martes, 17 de diciembre de 2019

Tratamiento del cáncer de cuello uterino (PDQ®)–Versión para profesionales de salud - Instituto Nacional del Cáncer

Tratamiento del cáncer de cuello uterino (PDQ®)–Versión para profesionales de salud - Instituto Nacional del Cáncer

Instituto Nacional Del Cáncer

Tratamiento del cáncer de cuello uterino (PDQ®)–Versión para profesionales de salud

Información general sobre el cáncer de cuello uterino

El cáncer de cuello uterino es el cuarto tipo de cáncer más frecuente en las mujeres de todo el mundo y produce la cuarta tasa de mortalidad más alta de los cánceres en las mujeres.[1] La mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino se pueden prevenir mediante el uso de exámenes de detección de rutina y el tratamiento de las lesiones precancerosas. Como consecuencia, la mayoría de los casos de cáncer de cuello uterino se diagnostican en mujeres que viven en regiones desprovistas de protocolos de detección adecuados.

Incidencia y mortalidad

Número estimado de casos nuevos y defunciones por cáncer de cuello uterino en los Estados Unidos en 2019:[2]
  • Casos nuevos: 13 170.
  • Defunciones: 4250.

Características anatómicas

El cuello uterino es contiguo al cuerpo del útero y funciona como su apertura. Es un órgano cilíndrico y fibroso con una longitud promedio de 3 a 4 cm. El exocérvix (hocico de tenca) es la parte visible del cuello uterino en una inspección vaginal. La abertura del cuello uterino se llama orificio externo. Este orificio externo se comunica con el conducto endocervical, que forma la parte interna del cuello uterino. La parte superior estrecha del conducto endocervical se llama orificio interno. Este estrechamiento señala la transición del cuello uterino al cuerpo del útero. El tramo del conducto endocervical que continúa después del orificio interno se llama conducto endometrial.
Hay dos tipos de células epiteliales que revisten el cuello uterino: células escamosas en la parte más externa, y células cilíndricas glandulares en el conducto interno. La zona de transición entre las células escamosas y las células cilíndricas se llama unión escamocilíndrica. La mayoría de los cambios precancerosos y cancerosos surgen en esta zona.
AMPLIARAnatomía del aparato reproductor femenino; la imagen muestra el útero, el miometrio (capa muscular externa del útero), el endometrio (revestimiento interno del útero), los ovarios, las trompas de Falopio, el cuello uterino y la vagina.

Etiopatogenia

El carcinoma de cuello uterino se origina en la unión escamocilíndrica y es posible que afecte las células escamosas externas, las células glandulares internas o ambas. La lesión precursora se llama displasia y se presentan dos tipos: neoplasia intraepitelial cervical (NIC) o adenocarcinoma in situ, que posteriormente se puede convertir en un cáncer invasivo. Este proceso casi siempre es bastante lento. En algunos estudios longitudinales se observó que, en pacientes con cáncer de cuello uterino in situ no tratadas, entre 30 y 70 % presentarán un carcinoma invasivo en un período de 10 a 12 años. Sin embargo, alrededor de 10 % de las pacientes presentarán progresión de las lesiones in situ a lesiones invasivas en un período menor de 1 año. Al volverse invasivo, el tumor atraviesa la membrana basal e invade el estroma del cuello uterino. La diseminación del tumor por el cuello uterino se manifiesta a la larga como una ulceración, un tumor exofítico o la infiltración extensa del tejido subyacente, incluso la vejiga o el recto.

Factores de riesgo

El envejecimiento es el factor de riesgo más importante para la mayoría de cánceres. El principal factor de riesgo del cáncer de cuello uterino es la infección por el virus del papiloma humano (VPH).[3-6]
Los siguientes son otros factores de riesgo del cáncer de cuello uterino:
  • Número elevado de partos e infección por el VPH.[7]
  • Tabaquismo e infección por el VPH.[8]
  • Consumo prolongado de anticonceptivos orales e infección por el VPH.[9,10]
  • Inmunodepresión.[11,12]
  • Edad temprana en el momento de la primera relación sexual.[13]
  • Número elevado de parejas sexuales.[13]
  • Exposición al dietilestilbestrol (DES) en el útero.[14]

Infección por el virus del papiloma humano

La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es un paso necesario para la formación de casi todas las lesiones precancerosas y cancerosas. En algunos estudios epidemiológicos se demuestra de modo convincente que el principal factor de riesgo del carcinoma de cuello uterino preinvasivo o invasivo es la infección por el VPH, que sobrepasa por mucho otros factores de riesgo conocidos.
Se calcula que más de 6 millones de mujeres en los Estados Unidos tienen la infección por el VPH. La infección transitoria por el VPH es frecuente, en especial, en las mujeres jóvenes,[15] aunque el cáncer de cuello uterino es infrecuente. La persistencia de una infección por el VPH acarrea un riesgo más alto de lesiones precancerosas y cancerosas.[16,17]
La cepa del VPH que causa la infección también afecta el riesgo. Hay múltiples subtipos de VPH que infectan a los seres humanos; de estos, los subtipos 16 y 18 son los que exhiben una relación más estrecha con la formación de una displasia de grado alto y cáncer. En los estudios se indica que una infección aguda por los tipos 16 y 18 del VPH hace que el riesgo de presentación rápida de una NIC de grado alto sea de 11 a 16,9 veces más alto.[18-20] En estudios posteriores, se observó que la infección por el VPH 16 o 18 predice mejor una NIC de grado alto o una enfermedad más grave que los exámenes citológicos, y que la capacidad predictiva se observa hasta 18 años después de la prueba inicial.[21-23]
Hay dos vacunas disponibles en el mercado que se dirigen a cepas del VPH relacionadas con infecciones anogenitales. Las vacunas se destinan a niñas y mujeres jóvenes que nunca tuvieron una infección por el VPH; aunque la introducción de la vacuna en el mercado es moderada, se documentó una disminución significativa de las enfermedades relacionadas con el VPH.[24] (Para obtener más información, consultar el sumario del PDQ Prevención del cáncer de cuello uterino).

Características clínicas

Es posible que el cáncer de cuello uterino en estadio temprano no cause signos ni síntomas perceptibles.
Los posibles signos y síntomas de cáncer de cuello uterino son los siguientes:
  • Hemorragia vaginal.
  • Flujo vaginal inusual.
  • Dolor pélvico.
  • Dispareunia.
  • Hemorragia poscoital.

Diagnóstico

Los siguientes procedimientos se utilizan para el diagnóstico del cáncer de cuello uterino:
  • Antecedentes y examen físico.
  • Examen pélvico.
  • Estudio citológico del cuello uterino (frotis de Pap).
  • Prueba del VPH.
  • Legrado endocervical.
  • Colposcopia.
  • Biopsia.

Prueba del virus del papiloma humano

Desde su introducción, el estudio citológico del cuello uterino (frotis de Pap) ha sido el pilar para la detección del cáncer de cuello uterino. Sin embargo, las técnicas moleculares para la identificación del ADN del VPH son muy sensibles y específicas. Las opciones vigentes para los exámenes de detección son las siguientes:
  • Estudio citológico solo.
  • Estudio citológico y prueba del VPH.
La prueba del VPH se indica cuando es probable que el resultado permita clasificar a las pacientes en grupos de riesgo bajo y riesgo alto cuando se encuentra una displasia de grado alto o una lesión más grave.
Es poco probable que las pruebas del ADN del VPH permitan diferenciar a las pacientes con lesiones escamosas intraepiteliales de grado bajo que necesitan evaluación adicional de las que no la necesitan. En un estudio de 642 mujeres, se encontró que 83 % tenía uno o más tipos oncógenos de VPH cuando se analizaron las muestras citológicas del cuello uterino mediante una técnica sensible (captura híbrida).[25] Los autores del estudio y de un artículo editorial que lo acompaña concluyeron que el uso de la prueba del ADN del VPH en este entorno no añade suficiente información que justifique su costo.[25]
La prueba del ADN del VPH ha resultado útil para la selección de las pacientes con células escamosas atípicas de importancia no determinada que se deben someter a colposcopia, y se integró en las recomendaciones vigentes para los exámenes de detección.[25-27]
En otros ensayos se observó que las pacientes con un resultado citológico de riesgo bajo e infección por el VPH de riesgo alto (tipos 16, 18 y 31) son más propensas a presentar NIC o características histopatológicas de microinvasión en una biopsia.[18,28-30] Otro método demostró que la integración de los tipos 16 y 18 del VPH en el genoma, que conduce a la transcripción de mensajes víricos y celulares, quizás permita predecir cuáles pacientes tienen un riesgo más alto de displasia de grado alto y cáncer invasivo.[31]
En las mujeres mayores de 30 años que son más propensas a presentar una infección por VPH crónica, la tipificación del VPH permite clasificar con éxito a las mujeres en grupos de riesgo alto o riesgo bajo para NIC 3 o una enfermedad más grave. En este grupo etario, las pruebas de ADN del VPH son más eficaces que el estudio citológico solo para predecir el riesgo de una NIC 3 o una enfermedad más grave.[32] En otros estudios se observó la eficacia de una estrategia con exámenes de detección del ADN del VPH y la clasificación mediante estudio citológico en comparación con los algoritmos de exámenes de detección citológica utilizados antes.[33,34]

Factores pronósticos

El pronóstico de las pacientes con cáncer de cuello uterino depende en gran medida del grado de diseminación de la enfermedad en el momento del diagnóstico. Más de 90 % de los casos de cáncer de cuello uterino se pueden detectar rápido mediante la prueba de Papanicolaou y la prueba del VPH.[35] Las pruebas de Pap y del VPH no se hacen en cerca de 33 % de las mujeres que cumplen con los requisitos para hacerlas, lo que conlleva una tasa de mortalidad más alta de la esperada.

Estadio clínico

El estadio clínico como factor pronóstico se complementa con varios hallazgos macroscópicos y microscópicos en las pacientes tratadas con cirugía.
Datos probatorios (estadio clínico y otros hallazgos):
En un estudio grande sobre estadificación quirúrgico-patológica de pacientes con enfermedad de estadio clínico IB dirigido por el Gynecologic Oncology Group (GOG) (GOG-49), los factores que permitieron predecir mejor la formación de metástasis ganglionares y disminución de la supervivencia sin enfermedad fueron el compromiso tumoral del espacio linfocapilar, el aumento del tamaño tumoral y el aumento de la profundidad de invasión estromal (que fue el más importante y reproducible).[36,37]
En un estudio con 1028 pacientes sometidas a cirugía radical, las tasas de supervivencia se correlacionaron más con el volumen tumoral (determinado mediante una volumetría tumoral precisa) que con el estadio clínico o histológico.[38]
En un análisis multivariante del COG sobre variables pronósticas en 626 pacientes con enfermedad localmente avanzada (ante todo estadios II, III, y IV), se identificaron las siguientes variables de importancia para determinar el intervalo y la supervivencia sin progresión:[39]
  • Estado de los ganglios linfáticos periaórticos y pélvicos.
  • Tamaño del tumor.
  • Edad de la paciente.
  • Estado funcional.
  • Enfermedad bilateral.
  • Estadio clínico.
En el estudio se confirmó la máxima importancia de los ganglios periaórticos positivos y se indicó evaluar más a fondo estos ganglios en los casos de cáncer de cuello uterino localmente avanzado. El estado de los ganglios pélvicos fue importante solo cuando los ganglios periaórticos eran negativos. Esto también fue cierto en relación con el tamaño del tumor.
Se debate si el adenocarcinoma de cuello uterino conlleva un pronóstico significativamente más adverso que el carcinoma de células escamosas de cuello uterino.[40] En varios estudios retrospectivos poblacionales se observó un desenlace más precario en las pacientes de adenocarcinoma, en quienes se encontró un aumento de las metástasis a distancia en comparación con las pacientes con el tipo histológico de células escamosas.[41-44] Los informes son contradictorios en relación con el efecto que tiene el tipo de célula adenoescamosa en el desenlace.[45,46] En un informe se indicó que en cerca de 25 % de los tumores aparentemente escamosos se demuestra la producción de mucina, estos tumores exhiben un comportamiento más maligno que su contraparte escamosa, lo que indica que cualquier diferenciación adenomatosa tal vez confiere un pronóstico adverso.[47]
En una serie numerosa de pacientes con cáncer de cuello uterino tratadas con radioterapia, se observó que la incidencia de metástasis a distancia (con más frecuencia a los pulmones, la cavidad abdominal, el hígado y el tubo gastrointestinal) aumentó de manera paralela al estadio de la enfermedad, desde 3 % en el estadio IA hasta 75 % en el estadio IVA.[48] En un análisis multivariante sobre los factores que influyen en la incidencia de metástasis a distancia, se observó que el estadio, la diseminación endometrial del tumor y el control del tumor pélvico son indicadores significativos de diseminación a distancia.[48]
En los estudios del GOG se indicó que los factores pronósticos varían según se utilice la estadificación quirúrgica o clínica y de acuerdo con los distintos tratamientos. El retraso para finalizar la administración de la radiación se relaciona con una supervivencia sin progresión más precaria cuando se usa la estadificación clínica. Hasta la fecha, el estadio, el grado tumoral, la raza y la edad son factores pronósticos inciertos en los estudios con quimiorradiación.[49]

