Con el objetivo de proteger a los pacientes ingresados y al personal sanitario de los riesgos de la infección por SARS Cov -2 y asegurar la actividad asistencial vital, la Asociación Española de Cirujanos (AEC) ha redactado una serie de posicionamientos para guiar la práctica clínica de los cirujanos durante la crisis sanitaria del Covid19
Uno de estos posicionamientos se refiere a la actuación de los servicios de cirugía en zonas de alta afectación por el virus. En estos casos, algunas de las recomendaciones pasan por la suspensión de toda la actividad quirúrgica programada (incluyendo CMA, ambulantes y patología benigna) no oncológica (pudiéndose individualizar algunos casos) y priorización caso a caso de los casos oncológicos (sopesar mortalidad Covid19 frente a mortalidad oncológica, sobretodo en pacientes de alto riesgo). Asimismo, se dará preferencia a los enfermos que no precisen ingreso en UCI tras cirugía.
Respecto a la propia hospitalización, desde la AEC se informa de la obligatoriedad de llevar mascarilla quirúrgica en todo el entorno hospitalario y uso guantes tanto en pacientes con o sin síntomas respiratorios. En cuanto a pacientes ingresados por Covid19 , la  valoración se realizará por un solo cirujano y con las medidas de protección establecidas por la entidad correspondiente.
En cuanto a consultas externas, la AEC llama a la suspensión o reprogramación, previa revisión del caso del cirujano responsable, y la valoración individual de los casos oncológicos, siguiendo las directrices de cada centro.  Asimismo, se pide valorar medios telemáticos.
Sobre las guardias, se recomienda designar por servicio un coordinador de guardias, de tal manera que diariamente chequeará las bajas de la lista de guardias y de la lista de contingencias. Cada servicio tendrá un listado de las guardias semanalmente y otro listado paralelo, con las contingencias.
Intervenciones quirúrgicas
Por otra parte, la AEC recuerda que la afectación extra-respiratoria por COVID-19 es muy poco frecuente y suele restringirse a síntomas inespecíficos (náuseas, vómitos, molestias epigástricas…) y muy excepcionalmente hepatotoxicidad fundamentalmente por algunos de los tratamientos empleados.
Así, como en otras circunstancias en las que los cirujanos han tenido que tratar a pacientes con enfermedades altamente transmisibles o con tasas de letalidad muy elevadas, la AEC, está de acuerdo en que el cirujano debe atender a todo paciente potencialmente quirúrgico y aunque idealmente dicha atención debería efectuarse por equipos voluntarios, la magnitud del brote actual dificulta en extremo tal medida, así como la derivación de casos a centros de referencia. No obstante, insisten en que la situación actual no excluye de la obligación por parte de las autoridades de dar soporte logístico y proveer a los cirujanos de todo el material necesario para llevar a cabo intervenciones quirúrgicas en las presentes circunstancias.
En caso de un paciente confirmado positivo, lo que plantea este documento es que se debería utilizar un Equipo de Protección Individual (EPI) bajo la indumentaria quirúrgica para asegurar la adecuada protección del personal de quirófano. En casos no confirmados, pero con alta sospecha clínica, se debería asumir que son positivos y tomar las mismas medidas de protección para evitar una exposición innecesaria del personal.
Es fundamental que el equipo quirúrgico al completo haya realizado entrenamiento previo en colocación y retirada de EPIs antes de realizar un procedimiento real. Es asimismo muy importante la colaboración de todos los miembros del equipo quirúrgico entre sí, concluyen.