Un total de 108 profesionales han valorado indicadores de calidad para el dolor agudo en el entorno hospitalario. De esta valoración se ha publicado el ‘Consenso sobre indicadores de calidad en el abordaje del dolor agudo hospitalario’. El mismo ha sido avalado por la Fundación Grünenthal, la Sociedad Española de Calidad Asistencial (SECA) y la Sociedad Española del Dolor (SED).
Entre estos indicadores de calidad para el dolor agudo hospitalario, el consenso destaca los relacionados con el control del dolor postquirúrgico intenso durante el ingreso en reposo. Otros giraban en torno a la satisfacción de los pacientes con el tratamiento recibido para el dolor. También sobre la evaluación del dolor como quinta constante vital y los pacientes con dolor controlados al alta.
En cuanto a las conclusiones, los participantes en este estudio han puesto de manifiesto el déficit en la medición de la mayoría de los indicadores. Sin embargo, destacan los relacionados con el dolor como quinta constante y la oferta de epidural como aquellos que se miden en mayor proporción. Aún así solo se utilizan en la mitad de los servicios o centros.
Igualmente, los profesionales sanitarios observan muchas dificultades para medir los indicadores de efectos secundarios de la analgesia. Lo mismo ocurre con los tiempos para recibir la misma en el área de urgencias. Igual con el cumplimiento de protocolo contra el dolor en la reducción de fracturas cerradas en niños.

Indicadores de calidad según los expertos

Emilio Ignacio García, profesor de Gestión Sanitaria y Calidad Asistencial de la Universidad de Cádiz y uno de los coordinadores del estudio, ha explicado del desarrollo del documento.  “El trabajo se ha realizado con una revisión de la literatura científica relacionada con el dolor agudo y mediante reuniones de consenso con un grupo de profesionales expertos”. Así se definieron el conjunto de indicadores de calidad para el dolor agudo hospitalario. Posteriormente, ese conjunto de indicadores fue priorizado mediante técnica Delphi por 108 profesionales clínicos y de gestión que manejan pacientes con dolor en su labor clínica.
Pese a todo ello, Ignacio se mostraba de acuerdo con “pilotar esos indicadores en una muestra representativa de centros del país, para conocer sus niveles y proponer estrategias de mejora”. De esta forma se dispondría de datos cuantificados de la totalidad de áreas que deben ser abordadas en relación con este problema.