Otros factores pronósticos

Otros factores pronósticos que quizás afecten el resultado son los siguientes:
  • Estado de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH): las mujeres con infección por el VIH presentan una enfermedad más maligna y avanzada, así como un pronóstico más adverso.[50]
  • Sobreexpresión de C-myc: en un estudio con pacientes de carcinoma escamoso de cuello uterino invasivo, se encontró que la sobreexpresión del oncogén C-myc se relacionó con un pronóstico más adverso.[51]
  • Número de células en fase S: el número de células en fase S quizás también sea pronóstico para el carcinoma de cuello uterino en estadio temprano.[52]
  • ADN del VPH 18: se determinó que el ADN del VPH 18 es un factor molecular independiente que acarrea un pronóstico adverso. En dos estudios se observaron peores resultados cuando se identificó el VPH 18 en pacientes con cáncer de cuello uterino sometidas a histerectomía radical y linfadenectomía pélvica.[53,54]
  • Se observó que un polimorfismo en la enzima gamma glutamil hidrolasa, que se relaciona con el metabolismo del folato, disminuye la respuesta al cisplatino y, como resultado, empeora los resultados.[55]

Seguimiento después del tratamiento

No hay estudios de calidad alta y se desconoce el seguimiento óptimo después del tratamiento del cáncer de cuello uterino. En estudios retrospectivos se observó que es más probable que las recidivas se presenten durante los primeros 2 años.[56] En consecuencia, la mayoría de las recomendaciones indican seguimiento de rutina cada 3 a 4 meses durante los primeros 2 años, seguido de evaluaciones cada 6 meses. La mayoría de las recidivas se diagnostican como consecuencia de la aparición de nuevos síntomas y signos en la paciente,[57,58] y no es clara la eficacia de las pruebas de rutina, como el frotis de Pap y la radiografía del tórax.
El seguimiento se debe concentrar en anamnesis y examen físico completos, con una revisión cuidadosa de los síntomas; la obtención de imágenes se debe reservar para la evaluación de un hallazgo positivo. Se debe interrogar a las pacientes sobre posibles signos de alarma, como los siguientes:
  • Dolor abdominal.
  • Dolor de espalda.
  • Dolor o hinchazón en las piernas.
  • Problemas durante la micción.
  • Tos.
  • Fatiga.
En el examen de seguimiento también se deben detectar las posibles complicaciones del tratamiento previo debido a las múltiples modalidades (cirugía, quimioterapia y radiación) que se utilizan en las pacientes.

Sumarios relacionados

Otros sumarios del PDQ que contienen información relacionada con el cáncer de cuello uterino son los siguientes:
El siguiente sumario solo se encuentra disponible en inglés:
Bibliografía
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Clasificación celular del cáncer de cuello uterino

El carcinoma de células escamosas (epidermoide) representa cerca de 90 % de los casos de cáncer de cuello uterino, y el adenocarcinoma representa el otro 10 %. Los carcinomas de células pequeñas y los carcinomas adenoescamosos son relativamente poco frecuentes. También se notificaron sarcomas primarios de cuello uterino y linfomas malignos de cuello uterino primarios y secundarios.

Información sobre los estadios del cáncer de cuello uterino

El carcinoma de cuello uterino se disemina por invasión local a los ganglios linfáticos regionales o por el torrente sanguíneo. La diseminación tumoral por lo general depende de la extensión y la invasión de la lesión local. Aunque el cáncer de cuello uterino suele progresar de manera ordenada, en ocasiones, se observa un tumor pequeño con metástasis a distancia. Por este motivo, las pacientes se deben evaluar minuciosamente para detectar enfermedad metastásica.
La estadificación quirúrgica es el método más exacto para determinar la extensión de la enfermedad,[1] pero hay poca comprobación científica que demuestre mejora de la supervivencia general con el uso de la estadificación quirúrgica de rutina; la estadificación se suele realizar solo como parte de un ensayo clínico. A veces está indicado el uso de una estadificación prequirúrgica para una enfermedad con gran masa tumoral, pero localmente curable, cuando no se encuentra enfermedad metastásica durante una búsqueda no quirúrgica. Si se detectan ganglios anormales en la tomografía computarizada (TC) o la linfangiografía, la aspiración con aguja fina debe ser negativa antes de que se lleve a cabo un procedimiento quirúrgico de estadificación.
Las pruebas y procedimientos para evaluar la extensión de la enfermedad son las siguientes:
  • TC.
  • Tomografía por emisión de positrones.
  • Cistoscopia.
  • Laparoscopia.
  • Radiografía del tórax.
  • Ecografía.[2]
  • Imágenes por resonancia magnética.[2]

Agrupamiento por estadios y definiciones de la Fédération Internationale de Gynécologie et d’Obstétrique

La Fédération Internationale de Gynécologie et d’Obstétrique (FIGO) y el American Joint Committee on Cancer diseñaron un sistema de estadificación del cáncer de cuello uterino. El sistema FIGO es el que se usa con mayor frecuencia.[3,4]
Cuadro 1. Definiciones FIGO para el estadio Ia
EstadioDescripción
FIGO = Fédération Internationale de Gynécologie et d’Obstétrique.
aAdaptación de FIGO Committee on Gynecologic Oncology.[3]
bLas pruebas con imágenes y los estudios patológicos se pueden usar en todos los estadios cuando estén disponibles para complementar los hallazgos clínicos relacionados con el tamaño y extensión del tumor. Los hallazgos patológicos prevalecen sobre los hallazgos de las pruebas con imágenes y los estudios clínicos.
cEl compromiso de los espacios vasculares o linfáticos no deberá cambiar el estadio. La diseminación lateral de la lesión ya no se tiene en cuenta.
ICarcinoma limitado solo al cuello uterino (la diseminación al cuerpo del útero no se deberá tener en cuenta).
IACarcinoma invasivo que solo es posible diagnosticar mediante estudio microscópico, con una profundidad de invasión máxima de ≤5 mm.b
–IA1–Profundidad de invasión estromal que mide ≤3 mm.
–IA2–Profundidad de invasión estromal que mide >3 mm y ≤5 mm.
IBCarcinoma invasivo con profundidad de invasión máxima de >5 mm (superior al estadio IA); lesión limitada al cuello uterino y el tamaño se mide según el diámetro tumoral máximo.c
–IB1–Carcinoma invasivo con profundidad de invasión estromal máxima que mide >5 mm y tumor que mide ≤2 cm en su mayor dimensión.
–IB2–Carcinoma invasivo que mide >2 cm y ≤4 cm en su mayor dimensión.
–IB3–Carcinoma invasivo que mide >4 cm en su mayor dimensión.
Cuadro 2. Definiciones FIGO para el estadio IIa
EstadioDescripción
FIGO = Fédération Internationale de Gynécologie et d’Obstétrique.
aAdaptación de FIGO Committee on Gynecologic Oncology.[3]
IICarcinoma de cuello uterino con invasión fuera el útero, pero que no se extiende al tercio inferior de la vagina ni a la pared pélvica.
IIACompromiso limitado a los dos tercios superiores de la vagina sin compromiso paramétrico.
–IIA1–Carcinoma invasivo que mide ≤4 cm en su mayor dimensión.
–IIA2–Carcinoma invasivo que mide >4 cm en su mayor dimensión.
IIBCon compromiso paramétrico pero que no se extiende a la pared pélvica.
Cuadro 3. Definiciones FIGO para el estadio IIIa
EstadioDescripción
FIGO = Fédération Internationale de Gynécologie et d’Obstétrique.
aAdaptación de FIGO Committee on Gynecologic Oncology.[3]
bLa presencia de células tumorales aisladas no cambia el estadio pero se debe registrar su presencia.
cSe añade la notación de r (imágenes) y p (patológica) para describir los hallazgos que se usan para asignar el estadio IIIC. Por ejemplo, si la imagen indica metástasis ganglionar pélvica, se asigna el estadio IIIC1r; si se establece la confirmación por hallazgos patológicos, se asigna el estadio IIIC1p. Siempre se debe documentar el tipo de modalidad de imagen o de técnica patológica. Ante la duda, se debe asignar el estadio más bajo.
IIICarcinoma que infiltra el tercio inferior de la vagina, se diseminó a la pared pélvica, causa hidronefrosis, produce insuficiencia renal o infiltra los ganglios linfáticos pélvicos y paraaórticos.
IIIACarcinoma que infiltra el tercio inferior de la vagina sin diseminación a la pared pélvica.
IIIBDiseminación a la pared pélvica, hidronefrosis o insuficiencia renal (salvo que se conozca otra causa).
IIICCompromiso de los ganglios linfáticos pélvicos o paraaórticos (incluso micrometástasis)b, independientemente del tamaño y la extensión del tumor (notaciones r y p).c
–IIIC1—Metástasis solo en ganglio linfático abdominal.
–IIIC2–Metástasis en ganglio linfático paraaórtico.
Cuadro 4. Definiciones FIGO para el estadio IVa
EstadioDescripción
FIGO = Fédération Internationale de Gynécologie et d’Obstétrique.
aAdaptación de FIGO Committee on Gynecologic Oncology.[3]
IVEl carcinoma se diseminó fuera de la pelvis menor o hay compromiso de la mucosa de la vejiga o el recto (verificado por biopsia). Un edema ampolloso por sí solo no es suficiente para asignar el estadio IV.
IVADiseminación a órganos adyacentes.
IVBDiseminación a órganos distantes.
Bibliografía
  1. Gold MA, Tian C, Whitney CW, et al.: Surgical versus radiographic determination of para-aortic lymph node metastases before chemoradiation for locally advanced cervical carcinoma: a Gynecologic Oncology Group Study. Cancer 112 (9): 1954-63, 2008. [PUBMED Abstract]
  2. Epstein E, Testa A, Gaurilcikas A, et al.: Early-stage cervical cancer: tumor delineation by magnetic resonance imaging and ultrasound - a European multicenter trial. Gynecol Oncol 128 (3): 449-53, 2013. [PUBMED Abstract]
  3. Bhatla N, Berek JS, Cuello Fredes M, et al.: Revised FIGO staging for carcinoma of the cervix uteri. Int J Gynaecol Obstet 145 (1): 129-135, 2019. [PUBMED Abstract]
  4. Cervix uteri. In: Amin MB, Edge SB, Greene FL, et al., eds.: AJCC Cancer Staging Manual. 8th ed. New York, NY: Springer, 2017, pp 649-59.

Aspectos generales de las opciones de tratamiento del cáncer de cuello uterino

En los estudios de modelos de atención, se demuestra claramente el efecto pronóstico adverso del aumento en el volumen tumoral y el modo de diseminación.[1]En consecuencia, el tratamiento varía dentro de cada estadio según las definiciones individuales vigentes de la Fédération Internationale de Gynécologie et d’Obstétrique (FIGO).
Cuadro 5. Opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino

Quimiorradioterapia

En cinco ensayos aleatorizados de fase III (GOG-85, RTOG-9001, GOG-120, GOG-123y SWOG-8797) se observó una ventaja general para la supervivencia del uso de terapia a base de cisplatino administrada de manera simultánea con radioterapia,[2-6] aunque en un ensayo en el que se evaluó este régimen no se demostró ningún beneficio.[7] La población de pacientes en estos estudios incluyó a mujeres con cáncer de cuello uterino en estadios FIGO IB2 a IVA, tratadas con radioterapia primaria y a mujeres con enfermedad en estadios FIGO I a IIA con factores de pronóstico adverso (enfermedad metastásica ganglionar pélvica, enfermedad paramétrica o compromiso de los márgenes quirúrgicos) en el momento de la cirugía primaria.
  • A pesar de que los ensayos con resultados favorables varían en términos del estadio de la enfermedad, la dosis de radiación y los programas de cisplatino y radiación, en los ensayos se demostró una ventaja significativa para la supervivencia cuando se usó un abordaje de modalidad combinada. El riesgo de muerte por cáncer de cuello uterino disminuyó en 30 a 50 % con el uso de quimiorradioterapia simultánea.
  • A partir de estos resultados, se deberá considerar decididamente la incorporación de la administración simultánea de quimioterapia a base de cisplatino con radioterapia para las mujeres que necesitan radioterapia durante el tratamiento del cáncer de cuello uterino.[2-6]
Estos resultados se han validado en otros estudios.[8-10]

