lunes, 13 de agosto de 2012

Los cambios producidos en el cerebro tras tener la nariz taponada protegen el olfato - DiarioMedico.com

Los cambios producidos en el cerebro tras tener la nariz taponada protegen el olfato - DiarioMedico.com

Publicado en 'Nature Neuroscience'

Los cambios producidos en el cerebro tras tener la nariz taponada protegen el olfato

El cerebro es capaz de adaptarse a la falta de olfato provocada por el taponamiento de la nariz con el fin de mantener el correcto funcionamiento del sentido, según un estudio publicado en Nature Neuroscience.
Redacción   |  13/08/2012 13:39


"Se necesita la información sensorial para que el cerebro pueda actualizar la información del olfato", afirma Keng Nei Wu, estudiante de neurociencia de la Universidad de Northwestern (Illinois, Estados Unidos) y autor del estudio.

"Cuando los agujeros de la nariz se bloquean, el cerebro se adapta a la falta de información para evitar que el sistema se rompa. El cerebro compensa la falta de información hasta que el sentido del olfato vuelva a funcionar, manteniendo el buen funcionamiento".

Para la investigación, los científicos bloquearon los agujeros de la nariz de 14 participantes durante una semana mientras vivían en una habitación de hospital preparada con un bajo nivel de olor. Por la noche, los participantes podían respirar con normalidad mientras dormían.

Tras la privación del olfato, los investigadores demostraon que se producía un incremento de la actividad de la corteza prefrontal orbital y un descenso de la actividad de la corteza piriforme, dos regiones relacionadas con el sentido del olfato.

Cuando la respiración normal era restaurada, las personas podían oler con normalidad inmediatamente. Tras una semana de experimento, la respuesta del cerebro a los olores había vuelto a los niveles previos a las pruebas, lo que indica que la privación de olor era rapidamente reversible.

Este rápido cambio en el sistema olfativo puede deberse, como sugiere Wu, a una mayor agilidad del sentido ya que la privación de olor debido a una infección viral o alergia es común.

"El descubrimiento implica también que la privación tiene un impacto significativo en el cerebro, más que únicamente en la nariz", explica Wu. "Un mayor conocimiento sobre cómo el sistema reacciona a la privación de corto plazo podría ofrecer nuevos enfoques sobre cómo tratar este problema en un contexto crónico".

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