfermedad produce los cambios. Esto no es simple de responder y se tiene que estudiar más”, subrayó el microbiólogo.
García Mena expuso que en el caso de la obesidad –trastorno que afecta a la tercera parte de la población mexicana adulta– se ha observado un desbalance bacteriano similar en ensayos con ratones y en humanos sometidos a dietas para reducir peso.
Las bacterias localizadas en el colon pueden alterar procesos en el organismo humano debido a que metabolizan nutrientes y generan moléculas intermedias como el butirato, propionato y acetato, que luego son transformadas en otras moléculas pequeñas e importantes.
“Estas moléculas pequeñas tienen efectos sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo. Como también pueden ser producidas por las bacterias, entonces dependerá de cuáles de ellas tengamos el que puedan influir cambios en nuestra funcionalidad”.
“Todo está relacionado: el tipo de microbios, el tipo de componentes microbianos que se producen, nuestra alimentación y lo que aportamos al colon para que estos microorganismos vivan ahí. Por eso, a medida que modificamos la dieta podemos modificar la funcionalidad en nuestro cuerpo”, explicó el doctor García Mena.
A este tipo de estudios se ha dedicado Jaime García Mena, investigador adscrito al Departamento de Genética y Biología Molecular del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), quien explica que sin estos microbios no podríamos completar procesos vitales como la síntesis de vitaminas, el aprovechamiento de nutrientes o el desarrollo del sistema inmunitario.
Por estas razones, el microbioma humano (es decir, el conjunto de genes de todas las bacterias, hongos y arqueas que viven sobre y dentro del cuerpo) se ha convertido en un importante objeto de estudio.
En Estados Unidos, los Institutos Nacionales de Salud pusieron en marcha desde 2007 el proyecto del Microbioma Humano, que busca caracterizar la diversidad y genomas de estos microorganismos y determinar su influencia sobre la salud y la enfermedad.
En México, el trabajo de García Mena –quien ya ha estudiado consorcios microbianos útiles en biorremediación– es pionero en este campo y le ha permitido constatar correlaciones entre ciertos cambios en la población bacteriana y afectaciones a la salud en mexicanos del tipo a las descritas por el científico estadunidense Jeffrey I. Gordon en otras poblaciones.
Por ejemplo, un desbalance entre la proporción de bacterias Firmicutes y Bacteroidetes se relaciona con ciertos casos de diabetes tipo 2 o con obesidad. “Una persona que padece diabetes tiene en promedio 36 por ciento de abundancia de bacterias Firmicutes, mientras que otra sana presenta una abundancia de 56 por ciento de estos microorganismos”, detalló el investigador.
En el caso de los Bacteroidetes –otro filo de bacterias que habitan en el tracto digestivo de los animales– se observa una relación inversa, es decir, los pacientes que sufren diabetes presentan 50% de abundancia de este tipo de microbios, mientras una persona sana tiene sólo 35 por ciento.
“Sin embargo, es necesario describir qué sucede primero: el cambio en la abundancia de bacterias da origen a la enfermedad o la enfermedad produce los cambios. Esto no es simple de responder y se tiene que estudiar más”, subrayó el microbiólogo.
García Mena expuso que en el caso de la obesidad –trastorno que afecta a la tercera parte de la población mexicana adulta– se ha observado un desbalance bacteriano similar en ensayos con ratones y en humanos sometidos a dietas para reducir peso.
Las bacterias localizadas en el colon pueden alterar procesos en el organismo humano debido a que metabolizan nutrientes y generan moléculas intermedias como el butirato, propionato y acetato, que luego son transformadas en otras moléculas pequeñas e importantes.
“Estas moléculas pequeñas tienen efectos sobre el funcionamiento de nuestro cuerpo. Como también pueden ser producidas por las bacterias, entonces dependerá de cuáles de ellas tengamos el que puedan influir cambios en nuestra funcionalidad”.
“Todo está relacionado: el tipo de microbios, el tipo de componentes microbianos que se producen, nuestra alimentación y lo que aportamos al colon para que estos microorganismos vivan ahí. Por eso, a medida que modificamos la dieta podemos modificar la funcionalidad en nuestro cuerpo”, explicó el doctor García Mena.
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