Cirugía y radioterapia

La cirugía y la radioterapia son igualmente eficaces para la enfermedad en estadio temprano de volumen pequeño.[11] Las pacientes más jóvenes a veces se benefician de la cirugía para conservar los ovarios y evitar la atrofia y estenosis vaginal.
El tratamiento de las pacientes con cáncer de muñón del cuello uterino es eficaz y produce resultados comparables con los observados en las pacientes con el útero intacto.[12]
Bibliografía
  1. Lanciano RM, Won M, Hanks GE: A reappraisal of the International Federation of Gynecology and Obstetrics staging system for cervical cancer. A study of patterns of care. Cancer 69 (2): 482-7, 1992. [PUBMED Abstract]
  2. Whitney CW, Sause W, Bundy BN, et al.: Randomized comparison of fluorouracil plus cisplatin versus hydroxyurea as an adjunct to radiation therapy in stage IIB-IVA carcinoma of the cervix with negative para-aortic lymph nodes: a Gynecologic Oncology Group and Southwest Oncology Group study. J Clin Oncol 17 (5): 1339-48, 1999. [PUBMED Abstract]
  3. Morris M, Eifel PJ, Lu J, et al.: Pelvic radiation with concurrent chemotherapy compared with pelvic and para-aortic radiation for high-risk cervical cancer. N Engl J Med 340 (15): 1137-43, 1999. [PUBMED Abstract]
  4. Rose PG, Bundy BN, Watkins EB, et al.: Concurrent cisplatin-based radiotherapy and chemotherapy for locally advanced cervical cancer. N Engl J Med 340 (15): 1144-53, 1999. [PUBMED Abstract]
  5. Keys HM, Bundy BN, Stehman FB, et al.: Cisplatin, radiation, and adjuvant hysterectomy compared with radiation and adjuvant hysterectomy for bulky stage IB cervical carcinoma. N Engl J Med 340 (15): 1154-61, 1999. [PUBMED Abstract]
  6. Peters WA, Liu PY, Barrett RJ, et al.: Concurrent chemotherapy and pelvic radiation therapy compared with pelvic radiation therapy alone as adjuvant therapy after radical surgery in high-risk early-stage cancer of the cervix. J Clin Oncol 18 (8): 1606-13, 2000. [PUBMED Abstract]
  7. Pearcey R, Brundage M, Drouin P, et al.: Phase III trial comparing radical radiotherapy with and without cisplatin chemotherapy in patients with advanced squamous cell cancer of the cervix. J Clin Oncol 20 (4): 966-72, 2002. [PUBMED Abstract]
  8. Thomas GM: Improved treatment for cervical cancer--concurrent chemotherapy and radiotherapy. N Engl J Med 340 (15): 1198-200, 1999. [PUBMED Abstract]
  9. Rose PG, Bundy BN: Chemoradiation for locally advanced cervical cancer: does it help? J Clin Oncol 20 (4): 891-3, 2002. [PUBMED Abstract]
  10. Chemoradiotherapy for Cervical Cancer Meta-Analysis Collaboration: Reducing uncertainties about the effects of chemoradiotherapy for cervical cancer: a systematic review and meta-analysis of individual patient data from 18 randomized trials. J Clin Oncol 26 (35): 5802-12, 2008. [PUBMED Abstract]
  11. Eifel PJ, Burke TW, Delclos L, et al.: Early stage I adenocarcinoma of the uterine cervix: treatment results in patients with tumors less than or equal to 4 cm in diameter. Gynecol Oncol 41 (3): 199-205, 1991. [PUBMED Abstract]
  12. Kovalic JJ, Grigsby PW, Perez CA, et al.: Cervical stump carcinoma. Int J Radiat Oncol Biol Phys 20 (5): 933-8, 1991. [PUBMED Abstract]

Tratamiento del cáncer de cuello uterino in situ

Se han establecido recomendaciones por consenso para el tratamiento de las mujeres con neoplasia intraepitelial cervical o adenocarcinoma in situ.[1] Con el tratamiento adecuado, el control tumoral del carcinoma de cuello uterino in situ se debería acercar a 100 %. Se necesita una biopsia dirigida mediante colposcopia realizada por un experto o una biopsia en cono para excluir la enfermedad invasiva antes de iniciar el tratamiento. También es necesaria la correlación entre el estudio citológico y la biopsia dirigida mediante colposcopia antes de comenzar la terapia ablativa local. Es posible que una enfermedad invasiva no identificada tratada con terapia ablativa inadecuada sea la causa más frecuente de fracaso.[2]El fracaso en la identificación de la enfermedad, la falta de correlación entre el frotis de Pap y los hallazgos de la colposcopia, un adenocarcinoma in situ o la diseminación de la enfermedad al conducto endocervical hace que sea obligatoria la conización con láser, asa diatérmica o bisturí tradicional.
La elección del tratamiento depende de la extensión de la enfermedad y de varios factores relacionados con el paciente, como la edad, el tipo celular, el deseo de conservar la capacidad reproductiva y su estado de salud.

Opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino in situ

Las opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino in situ son las siguientes:
  1. Conización.
    • Conización con bisturí tradicional (escalpelo).
    • Procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa (LEEP).[3,4]
    • Terapia láser.[5]
  2. Histerectomía para pacientes en edad posreproductiva.
  3. Radioterapia interna para pacientes inoperables desde el punto de vista médico.
La histerectomía es el tratamiento estándar para pacientes con adenocarcinoma in situ. La enfermedad que se origina en el conducto endocervical a veces es más difícil de extirpar por completo mediante un procedimiento de conización. Se puede ofrecer la conización a pacientes con adenocarcinoma in situ seleccionadas que deseen conservar su capacidad reproductiva.

Conización

Cuando hay compromiso del conducto endocervical, es posible utilizar la conización con láser o bisturí tradicional en determinadas pacientes para conservar el útero y evitar la radioterapia o una cirugía más extensa.[6]
En casos seleccionados, el LEEP ambulatorio es una alternativa aceptable a la conización con bisturí tradicional. Este procedimiento solo exige anestesia local, lo que evita los riesgos relacionados con la anestesia general para la conización con bisturí tradicional.[7-9]Sin embargo, hay polémica sobre la conveniencia del LEEP como reemplazo de la conización, ya que es poco probable que el LEEP sea suficiente para pacientes de adenocarcinoma in situ.[10]
Datos probatorios (conización con LEEP):
  1. En un ensayo en el que se comparó el LEEP con la conización con bisturí tradicional, no se observó ninguna diferencia en la probabilidad de lograr una escisión completa de la displasia.[6]
  2. En dos informes de casos, se indicó que el uso del LEEP en pacientes con cáncer invasivo oculto condujo a una incapacidad de determinar con exactitud la profundidad de invasión cuando se cortó transversalmente un foco de cáncer.[11]

Histerectomía para pacientes en edad posreproductiva

La histerectomía es el tratamiento estándar para las mujeres con adenocarcinoma de cuello uterino in situ, porque la ubicación de la enfermedad en el conducto endocervical y la posibilidad de pasar por alto lesiones en esta región hacen que el estado del margen sea un factor pronóstico menos confiable. No obstante, no se estudió el efecto en la mortalidad de la histerectomía en comparación con abordajes quirúrgicos conservadores. Es posible que se haga una histerectomía para un carcinoma de células escamosas in situ si la conización no es posible debido a una cirugía anterior o si hay compromiso de los márgenes después de la conización. La histerectomía no es un tratamiento de primera línea admisible para un carcinoma de células escamosas in situ.[12]

Radioterapia interna para pacientes inoperables desde el punto de vista médico

En pacientes que tienen contraindicaciones médicas para la cirugía, a veces se utiliza una inserción intracavitaria simple con tándem y ovoides de 5000 mg horas (dosis de 80 Gy en la superficie vaginal).[13]

Ensayos clínicos en curso

Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Bibliografía
  1. Wright TC, Massad LS, Dunton CJ, et al.: 2006 consensus guidelines for the management of women with cervical intraepithelial neoplasia or adenocarcinoma in situ. Am J Obstet Gynecol 197 (4): 340-5, 2007. [PUBMED Abstract]
  2. Shumsky AG, Stuart GC, Nation J: Carcinoma of the cervix following conservative management of cervical intraepithelial neoplasia. Gynecol Oncol 53 (1): 50-4, 1994. [PUBMED Abstract]
  3. Wright VC, Chapman W: Intraepithelial neoplasia of the lower female genital tract: etiology, investigation, and management. Semin Surg Oncol 8 (4): 180-90, 1992 Jul-Aug. [PUBMED Abstract]
  4. Bloss JD: The use of electrosurgical techniques in the management of premalignant diseases of the vulva, vagina, and cervix: an excisional rather than an ablative approach. Am J Obstet Gynecol 169 (5): 1081-5, 1993. [PUBMED Abstract]
  5. Tsukamoto N: Treatment of cervical intraepithelial neoplasia with the carbon dioxide laser. Gynecol Oncol 21 (3): 331-6, 1985. [PUBMED Abstract]
  6. Girardi F, Heydarfadai M, Koroschetz F, et al.: Cold-knife conization versus loop excision: histopathologic and clinical results of a randomized trial. Gynecol Oncol 55 (3 Pt 1): 368-70, 1994. [PUBMED Abstract]
  7. Wright TC, Gagnon S, Richart RM, et al.: Treatment of cervical intraepithelial neoplasia using the loop electrosurgical excision procedure. Obstet Gynecol 79 (2): 173-8, 1992. [PUBMED Abstract]
  8. Naumann RW, Bell MC, Alvarez RD, et al.: LLETZ is an acceptable alternative to diagnostic cold-knife conization. Gynecol Oncol 55 (2): 224-8, 1994. [PUBMED Abstract]
  9. Duesing N, Schwarz J, Choschzick M, et al.: Assessment of cervical intraepithelial neoplasia (CIN) with colposcopic biopsy and efficacy of loop electrosurgical excision procedure (LEEP). Arch Gynecol Obstet 286 (6): 1549-54, 2012. [PUBMED Abstract]
  10. Widrich T, Kennedy AW, Myers TM, et al.: Adenocarcinoma in situ of the uterine cervix: management and outcome. Gynecol Oncol 61 (3): 304-8, 1996. [PUBMED Abstract]
  11. Eddy GL, Spiegel GW, Creasman WT: Adverse effect of electrosurgical loop excision on assignment of FIGO stage in cervical cancer: report of two cases. Gynecol Oncol 55 (2): 313-7, 1994. [PUBMED Abstract]
  12. Massad LS: New guidelines on cervical cancer screening: more than just the end of annual Pap testing. J Low Genit Tract Dis 16 (3): 172-4, 2012. [PUBMED Abstract]
  13. Grigsby PW, Perez CA: Radiotherapy alone for medically inoperable carcinoma of the cervix: stage IA and carcinoma in situ. Int J Radiat Oncol Biol Phys 21 (2): 375-8, 1991. [PUBMED Abstract]

Tratamiento del cáncer de cuello uterino en estadio IA

Opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadio IA1

Las opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadio IA1 son las siguientes:

Conización

Si la profundidad de invasión es menor de 3 mm, no se observa invasión vascular o de conductos linfáticos y no hay compromiso de los márgenes del cono, es posible que la conización sola sea adecuada en las pacientes que desean conservar su capacidad reproductiva.[1]

Histerectomía total

Si la profundidad de invasión es menor de 3 mm (comprobada mediante márgenes limpios en la biopsia de cono),[2] no se observa invasión vascular o de conductos linfáticos y la frecuencia de compromiso ganglionar es suficientemente baja, no es necesaria la disección de ganglios linfáticos en el momento de la histerectomía. La ooforectomía es opcional y se debe posponer en las mujeres jóvenes.

Opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadio IA2

Las opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadio IA2 son las siguientes:

Histerectomía radical modificada con linfadenectomía

Para las pacientes con invasión tumoral de 3 a 5 mm, se recomienda la disección de ganglios pélvicos con histerectomía radical modificada porque se notificó un riesgo de metástasis de ganglios linfáticos de hasta 10 %.[2] También se puede considerar la histerectomía radical con disección ganglionar para las pacientes con una profundidad de invasión tumoral incierta debido a tumor invasivo en los márgenes del cono.
Datos probatorios (cirugía abdominal abierta versus cirugía mínimamente invasiva [CMI]):
  1. En un ensayo aleatorizado multicéntrico internacional, el Laparoscopic Approach to Cervical Cancer (LACC [NCT00614211]) se exploró la eficacia de la histerectomía radical por cirugía abdominal abierta versus CMI para las pacientes con cáncer de cuello uterino en estadio temprano.[3] Los pacientes con enfermedad en estadios IA1 (con invasión del espacio linfovascular), IA2 y IB1, y con subtipos histológicos de carcinoma de células escamosas, adenocarcinoma o carcinoma adenoescamoso fueron aptas para la participación. El criterio principal de valoración fue la ausencia de inferioridad de la CMI en comparación con la cirugía abierta; el parámetro analizado fue el porcentaje de pacientes sin enfermedad 4,5 años después de la cirugía. Los criterios secundarios de valoración fueron comparaciones de las tasas de recidiva y supervivencia entre los dos grupos.
    Se planeó la inclusión de 740 pacientes, pero solo se inscribieron 632 hasta el momento de la interrupción prematura del estudio debido a un desequilibrio de las muertes entre los 2 grupos. De 631 pacientes aptas para participar, 319 se asignaron a CMI y 312 a cirugía abierta.
    • La supervivencia sin enfermedad (SSE) a 4,5 años fue de 86 % en el grupo de CMI y de 96,5 % en el grupo de cirugía abierta, una diferencia de 10,6 puntos porcentuales (intervalo de confianza [IC], 95 %, -16,4 a -4,7). A los 3 años, el grupo de CMI tuvo una SSE de 91,2 versus 97,1 % para el grupo de cirugía abierta (cociente de riesgos instantáneos [CRI] de recidiva o muerte, 3,74; IC 95 %, 1,63–8,58).
    • El grupo de CMI también tuvo una tasa de supervivencia general (SG) a 3 años más baja (SG, 93,8 vs. 99,0 % en el grupo de cirugía abierta; CRI de muerte por cualquier causa, 6,0; IC 95 %, 1,77–20,30).[3][Grado de comprobación: 1iiA]
    El estudio permitió concluir que no hay ausencia de inferioridad de la CMI en comparación con la cirugía abdominal abierta, y que la CMI no debería reemplazar la cirugía abdominal abierta como el abordaje estándar para las pacientes con cáncer de cuello uterino.
  2. En un estudio epidemiológico se utilizaron dos bases de datos numerosas de los Estados Unidos, la National Cancer Database (NCDB) y la Surveillance, Epidemiology, and End Results Database (SEER), y se confirmó una reducción de la SG en pacientes que de 2010 a 2013 se sometieron a una histerectomía radical mediante CMI para un cáncer de cuello uterino en estadio IA2 y estadio IB1. Además, entre las mujeres que se sometieron a histerectomía radical de 2000 a 2010, se presentó una disminución de la SG después de 2006, que coincide con la adopción generalizada de la CMI para el cáncer de cuello uterino.[4][Grado de comprobación: 3iA]
A pesar de que permanecen las dudas sobre el uso de la histerectomía radical mediante CMI para algunas subpoblaciones de pacientes con riesgo bajo, los datos de este ensayo indican que la cirugía abdominal abierta debería considerarse el tratamiento estándar para las pacientes con cáncer de cuello uterino en estadio temprano que son aptas para someterse a histerectomía radical.

Otras opciones de tratamiento

Traquelectomía radical

Las pacientes con enfermedad en estadios IA2 a IB que quieran conservar la capacidad reproductiva quizás cumplan los requisitos para someterse a una traquelectomía radical. Durante este procedimiento, se extirpan el cuello uterino y los tejidos laterales del parametrio, y se conservan el cuerpo del útero y los ovarios. En la mayoría de los centros, se utilizan los siguientes criterios de selección de las pacientes:
  • Deseo de embarazo en el futuro.
  • Edad menor de 40 años.
  • Enfermedad con presunto estadio IA2 a IB1 y tamaño de la lesión no mayor a 2 cm.
  • Imágenes por resonancia magnética preoperatorias que muestran un margen desde el borde más distal del tumor hasta el segmento uterino inferior.
  • Tipos de células escamosas, adenoescamosas o adenocarcinoma.
En el entorno intraoperatorio, la evaluación de la paciente es similar a la que se hace para una histerectomía radical y se interrumpe el procedimiento si se encuentra una enfermedad más avanzada que lo previsto. En el momento de la cirugía también se evalúan los márgenes de la pieza quirúrgica y se lleva a cabo una histerectomía radical si no se obtienen márgenes adecuados.[5-9]

Radioterapia intracavitaria

La radioterapia intracavitaria es una opción terapéutica cuando se indica tratamiento paliativo debido a otras afecciones y en las mujeres que no son aptas para cirugía.
Si la profundidad de invasión es menor de 3 mm, no se observa invasión del espacio capilar linfático, y la frecuencia de compromiso ganglionar es suficientemente baja, no se requiere radioterapia de haz externo. Se recomiendan 1 o 2 inserciones con tándem y ovoides de 6500 a 8000 mg horas (dosis de 100 a 125 Gy en la superficie vaginal).[10]

Ensayos clínicos en curso

Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
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  3. Ramirez PT, Frumovitz M, Pareja R, et al.: Minimally Invasive versus Abdominal Radical Hysterectomy for Cervical Cancer. N Engl J Med 379 (20): 1895-1904, 2018. [PUBMED Abstract]
  4. Melamed A, Margul DJ, Chen L, et al.: Survival after Minimally Invasive Radical Hysterectomy for Early-Stage Cervical Cancer. N Engl J Med 379 (20): 1905-1914, 2018. [PUBMED Abstract]
  5. Covens A, Shaw P, Murphy J, et al.: Is radical trachelectomy a safe alternative to radical hysterectomy for patients with stage IA-B carcinoma of the cervix? Cancer 86 (11): 2273-9, 1999. [PUBMED Abstract]
  6. Dargent D, Martin X, Sacchetoni A, et al.: Laparoscopic vaginal radical trachelectomy: a treatment to preserve the fertility of cervical carcinoma patients. Cancer 88 (8): 1877-82, 2000. [PUBMED Abstract]
  7. Plante M, Renaud MC, Hoskins IA, et al.: Vaginal radical trachelectomy: a valuable fertility-preserving option in the management of early-stage cervical cancer. A series of 50 pregnancies and review of the literature. Gynecol Oncol 98 (1): 3-10, 2005. [PUBMED Abstract]
  8. Shepherd JH, Spencer C, Herod J, et al.: Radical vaginal trachelectomy as a fertility-sparing procedure in women with early-stage cervical cancer-cumulative pregnancy rate in a series of 123 women. BJOG 113 (6): 719-24, 2006. [PUBMED Abstract]
  9. Wethington SL, Cibula D, Duska LR, et al.: An international series on abdominal radical trachelectomy: 101 patients and 28 pregnancies. Int J Gynecol Cancer 22 (7): 1251-7, 2012. [PUBMED Abstract]
  10. Grigsby PW, Perez CA: Radiotherapy alone for medically inoperable carcinoma of the cervix: stage IA and carcinoma in situ. Int J Radiat Oncol Biol Phys 21 (2): 375-8, 1991. [PUBMED Abstract]

Tratamiento del cáncer de cuello uterino en estadio IB y IIA

Opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadios IB y IIA

Las opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadio IB y estadio IIA son las siguientes:
El tamaño del tumor es un factor pronóstico importante y se deberá evaluar cuidadosamente al elegir el tratamiento óptimo.[1]
La radioterapia o la histerectomía radical con disección ganglionar bilateral producen tasas de curación de 85 a 90 % en mujeres con enfermedad de volumen bajo en estadios IA2 y IB1 según la Fédération Internationale de Gynécologie et d’Obstétrique (FIGO). La elección del tratamiento depende de factores relacionados con la paciente y de la pericia local disponible. En un ensayo aleatorizado se notificaron tasas idénticas de supervivencia general a 5 años (SG) y supervivencia sin enfermedad (SSE) cuando se comparó la radioterapia con la histerectomía radical.[2]
Para los tumores en estadio IB2 que expanden el cuello uterino más de 4 cm, el tratamiento primario debe ser quimioterapia y radioterapia simultáneas.[3]

Radioterapia con quimioterapia simultánea

La quimioterapia a base de cisplatino con radioterapia simultánea es el estándar de atención para las mujeres que necesitan radioterapia para el cáncer de cuello uterino.[4-10] En los protocolos de radioterapia para pacientes con cáncer de cuello uterino, tradicionalmente se usa una dosificación en 2 puntos anatómicos (punto A y punto B) para estandarizar las dosis recibidas. El punto A se define como 2 cm desde el orificio externo del cuello uterino y 2 cm en dirección lateral al conducto endocervical. El punto B también se encuentra a 2 cm desde el orificio externo del cuello uterino y a 5 cm en dirección lateral desde la línea media en relación con la pelvis ósea. En general, para los tumores más pequeños, la dosis con intención curativa dirigida al punto A es de alrededor de 70 Gy, mientras que para los tumores más grandes, las dosis dirigida al punto A se acerca a 90 Gy.
Datos probatorios (radiación con quimioterapia simultánea):
  1. En tres ensayos aleatorizados de fase III se observó una ventaja de SG para la terapia a base de cisplatino administrada de manera simultánea con radioterapia,[4-7] mientras que en otro ensayo en el que se examinó este régimen no se encontró beneficio.[8] Las poblaciones de pacientes en estos estudios incluyeron mujeres con cáncer de cuello uterino en estadios FIGO de IB2 a IVA tratadas con radioterapia primaria, y mujeres con enfermedad en estadios FIGO de I a IIA con factores pronósticos adversos, como enfermedad metastásica ganglionar pélvica, enfermedad paramétrica y compromiso de márgenes quirúrgicos, identificados en el momento de la cirugía primaria.
    • Aunque los ensayos con resultados favorables varían en cierta medida según el estadio de la enfermedad, la dosis de radiación y el programa de cisplatino y radiación, en los ensayos se demuestra un beneficio de supervivencia significativo con el uso del abordaje combinado.
    • El riesgo de muerte por cáncer de cuello uterino disminuyó en 30 a 50 % con el uso de quimiorradioterapia simultánea.
    • Estos resultados se confirmaron en otros ensayos.[9,10]
Braquiterapia
La radioterapia estándar para el cáncer de cuello uterino incluye braquiterapia después de la radioterapia de haz externo (RHE). Aunque la braquiterapia de dosis baja (LDR) por lo general con cesio Cs 137(137Cs) ha sido el abordaje tradicional, el uso de terapia de dosis altas (HDR), a menudo con iridio Ir 192, está en aumento rápido. La braquiterapia HDR ofrece ventajas como la eliminación de la exposición del personal médico a la radiación, un tiempo de tratamiento más corto, conveniencia para la paciente y mejora de la atención ambulatoria. La American Brachytherapy Society publicó pautas para el uso de la braquiterapia LDR y HDR como componentes del tratamiento del cáncer de cuello uterino.[11,12]
Datos probatorios (braquiterapia):
  1. En tres ensayos aleatorizados, la braquiterapia HDR fue comparable a la braquiterapia LDR en términos de control local regional y tasa de complicaciones.[13-15][Grado de comprobación: 1iiDii]
    Es posible que se indique el uso de cirugía después de la radioterapia en algunas pacientes con tumores limitados al cuello uterino que tienen respuesta incompleta a la radioterapia o con características anatómicas vaginales que imposibilitan la administración óptima de la braquiterapia.[16]
Enfermedad ganglionar pélvica
Es posible que la resección de ganglios pélvicos con compromiso macroscópico mejore las tasas de control local cuando se usa radioterapia posoperatoria.[17] Las pacientes sometidas a muestreo ganglionar extraperitoneal presentaron menos complicaciones intestinales que las sometidas a muestreo ganglionar transperitoneal.[18-20] Las pacientes con márgenes vaginales estrechos (<0,5 cm) también se pueden beneficiar de la radioterapia pélvica.[21]

Histerectomía radical y linfadenectomía pélvica bilateral, con radioterapia pélvica total y quimioterapia o sin estas

