El estado de alerta ha sido más duro emocionalmente para las mujeres, las personas jóvenes hasta 35 años, y aquellos que han necesitado ayuda psicológica en el pasado. Pese a ello, el 8 por ciento de los españoles afirma necesitar un psicólogo para afrontar las secuelas del confinamiento. Así lo manifiesta el Estudio Sanitas sobre bienestar emocional durante el confinamiento.
Según esta encuesta casi la mitad de los encuestados considera que el confinamiento ha sido muy duro a nivel emocional. Pese a ello, tan solo un 3 por ciento afirma haber recurrido a algún profesional para abordar la situación. Un 10 por ciento declara arrepentirse por no haber hecho uso de esta ayuda, pese a necesitar un psicólogo.
El estudio de Sanitas también revela que la preocupación por el bienestar emocional ha aumentado en la población. Casi la mitad de los encuestados considera que la salud mental es igual de importante que la física. Dos de cada diez afirman que el bienestar emocional es incluso más importante que el físico. A pesar de ello, los mayores de 50 años continúan siendo el sector de la población más reticente a pedir ayuda psicológica.

Multiplicación de las consultas al psicólogo

Más allá de la percepción de la población, el Estudio Sanitas también ha analizado las visitas al psicólogo. Así, durante el estado de alarma las videoconsultas de psicología se han multiplicado por 13.
Mientras que en abril de 2019 se registraban 369 consultas digitales, en el mismo mes de este año se superaban las 4.900 videoconsultas. La situación ha generado episodios de estrés y ansiedad derivados del miedo, la preocupación por los familiares y la imposibilidad de visitar a seres queridos. “Durante el estado de alarma las videoconsultas se han visto multiplicadas”, señala Grecia de Jesús, psicóloga de Blua de Sanitas.
Los temas más comunes eran derivados por la situación generada por la COVID-19 y el estado de alarma. Miedo, ansiedad, y preocupación por los familiares eran los temas más recurrentes entre los pacientes.