El Covid-19, como cualquier infección, produce una sobrecarga para el corazón. Por eso, “si un paciente presenta una enfermedad previa como, por ejemplo, insuficiencia cardiaca, el corazón empeorará su funcionamiento”, explica el Dr. Juan Cosín, presidente de la Asociación de Cardiología Clínica de la SEC. Esto puede producir una congestión o acumulo de líquido en los pulmones, “lo que complicará la respiración y probablemente el curso de la infección respiratoria, aumentando las probabilidades de complicaciones”.
Además de sobrecargar el corazón, también se sabe que la infección por coronavirus puede producir un daño directo infeccioso e inflamatorio sobre el músculo cardiaco. “Es lo que conocemos como miocarditis, que dependiendo de la afectación puede empeorar la función de la bomba del corazón y empeorar el pronóstico del paciente”, detalla el Dr. Cosín.
En la actualidad se desconoce si tener una enfermedad cardiaca facilitaría el contagio, aunque no parece probable. “Lo que sí sabemos es que las personas con enfermedades cardiacas pueden tener peor pronóstico”, asegura el cardiólogo. En concreto, un artículo que acaba de publicar The Lancet sobre los primeros casos de Covid-19 en China, indica que en el grupo de pacientes que sufrieron un desenlace fatal padecían más frecuentemente patologías como la hipertensión arterial, diabetes mellitus o cardiopatía isquémica.
No obstante, cuando analizaron todos los factores en conjunto, la edad avanzada continua siendo el factor que más se relaciona con un pronóstico adverso. “Están inmunodeprimidos debido a su edad lo que, junto a la existencia de una enfermedad crónica cardiaca, hace que tengan más riesgo de desarrollar complicaciones a nivel pulmonar como neumonía simple o neumonía bilateral y, por tanto, más riesgo de morir de distrés respiratorio”, asegura el Dr. Carlos Macaya, presidente de la Fundación Española del Corazón (FEC).
Respecto a la adherencia a ciertos tratamientos antihipertensivos, el Dr. Cosín explica que “últimamente se han difundido por redes sociales noticias relacionadas con el posible efecto perjudicial de determinados fármacos usados en el tratamiento de la hipertensión arterial y de la insuficiencia cardiaca (inhibidores de la enzima conversora de angiotensina-ÍECA, y de los antagonistas del receptor de angiotensina-ARA) en personas infectadas por el Covid-19. Esta hipótesis proviene de observaciones efectuadas durante la antigua epidemia del SARS causada por otro coronavirus distinto al Covid-19”.
Tal y como apunta en un comunicado oficial el “Council on Hypertension” de la Sociedad Europea de Cardiología, “no existe evidencia que apoye el efecto perjudicial de los IECA y ARA en el contexto de este brote pandémico de Covid-19”, aclara el especialista, “por lo que no existe evidencia actual para recomendar su suspensión y los pacientes deben continuar tomándolos. No olvidemos que los IECAS Y ARA2 han demostrado numerosos beneficios cardiovasculares.