Es posible considerar la histerectomía radical y la linfadenectomía pélvica bilateral en las mujeres con enfermedad en estadios IB a IIA.
Datos probatorios (histerectomía radical y linfadenectomía pélvica bilateral con radioterapia pélvica total y quimioterapia o sin estas):
  1. Un grupo italiano asignó al azar a 343 mujeres con cáncer de cuello uterino en estadios IB y IIA a someterse a cirugía o a recibir radioterapia. La radioterapia incluyó RHE y una inserción LDR de 137Cs, con una dosis total de 70 a 90 Gy dirigida al punto A (mediana 76 Gy). Las pacientes en el grupo de cirugía se sometieron a histerectomía radical de clase III, linfadenectomía pélvica y disección selectiva de los ganglios linfáticos paraaórticos. Se administró radioterapia adyuvante a las pacientes que exhibieron características patológicas de riesgo alto en la pieza quirúrgica uterina o en los ganglios linfáticos comprometidos. La radioterapia adyuvante consistió en una dosis total de RHE de 50,4 Gy durante 5 a 6 semanas.[2][Grado de comprobación: 1iiA]
    • El criterio principal de valoración fue la SG a 5 años, con mediciones secundarias de la tasa de recidiva y complicaciones. Con una mediana de seguimiento de 87 meses, la SG fue de 83 % en ambos grupos (cociente de riesgos instantáneos [CRI], 1,2; intervalo de confianza [IC], 0,7–2,3; P = 0,8).
    • Las complicaciones fueron más altas en las pacientes que recibieron radioterapia adyuvante después de la cirugía.
    • En general, se debe evitar la histerectomía radical en pacientes que probablemente necesiten terapia adyuvante.
Datos probatorios (cirugía abdominal abierta versus cirugía mínimamente invasiva [CMI]):
  1. En un ensayo aleatorizado multicéntrico internacional, el Laparoscopic Approach to Cervical Cancer (LACC [NCT00614211]), se exploró la eficacia de la histerectomía radical por cirugía abdominal abierta versus CMI para las pacientes con cáncer de cuello uterino en estadio temprano.[22] Los pacientes con enfermedad en estadios IA1 (con invasión del espacio linfovascular), IA2 y IB1, y con subtipos histológicos de carcinoma de células escamosas, adenocarcinoma o carcinoma adenoescamoso fueron aptas para la participación. El criterio principal de valoración fue la ausencia de inferioridad de la CMI en comparación con la cirugía abierta; el parámetro analizado fue el porcentaje de pacientes sin enfermedad 4,5 años después de la cirugía. Los criterios secundarios de valoración fueron comparaciones de las tasas de recidiva y supervivencia entre los dos grupos.
    Se planeó la inclusión de 740 pacientes, pero solo se inscribieron 632 hasta el momento de la interrupción prematura del estudio debido a un desequilibrio de las muertes entre los 2 grupos. De 631 pacientes aptas para participar, 319 se asignaron a CMI y 312 a cirugía abierta.
    • La supervivencia sin enfermedad (SSE) a 4,5 años fue de 86 % en el grupo de CMI y de 96,5 % en el grupo de cirugía abierta, una diferencia de 10,6 puntos porcentuales (intervalo de confianza [IC], 95 %, -16,4 a -4,7). A los 3 años, el grupo de CMI tuvo una SSE de 91,2 versus 97,1 % para el grupo de cirugía abierta (cociente de riesgos instantáneos [CRI] de recidiva o muerte, 3,74; IC 95 %, 1,63–8,58).
    • El grupo de CMI también tuvo una tasa de supervivencia general (SG) a 3 años más baja (SG, 93,8 vs. 99,0 % en el grupo de cirugía abierta; CRI de muerte por cualquier causa, 6,0; IC 95 %, 1,77–20,30).[22][Grado de comprobación: 1iiA]
    El estudio permitió concluir que no hay ausencia de inferioridad de la CMI en comparación con la cirugía abdominal abierta, y que la CMI no debería reemplazar la cirugía abdominal abierta como abordaje estándar para las pacientes con cáncer de cuello uterino.
  2. En un estudio epidemiológico se utilizaron dos bases de datos numerosas de los Estados Unidos, la National Cancer Database (NCDB) y la Surveillance, Epidemiology, and End Results Database (SEER), y se confirmó una reducción de la SG en pacientes que de 2010 a 2013 se sometieron a una histerectomía radical mediante CMI para un cáncer de cuello uterino en estadio IA2 y estadio IB1. Además, entre las mujeres que se sometieron a histerectomía radical de 2000 a 2010, se presentó una disminución de la SG después de 2006, que coincide con la adopción generalizada de la CMI para el cáncer de cuello uterino.[23][Grados de comprobación: 3iA y 3iiiA]
A pesar de que permanecen las dudas sobre el uso de la histerectomía radical mediante CMI para algunas subpoblaciones de pacientes con riesgo bajo, los datos de este ensayo indican que la cirugía abdominal abierta debería considerarse el tratamiento estándar para las pacientes con cáncer de cuello uterino en estadio temprano que son aptas para someterse a histerectomía radical.
Radioterapia adyuvante posquirúrgica
A partir de las tasas de recidiva en ensayos clínicos previos, se definieron dos clases de riesgo de recidiva. Las pacientes con una combinación de tamaño tumoral grande, invasión del espacio linfático vascular e invasión estromal profunda en la pieza quirúrgica de la histerectomía tienen una enfermedad de riesgo intermedio. Estas pacientes son aptas para recibir RHE adyuvante.[24] Las pacientes que en el estudio patológico exhiben márgenes positivos, compromiso paramétrico o ganglionar tienen un riesgo alto de recidiva.
Datos probatorios (radioterapia adyuvante posquirúrgica):
  1. El Gynecologic Oncology Group (GOG) comparó la radioterapia adyuvante sola y la radioterapia con cisplatino y fluorouracilo (5-FU) después de una histerectomía radical en pacientes del grupo de riesgo alto. En el período posoperatorio, las pacientes eran aptas si en el estudio patológico exhibían una de las siguientes características: compromiso de parametrio, márgenes positivos o compromiso ganglionar. Las pacientes de ambos grupos recibieron 40 Gy dirigidos a la pelvis. Las pacientes en el grupo experimental también recibieron cisplatino (70 mg/m2) y una infusión de 5-FU durante 96 horas (1000 mg/m2/día cada 3 semanas durante 4 ciclos); los 2 primeros ciclos fueron simultáneos con la radioterapia.[6][Grado de comprobación: 1iiA]
    • Se evaluaron a 268 pacientes con un criterio principal de valoración de SG. Los resultados del estudio se notificaron temprano por los beneficios notificados en otros ensayos de cisplatino y radioterapia simultáneos.
    • Se calculó una supervivencia a 4 años de 81 % para la quimioterapia con radioterapia y de 71 % para la radioterapia sola (CRI, 1,96; P = 0,007).
    • Como era de esperar, los efectos tóxicos de grado 4 fueron más frecuentes en el grupo de quimioterapia y radioterapia, con predominio de toxicidad hematológica.
Se ha usado cirugía radical para lesiones pequeñas, pero la incidencia alta de factores patológicos que conducen a la radiación posoperatoria con quimioterapia o sin esta, hace que el abordaje más frecuente sea el uso de quimioterapia primaria y radiación simultánea en pacientes con tumores más grandes. Se debe considerar la radiación en dosis de 50 Gy durante 5 semanas acompañada de quimioterapia con cisplatino, y 5-FU o sin este en pacientes con riesgo alto de recidiva.
Enfermedad ganglionar paraórtica
Después de la estadificación quirúrgica, las pacientes que tienen enfermedad ganglionar paraaórtica con un volumen pequeño y enfermedad pélvica controlable se pueden curar con radioterapia pélvica y paraórtica.[25] El tratamiento de las pacientes en las que no se extirparon los ganglios paraaórticos mediante radioterapia de campo extendido y quimioterapia, conduce al control de la enfermedad a largo plazo cuando la enfermedad ganglionar por debajo de L3 es de volumen bajo (<2 cm).[18] En un estudio (RTOG-7920), se observó una ventaja de supervivencia en pacientes con tumores mayores de 4 cm que recibieron radioterapia dirigida a los ganglios paraaórticos sin indicios histológicos de enfermedad.[26] Los efectos tóxicos de la radioterapia paraaórtica fueron más altos que los de la radioterapia pélvica sola, pero se limitaron sobre todo a las pacientes sometidas antes a cirugía abdominopélvica.[26] La administración de radioterapia de intensidad modulada (RTIM) quizás reduzca al mínimo los efectos en el intestino delgado que suelen aparecer con este tratamiento.[27]

Otras opciones de tratamiento

Traquelectomía radical

Las pacientes con presunta enfermedad en estadio temprano que deseen conservar la capacidad reproductiva quizás sean aptas para una traquelectomía radical. Durante este procedimiento, se extirpan el cuello uterino y los tejidos laterales del parametrio, y se conservan el cuerpo del útero y los ovarios. La selección de pacientes difiere un poco entre los grupos; sin embargo, los criterios generales son los siguientes:
  • Deseo de embarazo en el futuro.
  • Edad menor de 40 años.
  • Enfermedad con presunto estadio IA2 a IB1 y tamaño de la lesión no mayor a 2 cm.
  • Imágenes por resonancia magnética preoperatorias que muestran un margen desde el borde más distal del tumor hasta el segmento uterino inferior.
  • Tipos de células escamosas, adenoescamosas o adenocarcinoma.
En el entorno intraoperatorio, la evaluación de la paciente es similar a la que se hace para una histerectomía radical y se interrumpe el procedimiento si se encuentra una enfermedad más avanzada que lo previsto. En el momento de la cirugía también se evalúan los márgenes de la pieza quirúrgica y se lleva a cabo una histerectomía radical si no se obtienen márgenes adecuados.[28-32]

Quimioterapia neoadyuvante

Varios grupos han investigado la función de la quimioterapia neoadyuvante para hacer que las pacientes que convencionalmente son aptas para quimiorradioterapia cumplan los requisitos para una cirugía radical.[33-37] Se utilizaron múltiples regímenes; sin embargo, en casi todos se utiliza el platino como fármaco principal. El ensayo aleatorizado más grande hasta ahora se notificó en 2001, el período de inclusión se completó antes de que el estándar de atención incluyera la adición de cisplatino a la radioterapia.[38] Como resultado, solo se administró radioterapia al grupo de control. Aunque hubo una mejora de la SG en el grupo experimental, los resultados no reflejan la práctica actual. En este estudio participaron pacientes con enfermedad en estadio IB a IVA, pero solo se observó mejoría en el grupo experimental de participantes con enfermedad en estadio temprano (estadios IB, IIA o IIB).
En el ensayo EORTC-55994 (NCT00039338), se asignó al azar a pacientes de cáncer de cuello uterino en estadios IB2, IIA2 y IIB a recibir quimiorradioterapia estándar o quimioterapia neoadyuvante (3 ciclos de cisplatino como fármaco principal), seguidas de evaluación para cirugía. Este ensayo tal vez defina si la quimioterapia neoadyuvante cumple una función para esta población de pacientes a partir de la SG como criterio principal de valoración.

Radioterapia sola

La radioterapia de haz externo dirigida a la pelvis combinada con dos o más aplicaciones de braquiterapia intracavitaria es un tratamiento adecuado en pacientes con lesiones en estadio IA2 y IB1. Para pacientes con lesiones en estadio IB2 y más grandes, se indica quimioterapia con radiosensibilizadores. No se ha probado la función de la quimioterapia con radiosensibilizadores en pacientes con lesiones en estadio IA2 y IB1. Sin embargo, es posible que sea beneficiosa en ciertos casos.

Radioterapia de intensidad modulada

La radioterapia de intensidad modulada (RTIM) es una técnica radioterapéutica que permite una dosificación conformada al sitio anatómico objetivo sin afectar el tejido circundante. En teoría, esta técnica debe disminuir los efectos tóxicos relacionados con la radioterapia, pero esto podría ser a costa de disminuir la eficacia si se excluye tejido que debería incluirse en el campo de tratamiento. Varias instituciones informaron sobre su experiencia con la RTIM para el tratamiento adyuvante posoperatorio de pacientes con enfermedad de riesgo intermedio y alto después de la cirugía radical.[39-41] El Radiation Therapy Oncology Group (RTOG) cerró la inscripción a un ensayo de fase II (RTOG-0418 [NCT00331760]) en el que se evalúa el uso de la RTIM en pacientes con cánceres de cuello uterino y de endometrio que necesitan radioterapia adyuvante.

Ensayos clínicos en curso

Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
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Tratamiento del cáncer de cuello uterino en estadios IIB, III y IVA

Opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadios IIB, III y IVA

El tamaño del tumor primario es un factor pronóstico importante y se debe evaluar minuciosamente al escoger el tratamiento óptimo.[1] La supervivencia y el control local son mejores si el compromiso paramétrico es unilateral en lugar de bilateral.[2] En los estudios de modelos de atención para pacientes en estadios IIIA y IIIB, se indica que la supervivencia depende de la extensión de la enfermedad; el compromiso unilateral de la pared pélvica pronostica un mejor desenlace que el compromiso bilateral que, a su vez, pronostica un mejor desenlace que el compromiso del tercio inferior de la pared vaginal.[2] En estos estudios también se reveló un aumento progresivo del control local y la supervivencia que fue paralelo a un aumento progresivo de la dosis paracentral (punto A) y el tratamiento intracavitario. La tasa más alta de control central se observó con una dosis paracentral (punto A) mayor de 85 Gy.[3]
La opción de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadio IIBestadio III y estadio IVA es la siguiente:

