La hipertensión en la edad adulta aumenta el riesgo de problemas cognitivos, según han evidenciado investigadores de la Universidad Northwestern – Tel Aviv (Estados Unidos) en un estudio que publican en la revista ‘Circulation’.
La hipertensión afecta desde los vasos sanguíneos  hasta el riñón, y desde la vista hasta la función sexual. Entre los mayores, la hipertensión en la edad adulta también se asocia con un deterioro cognitivo como resultado de la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro, así como con accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y movilidad reducida.
En este sentido, en el estudio se han analizado a 200 personas de 24 años, comprobando que los efectos nocivos de la presión arterial elevada en la estructura y función del cerebro comienzan en la edad adulta temprana, lo que, a juicio de los expertos, muestra la necesidad de realizar medidas desde la edad adulta temprana.
Además, el estudio sugiere que el deterioro de la marcha puede ser un sello distintivo anterior al daño cerebral de déficit cognitivo causado por hipertensión “La presión arterial acumulada más alta se asoció con una velocidad al caminar más lenta, una longitud de paso más pequeña y una mayor variabilidad de la marcha. Una presión arterial acumulada más alta también se asoció con un rendimiento cognitivo más bajo en los dominios ejecutivo, de memoria y global”, afirman los expertos.