Radioterapia con quimioterapia simultánea

Se debe considerar decididamente la administración de radioterapia intracavitaria y radioterapia de haz externo (RHE) dirigida a la pelvis en combinación con cisplatino o cisplatino y fluorouracilo (5-FU).[5-12]
Datos probatorios (radioterapia con quimioterapia simultánea):
  1. En cinco ensayos aleatorizados de fase III, se observó una ventaja de supervivencia general (SG) de la terapia a base de cisplatino con radioterapia simultánea,[5-10] pero no se observó beneficio en un ensayo en el que se examinó este régimen.[13] Las poblaciones de pacientes en estos estudios incluyeron mujeres con cáncer de cuello uterino en estadios IB2 a IVA según la Fédération Internationale de Gynécologie et d’Obstétrique (FIGO) tratadas con radioterapia primaria, y mujeres con enfermedad en estadios de FIGO I a IIA con factores pronósticos adversos, como enfermedad metastásica ganglionar pélvica, enfermedad paramétrica y compromiso de márgenes quirúrgicos, identificados en el momento de la cirugía primaria.
    • Aunque los ensayos con resultados favorables varían en cierta medida según el estadio de la enfermedad, la dosis de radiación y el programa de cisplatino y radiación, en los ensayos se demuestra un beneficio de supervivencia significativo con el uso del abordaje combinado.
    • El riesgo de muerte por cáncer de cuello uterino disminuyó en 30 a 50 % con el uso de quimiorradioterapia simultánea.
Datos probatorios (radioterapia intracavitaria de dosis bajas vs. dosis altas):
  1. Aunque la braquiterapia de dosis baja (LDR) por lo general con cesio Cs 137 ha sido el abordaje tradicional, el uso de terapia de dosis altas (HDR), a menudo con iridio Ir 192, está en aumento rápido. La braquiterapia HDR ofrece ventajas como la eliminación de la exposición del personal médico a la radiación, un tiempo de tratamiento más corto, conveniencia para la paciente y mejora de la atención ambulatoria. La American Brachytherapy Society publicó pautas para el uso de la braquiterapia LDR y HDR como componente del tratamiento del cáncer de cuello uterino.[14,15]
  2. En tres ensayos aleatorizados, la braquiterapia HDR fue comparable a la braquiterapia LDR en términos de control local regional y tasa de complicaciones.[16-18][Grado de comprobación: 1iiDii]
  3. En un intento por mejorar la quimiorradioterapia estándar, en un ensayo aleatorizado de fase III el uso de gemcitabina, cisplatino y radioterapia simultánea seguida de gemcitabina y cisplatino adyuvantes (grupo experimental) se comparó con el uso de cisplatino y radioterapia simultánea (quimiorradiación estándar) en pacientes con cáncer de cuello uterino en estadios IIB a IVA.[19][Grado de comprobación: 1iiA] Se inscribieron 515 pacientes de 9 países. El programa de tratamiento para el grupo experimental fue cisplatino (40 mg/m2) y gemcitabina (125 mg/m2) semanal durante 6 semanas con RHE simultánea (50,4 Gy en 28 fracciones), seguida de braquiterapia (30–35 Gy en 96 horas) y, luego, 2 ciclos de 21 días de cisplatino adyuvante (50 mg/m2) el día 1, y gemcitabina (1000 mg/m2) los días 1 y 8. El programa de tratamiento para el grupo estándar fue cisplatino (40 mg/m2) semanal durante 6 semanas con RHE simultánea y braquiterapia, como se describió para el grupo experimental.
    • El criterio principal de valoración fue la supervivencia sin progresión (SSP) a los 3 años; sin embargo, en el estudio se encontró una mejora de la SSP a 3 años en el grupo experimental (74,4 %, intervalo de confianza [IC] 95 %, 68–79,8 vs. 65,0 %; IC 95 %, 58,5–70,7 %); SSP general (cociente de riesgos instantáneos [CRI], 0,68, IC 95 %, 0,49–0,95) y SG (CRI, 0,68, IC 95 %, 0,49–0,95). Las pacientes del grupo experimental tuvieron un mayor número de efectos tóxicos hematológicos y no hematológicos de grado 3 o 4, y es posible que 2 muertes en el grupo experimental estuvieran relacionadas con el tratamiento.
    En un análisis de subgrupos se observó un aumento del beneficio en las pacientes con enfermedad en un estadio más alto (estadios III–IVA vs. estadio IIB), que justifica el aumento de la toxicidad del protocolo experimental en estas pacientes.[20] Se necesita más investigación para determinar qué aspecto del grupo experimental condujo a la mejora de la supervivencia (es decir, la adición de gemcitabina semanal, la quimioterapia adyuvante, o ambas) y para medir la calidad de vida durante el tratamiento y después de este, un aspecto que se omitió en el protocolo.
Como parte de un ensayo clínico multinacional grande, en estos momentos se evalúa la adición de quimioterapia adyuvante después de la quimiorradioterapia. En el ensayo OUTBACK (NCT01414608) se asigna al azar a mujeres a recibir cisplatino (40 mg/m2 semanal por 5 dosis) con radioterapia dirigida a toda la pelvis (quimiorradioterapia estándar) con quimiorradioterapia estándar o sin esta, y carboplatino adyuvante (ABC 5, paclitaxel 155 mg/m2).

Tratamiento de los ganglios linfáticos

Las pacientes que se estadifican mediante cirugía como parte de un ensayo clínico y en quienes se encuentra una enfermedad ganglionar paraórtica de volumen pequeño con enfermedad pélvica controlable quizás se curen con radioterapia pélvica y paraórtica.[21] En las pacientes que no se sometieron a resección de ganglios paraaórticos, el tratamiento con radioterapia de campo extendido y quimioterapia conduce al control de la enfermedad a largo plazo cuando la enfermedad ganglionar por debajo de L3 es de volumen bajo (<2 cm).[22] En un estudio (RTOG-7920), se observó una ventaja de supervivencia en pacientes que recibieron radioterapia dirigida a los ganglios paraaórticos sin indicios histológicos de enfermedad.[23] Los efectos tóxicos son más frecuentes con la radioterapia paraórtica que con la radioterapia pélvica sola, pero se limitaron, en su mayoría, a las pacientes sometidas antes a cirugía abdominopélvica.[23]
Si se tiene previsto usar RHE después de la cirugía, el muestreo de los ganglios linfáticos extraperitoneales se relaciona con menos complicaciones de la radioterapia que si usa un abordaje transperitoneal.[24] Las pacientes sometidas a muestreo ganglionar extraperitoneal presentaron menos complicaciones intestinales que las sometidas a muestreo ganglionar transperitoneal.[22,24,25]
Es posible que la resección de ganglios pélvicos con compromiso macroscópico mejore las tasas de control local cuando se usa radioterapia posoperatoria.[26] Además, los datos prospectivos apuntan a una mejora de los desenlaces de las pacientes que se someten a una resección de los ganglios linfáticos paraaórticos comprometidos antes de recibir la quimiorradioterapia con intención curativa; sin embargo, solo se beneficiaron las pacientes con compromiso ganglionar mínimo (<5 mm).[27]

Otras opciones de tratamiento

Braquiterapia intersticial

Para las pacientes que completan la RHE y tienen enfermedad de cuello uterino con gran masa tumoral que supone una restricción anatómica para la braquiterapia estándar, se ha utilizado la braquiterapia intersticial para administrar dosis tumoricidas suficientes con un perfil tóxico aceptable.[28]

Quimioterapia neoadyuvante

Varios grupos han investigado la función de la quimioterapia neoadyuvante para hacer que las pacientes que convencionalmente son aptas para quimiorradioterapia cumplan los requisitos para una cirugía radical.[29-33] Se utilizaron múltiples regímenes; sin embargo, en casi todos se utiliza el platino como fármaco principal. El ensayo aleatorizado más grande hasta ahora se notificó en 2001, el período de inclusión se completó antes de que el estándar de atención incluyera la adición de cisplatino a la radioterapia.[34] Como consecuencia, aunque hubo una mejora de la SG en el grupo experimental, los resultados no reflejan la práctica actual. En este estudio participaron pacientes con enfermedad en estadio IB a IVA, pero solo se observó mejoría en el grupo experimental de participantes con enfermedad en estadio temprano (estadios IB, IIA o IIB).
En el ensayo EORTC-55994 (NCT00039338), se asignó al azar a pacientes de cáncer de cuello uterino en estadios IB2, IIA2 y IIB a recibir quimiorradioterapia estándar o quimioterapia neoadyuvante (3 ciclos de cisplatino como fármaco principal), seguidas de evaluación para cirugía. Este ensayo tal vez defina si la quimioterapia neoadyuvante cumple una función para esta población de pacientes a partir de la SG como criterio principal de valoración.

Ensayos clínicos en curso

Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Bibliografía
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  30. Ferrandina G, Distefano MG, De Vincenzo R, et al.: Paclitaxel, epirubicin, and cisplatin (TEP) regimen as neoadjuvant treatment in locally advanced cervical cancer: long-term results. Gynecol Oncol 128 (3): 518-23, 2013. [PUBMED Abstract]
  31. Zanaboni F, Grijuela B, Giudici S, et al.: Weekly topotecan and cisplatin (TOPOCIS) as neo-adjuvant chemotherapy for locally-advanced squamous cervical carcinoma: Results of a phase II multicentric study. Eur J Cancer 49 (5): 1065-72, 2013. [PUBMED Abstract]
  32. Manci N, Marchetti C, Di Tucci C, et al.: A prospective phase II study of topotecan (Hycamtin®) and cisplatin as neoadjuvant chemotherapy in locally advanced cervical cancer. Gynecol Oncol 122 (2): 285-90, 2011. [PUBMED Abstract]
  33. Gong L, Lou JY, Wang P, et al.: Clinical evaluation of neoadjuvant chemotherapy followed by radical surgery in the management of stage IB2-IIB cervical cancer. Int J Gynaecol Obstet 117 (1): 23-6, 2012. [PUBMED Abstract]
  34. Benedetti-Panici P, Greggi S, Colombo A, et al.: Neoadjuvant chemotherapy and radical surgery versus exclusive radiotherapy in locally advanced squamous cell cervical cancer: results from the Italian multicenter randomized study. J Clin Oncol 20 (1): 179-88, 2002. [PUBMED Abstract]

Tratamiento del cáncer de cuello uterino en estadio IVB

Opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadio IVB

Las opciones de tratamiento estándar del cáncer de cuello uterino en estadio IVB son las siguientes:

Radioterapia paliativa

Es posible usar radioterapia para la paliación de la enfermedad central o las metástasis a distancia.

Quimioterapia paliativa y otra terapia sistémica

Múltiples fármacos producen tasas de respuesta objetiva; no obstante, las respuestas duraderas son poco frecuentes.
Los fármacos que se utilizan para el tratamiento del cáncer de cuello uterino en estadio IVB se presentan en el Cuadro 6.
Cuadro 6. Fármacos utilizados para el tratamiento del cáncer de cuello uterino en estadio IVB
Nombre del fármacoTasa de respuesta
Cisplatino [1,2]15–25 %
Ifosfamida [3]31 %
Paclitaxel [4-6]17 %
Ifosfamida o cisplatino [7,8]31 %
Irinotecán [9]21 % en pacientes tratadas antes con quimioterapia
Paclitaxel o cisplatino [10]46 %
Cisplatino o gemcitabina [11]41 %
Cisplatino o topotecán [12]27 %

Cisplatino en combinación con otros fármacos

El cisplatino en monoterapia administrado por vía intravenosa en dosis de 50 mg/m² cada 3 semanas es el régimen más usado para el tratamiento del cáncer de cuello uterino recidivante desde que el medicamento se lanzó al mercado en la década de 1970.[2] Hace poco el GOG notificó sobre los ensayos aleatorizados secuenciales de quimioterapia combinada para el cáncer de cuello uterino en estadio IVB recidivante o persistente.[8,12-16]
Datos probatorios (cisplatino combinado con otros fármacos):
  1. GOG-110, GOG-0179, GOG-0169:
    • GOG-110: la combinación de ifosfamida y cisplatino fue superior al cisplatino solo para el criterio de valoración secundario de tasa de respuesta, pero a costa de un aumento de la toxicidad.
    • GOG-0179: la combinación doble de cisplatino y topotecán (CT) produjo una ventaja significativa de supervivencia general (SG) en comparación con el cisplatino solo; esto condujo a que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos aprobara esta indicación para el topotecán. Sin embargo, el cisplatino solo no tuvo buenos resultados en este ensayo porque hasta 40 % de las pacientes había recibido cisplatino al inicio como radiosensibilizador.[12]
    • GOG-0169: asimismo, la combinación de paclitaxel y cisplatino (PC) fue superior en las tasas de respuesta y la supervivencia sin progresión (SSP), y su toxicidad fue similar a la de la monoterapia, excepto para las pacientes con estado funcional 2 del GOG (escala: 0, asintomático hasta 4, totalmente postrado en cama). En consecuencia, se eligió PC para el grupo de referencia en el ensayo GOG-0204 (NCT00064077).
  2. En el GOG-0204 se inscribieron 513 pacientes y se compararon 4 regímenes dobles a base de cisplatino. El ensayo se cerró de forma anticipada porque fue improbable que alguno de los grupos experimentales lograra una reducción significativa del cociente de riesgos instantáneos de muerte en relación con el régimen PC:[16]
    • 1,15 (intervalo de confianza [IC] 95 %, 0,79–1,67) para la vinorelbina con cisplatino (VC).
    • 1,32 (IC 95 %, 0,91–1,92) para la gemcitabina con cisplatino.
    • 1,27 (IC 95 %, 0,90–1,78) para CT. La tendencia de las tasas de respuesta, la SSP y la SG favorecieron el régimen CT.
    • Las pacientes de los grupos del estudio presentaron diferentes grados de neutropenia, infección y alopecia,[16] pero no hubo diferencias en la calidad de vida relacionada con la salud durante el tratamiento en ninguno de los grupos.[17] Sin embargo, el régimen PC produjo más efectos secundarios neurológicos.
  3. El estudio GOG-0240 (NCT00803062) se diseñó para responder a las siguientes dos preguntas:[18]
    • ¿Puede una combinación sin platino producir mejoría en comparación con el régimen estándar de cisplatino y paclitaxel en esta población tratada antes con cisplatino durante la radioterapia?
    • ¿Puede la adición de bevacizumab mejorar la quimioterapia combinada en pacientes con cáncer de cuello uterino en estadio IVB, persistente o recidivante?
    Las pacientes se asignaron al azar a los siguientes 4 grupos de tratamiento:
    • Cisplatino (50 mg/m2) y paclitaxel (135 mg/m2 o 175 mg/m2) el día 1 (PC).
    • PC y bevacizumab (15mg/kg) el día 1.
    • Topotecán (0,75 mg/m2) los días 1–3 y paclitaxel (175 mg/m2) el día 1 (PT).
    • PT y bevacizumab (15mg/kg) el día 1.
    Los métodos de estudio adicionales y los resultados fueron los siguientes:
    • El criterio principal de valoración fue la SG y 452 pacientes fueron evaluables.
    • La combinación PT no fue superior a la PC y se calculó un cociente de riesgos instantáneos (CRI) para la muerte de 1,2 (IC 99 %, 0,82–1,76). La exposición previa al platino no afectó este resultado.
    • La adición de bevacizumab a la quimioterapia combinada produjo una mejora de la SG: 17 meses para la quimioterapia con bevacizumab versus 13,3 meses para la quimioterapia sola (CRI, 0,71, IC 98 %, 0,54–0,95) y SSP extendida: 8,2 meses para la quimioterapia con bevacizumab versus 5,9 meses para la quimioterapia sola (CRI, 0,67, IC 95 %, 0,54–0,82).
    • La adición de bevacizumab se toleró bien y no se observaron diferencias en la calidad de vida entre los dos grupos.
    • Fue más probable que las pacientes tratadas con bevacizumab presentaran fistulas de grado 3 o más (6 vs. 0 %) y episodios tromboembólicos de grado 3 o más (8 vs. 1 %) en comparación con las pacientes tratadas con quimioterapia sola.
    • Como consecuencia, se puede considerar la adición de bevacizumab para esta población de pacientes.

Opciones de tratamiento en evaluación clínica para el cáncer de cuello uterino en estadio IVB

Las opciones de tratamiento en evaluación clínica para el cáncer de cuello uterino en estadio IVB son las siguientes:
  1. Nuevos fármacos anticancerosos en ensayos clínicos de fase I y fase II.

Ensayos clínicos en curso

Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
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Tratamiento del cáncer de cuello uterino recidivante

Opciones de tratamiento del cáncer de cuello uterino recidivante

A excepción de la inmunoterapia, que ha proporcionado una supervivencia sin enfermedad prolongada, es poco probable que otras opciones de tratamiento produzcan resultados curativos y se aplican en su mayoría con fines paliativos.
Las opciones de tratamiento del cáncer de cuello uterino recidivante son las siguientes:

Inmunoterapia

Pembrolizumab
La experiencia favorable con el inhibidor del punto de control dirigido a la proteína de muerte celular programada 1 (PD-1), pembrolizumab, condujo a que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobara este medicamento a partir del ensayo de fase II KEYNOTE-158 (NCT02628067) de mujeres con cáncer de cuello uterino recidivante o metastásico que tenían tumores con expresión superior o igual a 1 para el ligando 1 de muerte programada (PD-L1) (puntuación positiva combinada [CPS], >1).
  1. El ensayo KEYNOTE-028 (NCT02054806) fue una ampliación de la cohorte de la fase 1b anterior sobre el inhibidor de punto de control inmunitario anti-PD-1, pembrolizumab, que incluyó a 24 pacientes, todas excepto una con carcinoma de células escamosas.[1]
    • La tasa de respuesta general fue de 17 % (IC 95 %, 5–37 %), y 4 pacientes alcanzaron una respuesta parcial confirmada.
    • En 18 pacientes se observaron efectos adversos relacionados con el fármaco en estudio, entre estos solo el exantema (n = 5; 21 %) y la fiebre (n = 4; 17 %) se produjeron en 10 % o más de las pacientes.
    • En 5 pacientes se presentaron efectos adversos de grado 3 relacionados con el tratamiento que incluyeron la neutropenia, el exantema, la colitis, el síndrome de Guillain-Barré y la proteinuria.
    Los hallazgos del análisis preliminar de 47 pacientes de la fase II que condujeron a que la FDA aprobara el pembrolizumab, se presentaron en forma de resumen;[2] se actualizaron en el prospecto del envase de KeytrudaNotificación de salida
  2. El ensayo KEYNOTE-158 (NCT02628067) fue multicéntrico no aleatorizado con 98 pacientes de cáncer de cuello uterino recidivante o metastásico que recibieron el fármaco en dosis de 200 mg intravenosos cada 3 semanas hasta que se presentó toxicidad inaceptable o progresión de la enfermedad.[3] Se realizó otro análisis de 77 pacientes cuyos tumores expresaban PD-L1 (CPS >1); 92 % exhibían un tipo histológico de células escamosas.
    • La tasa de respuesta general en las pacientes positivas para PD-L1 fue de 16 % (IC 95 %, 8,8–25,9 %) con 3 remisiones completas y 10 remisiones parciales; 17 pacientes se mantuvieron estables.
    • La mediana de la supervivencia sin progresión fue de 2,1 meses y la supervivencia general fue de 9,4 meses en estas pacientes que exhibieron el marcador.
    • Se observaron efectos adversos relacionados con el tratamiento en 65 % de las pacientes; los más frecuentes fueron el hipotiroidismo (10,2 %), la disminución del apetito (9,2 %), la fatiga (9,2 %) y la diarrea (8,2 %).[3][Grado de comprobación: 2Diii]
  3. Se publicó la experiencia en una serie de casos de 11 pacientes en los que 2 pacientes presentaron respuestas parciales y otras 2 pacientes presentaron estabilización de la enfermedad a raíz del tratamiento con pembrolizumab.[4]
  4. En el ensayo CheckMate 358Notificación de salida (NCT02488759), que se divulgó en forma de resumen, se probó el nivolumab (240 mg IV cada 2 semanas) en 19 pacientes con cáncer de cuello uterino y en 5 pacientes con otros tumores de vagina y vulva relacionados con virus.[5]
    • Se observó 1 respuesta completa y 4 respuestas parciales en las pacientes con cáncer de cuello uterino; la mediana de SSC fue de 5,5 meses.

Radioterapia y quimioterapia

La radioterapia y la quimioterapia (fluorouracilo con mitomicina o sin esta) curan 40 a 50 % de las pacientes que recidivan en la pelvis después de una cirugía radical inicial.[6]

Quimioterapia paliativa y otra terapia sistémica

Es posible usar quimioterapia con fines paliativos. Los fármacos que se utilizan para la quimioterapia paliativa se presentan en el Cuadro 7.
Cuadro 7. Fármacos utilizados para el tratamiento del cáncer de cuello uterino recidivante
Nombre del fármacoTasa de respuesta
Cisplatino [7]15–25 %
Ifosfamida [8,9]15–30 %
Paclitaxel [10]17 %
Irinotecán [11]21 % en pacientes tratadas antes con quimioterapia
Bevacizumab [12]11 %; 24 % sobrevivió sin progresión durante por lo menos 6 meses como se observó en el ensayo GOG-0227C (NCT00025233)
Ifosfamida o cisplatino [13,14]31 %
Paclitaxel o cisplatino [15]46 %
Cisplatino o gemcitabina [16]41 %
Cisplatino o topotecán [17]27 %
Cisplatino o vinorelbina [18]30 %
Cisplatino combinado con otros fármacos
El cisplatino en monoterapia administrado por vía intravenosa en dosis de 50 mg/m² cada 3 semanas es el régimen más usado para el tratamiento del cáncer de cuello uterino recidivante desde que el medicamento se lanzó al mercado en la década de 1970.[7] De manera más reciente, el GOG notificó sobre los ensayos aleatorizados secuenciales de quimioterapia combinada para el cáncer de cuello uterino en estadio IVB recidivante o persistente.[14,17,19-22]
Datos probatorios (cisplatino combinado con otros fármacos):
  1. GOG-110, GOG-0179, GOG-0169 (NCT00803062)
    • GOG-110: la combinación de ifosfamida y cisplatino fue superior al cisplatino solo para el criterio de valoración secundario de tasa de respuesta, pero a costa de un aumento de la toxicidad.
    • GOG-0179: la combinación doble de cisplatino y topotecán (CT) produjo una ventaja significativa de supervivencia general (SG) en comparación con el cisplatino solo; esto condujo a que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos aprobara esta indicación para el topotecán. Sin embargo, el cisplatino solo no tuvo buenos resultados en este ensayo porque hasta 40 % de las pacientes había recibido cisplatino al inicio como radiosensibilizador.[17]
    • GOG-0169: de manera similar, la combinación de paclitaxel y cisplatino (PC) fue superior en las tasas de respuesta y SSP, y su toxicidad fue similar a la de la monoterapia, excepto para las pacientes con estado funcional 2 del GOG (escala: 0, asintomático hasta 4, totalmente postrado en cama). En consecuencia, se eligió paclitaxel y cisplatino (PC) para el grupo de referencia en el ensayo GOG-0204 (NCT00064077).
  2. En el GOG-0204 se inscribieron 513 pacientes y se compararon 4 regímenes dobles a base de cisplatino. El ensayo se cerró de forma anticipada porque fue improbable que alguno de los grupos experimentales lograra una reducción significativa del cociente de riesgos instantáneos de muerte en relación con el régimen PC:[22]
    • 1,15 (intervalo de confianza [IC] 95 %, 0,79–1,67) para la vinorelbina con cisplatino (VC).
    • 1,32 (IC 95 %, 0,91–1,92) para la gemcitabina con cisplatino.
    • 1,27 (IC 95%, 0,90–1,78) para CT. La tendencia de las TR, la SSP y la SG favorecieron al régimen CT.
    • Las pacientes de los grupos del estudio presentaron diferentes grados de neutropenia, infección y alopecia,[22] pero no hubo diferencias en la calidad de vida relacionada con la salud durante el tratamiento en ninguno de los grupos.[23] Sin embargo, el régimen PC produjo más efectos secundarios neurológicos.
  3. GOG-0240 (NCT00803062) se diseñó para responder las siguientes dos preguntas:[24]
    • ¿Puede una combinación sin platino producir mejoría en comparación con el régimen estándar de cisplatino y paclitaxel en esta población tratada antes con cisplatino durante la radioterapia?
    • ¿Puede la adición de bevacizumab mejorar la quimioterapia combinada en pacientes con cáncer de cuello uterino en estadio IVB, persistente o recidivante?
    Las pacientes se asignaron al azar a los siguientes 4 grupos de tratamiento:
    • Cisplatino (50 mg/m2) y paclitaxel (135 mg/m2 o 175 mg/m2) el día 1 (PC).
    • PC y bevacizumab (15mg/kg) el día 1.
    • Topotecán (0,75 mg/m2) los días 1–3 y paclitaxel (175 mg/m2) el día 1 (PT).
    • PT y bevacizumab (15mg/kg) el día 1.
    Los métodos de estudio adicionales y los resultados fueron los siguientes:
    • El criterio principal de valoración fue la SG y 452 pacientes fueron evaluables.
    • La combinación PT no fue superior a la PC y se calculó un cociente de riesgos instantáneos (CRI) para la muerte de 1,2 (IC 99 %, 0,82–1,76). La exposición previa al platino no afectó este resultado.
    • La adición de bevacizumab a la quimioterapia combinada produjo una mejora de la SG: 17 meses para la quimioterapia con bevacizumab versus 13,3 meses para la quimioterapia sola (CRI, 0,71, IC 98 %, 0,54–0,95) y SSP extendida: 8,2 meses para la quimioterapia con bevacizumab versus 5,9 meses para la quimioterapia sola (CRI, 0,67, IC 95 %, 0,54–0,82).
    • La adición de bevacizumab se toleró bien y no se observaron diferencias en la calidad de vida entre los dos grupos.
    • Fue más probable que las pacientes tratadas con bevacizumab presentaran fistulas de grado 3 o más (6 vs. 0 %) y episodios tromboembólicos de grado 3 o más (8 vs. 1 %) en comparación con las pacientes tratadas con quimioterapia sola.
    • Como consecuencia, se puede considerar la adición de bevacizumab para esta población de pacientes.

Exenteración pélvica

No se dispone de un tratamiento estándar para pacientes con cáncer de cuello uterino recidivante que se diseminó más allá de los límites de un campo de radiación o cirugía. Para la enfermedad que recidiva localmente, la exenteración pélvica quizás conduzca a una tasa de supervivencia a 5 años de 32 a 62 % en determinadas pacientes.[25,26] Estas pacientes cumplen los requisitos para participar en ensayos clínicos en los que se prueban combinaciones de fármacos o nuevos fármacos antineoplásicos.

Opciones de tratamiento en evaluación clínica para el cáncer de cuello uterino recidivante

Las opciones de tratamiento en evaluación clínica para el cáncer de cuello uterino recidivante son las siguientes:
  1. Nuevos fármacos anticancerosos en ensayos clínicos de fase I y fase II.

Ensayos clínicos en curso

Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Bibliografía
  1. Frenel JS, Le Tourneau C, O'Neil B, et al.: Safety and Efficacy of Pembrolizumab in Advanced, Programmed Death Ligand 1-Positive Cervical Cancer: Results From the Phase Ib KEYNOTE-028 Trial. J Clin Oncol 35 (36): 4035-4041, 2017. [PUBMED Abstract]
  2. Schellens J, Marabelle A, Zeigenfuss S, et al.: Pembrolizumab for previously treated advanced cervical squamous cell cancer: Preliminary results from the phase 2 KEYNOTE-158 study. [Abstract] J Clin Oncol 35:15, A-5514, 2017.
  3. Chung HC, Schellens JHM, Delord JP, et al.: Pembrolizumab treatment of advanced cervical cancer: updated results from the phase 2 KEYNOTE-158 study. [Abstract] J Clin Oncol 36 (Suppl 18): A-5522, 2018.
  4. Kranawetter M, Röhrich S, Müllauer L, et al.: Activity of Pembrolizumab in Recurrent Cervical Cancer: Case Series and Review of Published Data. Int J Gynecol Cancer 28 (6): 1196-1202, 2018. [PUBMED Abstract]
  5. Hollebecque A, Meyer T, Moore K: An open-label, multicohort, phase I/II study of nivolumab in patients with virus-associated tumors (CheckMate 358): Efficacy and safety in recurrent or metastatic (R/M) cervical, vaginal, and vulvar cancers. [Abstract] J Clin Oncol 35:15, A-5504, 2017.
  6. Thomas GM, Dembo AJ, Black B, et al.: Concurrent radiation and chemotherapy for carcinoma of the cervix recurrent after radical surgery. Gynecol Oncol 27 (3): 254-63, 1987. [PUBMED Abstract]
  7. Thigpen JT, Blessing JA, DiSaia PJ, et al.: A randomized comparison of a rapid versus prolonged (24 hr) infusion of cisplatin in therapy of squamous cell carcinoma of the uterine cervix: a Gynecologic Oncology Group study. Gynecol Oncol 32 (2): 198-202, 1989. [PUBMED Abstract]
  8. Coleman RE, Harper PG, Gallagher C, et al.: A phase II study of ifosfamide in advanced and relapsed carcinoma of the cervix. Cancer Chemother Pharmacol 18 (3): 280-3, 1986. [PUBMED Abstract]
  9. Sutton GP, Blessing JA, McGuire WP, et al.: Phase II trial of ifosfamide and mesna in patients with advanced or recurrent squamous carcinoma of the cervix who had never received chemotherapy: a Gynecologic Oncology Group study. Am J Obstet Gynecol 168 (3 Pt 1): 805-7, 1993. [PUBMED Abstract]
  10. McGuire WP, Blessing JA, Moore D, et al.: Paclitaxel has moderate activity in squamous cervix cancer. A Gynecologic Oncology Group study. J Clin Oncol 14 (3): 792-5, 1996. [PUBMED Abstract]
  11. Verschraegen CF, Levy T, Kudelka AP, et al.: Phase II study of irinotecan in prior chemotherapy-treated squamous cell carcinoma of the cervix. J Clin Oncol 15 (2): 625-31, 1997. [PUBMED Abstract]
  12. Monk BJ, Sill MW, Burger RA, et al.: Phase II trial of bevacizumab in the treatment of persistent or recurrent squamous cell carcinoma of the cervix: a gynecologic oncology group study. J Clin Oncol 27 (7): 1069-74, 2009. [PUBMED Abstract]
  13. Buxton EJ, Meanwell CA, Hilton C, et al.: Combination bleomycin, ifosfamide, and cisplatin chemotherapy in cervical cancer. J Natl Cancer Inst 81 (5): 359-61, 1989. [PUBMED Abstract]
  14. Omura GA, Blessing JA, Vaccarello L, et al.: Randomized trial of cisplatin versus cisplatin plus mitolactol versus cisplatin plus ifosfamide in advanced squamous carcinoma of the cervix: a Gynecologic Oncology Group study. J Clin Oncol 15 (1): 165-71, 1997. [PUBMED Abstract]
  15. Rose PG, Blessing JA, Gershenson DM, et al.: Paclitaxel and cisplatin as first-line therapy in recurrent or advanced squamous cell carcinoma of the cervix: a gynecologic oncology group study. J Clin Oncol 17 (9): 2676-80, 1999. [PUBMED Abstract]
  16. Burnett AF, Roman LD, Garcia AA, et al.: A phase II study of gemcitabine and cisplatin in patients with advanced, persistent, or recurrent squamous cell carcinoma of the cervix. Gynecol Oncol 76 (1): 63-6, 2000. [PUBMED Abstract]
  17. Long HJ, Bundy BN, Grendys EC, et al.: Randomized phase III trial of cisplatin with or without topotecan in carcinoma of the uterine cervix: a Gynecologic Oncology Group Study. J Clin Oncol 23 (21): 4626-33, 2005. [PUBMED Abstract]
  18. Morris M, Blessing JA, Monk BJ, et al.: Phase II study of cisplatin and vinorelbine in squamous cell carcinoma of the cervix: a Gynecologic Oncology Group study. J Clin Oncol 22 (16): 3340-4, 2004. [PUBMED Abstract]
  19. Tewari KS, Monk BJ: Gynecologic oncology group trials of chemotherapy for metastatic and recurrent cervical cancer. Curr Oncol Rep 7 (6): 419-34, 2005. [PUBMED Abstract]
  20. Moore DH, Blessing JA, McQuellon RP, et al.: Phase III study of cisplatin with or without paclitaxel in stage IVB, recurrent, or persistent squamous cell carcinoma of the cervix: a Gynecologic Oncology Group study. J Clin Oncol 22 (15): 3113-9, 2004. [PUBMED Abstract]
  21. Tewari KS, Monk BJ: Recent achievements and future developments in advanced and recurrent cervical cancer: trials of the Gynecologic Oncology Group. Semin Oncol 36 (2): 170-80, 2009. [PUBMED Abstract]
  22. Monk BJ, Sill MW, McMeekin DS, et al.: Phase III trial of four cisplatin-containing doublet combinations in stage IVB, recurrent, or persistent cervical carcinoma: a Gynecologic Oncology Group study. J Clin Oncol 27 (28): 4649-55, 2009. [PUBMED Abstract]
  23. Cella D, Huang HQ, Monk BJ, et al.: Health-related quality of life outcomes associated with four cisplatin-based doublet chemotherapy regimens for stage IVB recurrent or persistent cervical cancer: a Gynecologic Oncology Group study. Gynecol Oncol 119 (3): 531-7, 2010. [PUBMED Abstract]
  24. Tewari KS, Sill MW, Long HJ, et al.: Improved survival with bevacizumab in advanced cervical cancer. N Engl J Med 370 (8): 734-43, 2014. [PUBMED Abstract]
  25. Alberts DS, Kronmal R, Baker LH, et al.: Phase II randomized trial of cisplatin chemotherapy regimens in the treatment of recurrent or metastatic squamous cell cancer of the cervix: a Southwest Oncology Group Study. J Clin Oncol 5 (11): 1791-5, 1987. [PUBMED Abstract]
  26. Tumors of the cervix. In: Morrow CP, Curtin JP: Synopsis of Gynecologic Oncology. 5th ed. New York, NY: Churchill Livingstone, 1998, pp 107-151.

Cáncer de cuello uterino durante el embarazo

Durante el embarazo, no se justifica el tratamiento de lesiones preinvasivas del cuello uterino, ni siquiera del carcinoma in situ, aunque se recomienda que un especialista haga una colposcopia para excluir la posibilidad de cáncer invasivo.

Diagnóstico

El tratamiento del cáncer de cuello uterino invasivo durante el embarazo depende de la extensión de la enfermedad y la edad gestacional en el momento del diagnóstico. Las pacientes se deberán someter a una biopsia si es necesario y se obtendrán imágenes para establecer la extensión de la enfermedad y tomar decisiones más fundadas. Cuando se indique, la modalidad de imagen más apropiada durante el embarazo son las imágenes por resonancia magnética.

Tratamiento de la enfermedad en estadio I

El embarazo no altera la evolución del cáncer de cuello uterino. En consecuencia, en ciertos casos, las pacientes pueden optar por posponer el tratamiento hasta que se reduzcan al mínimo sus efectos en el embarazo. Es posible considerar esta estrategia en las pacientes con los subtipos histológicos más comunes y menos malignos: escamoso, adenocarcinoma y adenoescamoso. Debido al riesgo de progresión de la enfermedad, las pacientes con subtipos de riesgo alto, como los tumores de células pequeñas o los tumores neuroendocrinos, se deben asesorar sobre el tratamiento inmediato a pesar de los efectos sobre el feto.
Las pacientes con enfermedad en estadio temprano (IA) se pueden someter de manera inocua a tratamientos que conserven la capacidad reproductiva, como la conización del cuello uterino o la traquelectomía radical, cuando se indiquen. El momento óptimo para este procedimiento es en el segundo trimestre, antes de la viabilidad fetal. Algunos autores han indicado esperar hasta el fin del embarazo para iniciar el tratamiento.[1] En las pacientes con enfermedad IA2 y IB, es posible que diferir el tratamiento también sea inocuo, pero debido al riesgo de diseminación linfática, se debe comprobar primero el estado de los ganglios linfáticos. La mejor manera de determinar el estado ganglionar es por métodos quirúrgicos de disección ganglionar laparoscópica o abierta, que se puede realizar de forma inocua hasta alrededor de las 20 semanas de embarazo.[2,3] En las pacientes sin diseminación linfática, una opción es esperar la viabilidad fetal para iniciar el tratamiento. A las pacientes con compromiso ganglionar se les debe aconsejar que inicien un tratamiento inmediato.

Tratamiento de la enfermedad en estadios II, III y IV

Por lo general, no es aceptable que las pacientes con enfermedad en estadio II o más alto aguarden por la viabilidad fetal.[4] El estándar de atención para las pacientes con compromiso ganglionar es quimioterapia y radioterapia. Este tratamiento es tóxico para el feto y, si no se hace una transposición ovárica, los ovarios no funcionarán después del tratamiento. El feto se debe evacuar antes de iniciar la radiación. Cuando esto no es posible, por lo general, la radiación provoca el aborto espontáneo entre 3 y 5 semanas después del inicio del tratamiento.

Quimioterapia neoadyuvante

Se ha ofrecido quimioterapia neoadyuvante a las pacientes con enfermedad localmente avanzada, como forma de iniciar el tratamiento mientras se mantiene el embarazo.[1] La mayoría de los fármacos quimioterapéuticos se pueden iniciar de manera inocua durante el segundo trimestre del embarazo y más tarde; el efecto secundario más común es una restricción leve del crecimiento fetal. Se notificó la restricción del crecimiento en un número relativamente pequeño de pacientes y se carece de datos sobre los desenlaces a largo plazo para estas mujeres; en consecuencia, se debe considerar con cautela esta estrategia. La mayoría de los pacientes en los informes se sometieron al tratamiento estándar (cirugía o radiación) después completar su embarazo.
Bibliografía
  1. Morice P, Uzan C, Gouy S, et al.: Gynaecological cancers in pregnancy. Lancet 379 (9815): 558-69, 2012. [PUBMED Abstract]
  2. Alouini S, Rida K, Mathevet P: Cervical cancer complicating pregnancy: implications of laparoscopic lymphadenectomy. Gynecol Oncol 108 (3): 472-7, 2008. [PUBMED Abstract]
  3. Favero G, Chiantera V, Oleszczuk A, et al.: Invasive cervical cancer during pregnancy: laparoscopic nodal evaluation before oncologic treatment delay. Gynecol Oncol 118 (2): 123-7, 2010. [PUBMED Abstract]
  4. Hunter MI, Tewari K, Monk BJ: Cervical neoplasia in pregnancy. Part 2: current treatment of invasive disease. Am J Obstet Gynecol 199 (1): 10-8, 2008. [PUBMED Abstract]

Modificaciones a este sumario (12/12/2019)

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El Consejo editorial del PDQ sobre el tratamiento para adultos, cuya función editorial es independiente del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), revisa con regularidad este sumario y, en caso necesario, lo actualiza. Este sumario refleja una revisión bibliográfica independiente y no constituye una declaración de la política del Instituto Nacional del Cáncer ni de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH).
Cada mes, los miembros de este Consejo examinan artículos publicados recientemente para determinar si se deben:
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Los cambios en los sumarios se deciden mediante consenso, una vez que los integrantes del Consejo evalúan la solidez de los datos probatorios en los artículos publicados y determinan la forma en que se incorporarán al sumario.
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Se sugiere citar la referencia bibliográfica de este sumario del PDQ de la siguiente forma:
PDQ® sobre el tratamiento para adultos. PDQ Tratamiento del cáncer de cuello uterino. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/cuello-uterino/pro/tratamiento-cuello-uterino-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.
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