Natividad López, Félix Gutiérrez, Mar Masiá y Sergio Padilla, de la Unidad de Infecciosas del Hospital de Elche, y autores del estudio que se publica en Antiviral Therapy.
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ESPAÑA
PRODUCE NIVELES MÁS BAJOS DE ADIPONECTINA
La lipodistrofia eleva el riesgo CV en infección VIH
Conocer que un paciente con infección por VIH tiene problemas vasculares es de gran utilidad para evitar la prescripción de fármacos que produzcan lipodistrofia y para actuar sobre otros factores de riesgo.Pilar Laguna. Murcia - Viernes, 23 de Abril de 2010 - Actualizado a las 00:00h.
La función endotelial está alterada en pacientes infectados por el VIH que tienen lipodistrofia, lo que se asocia con un mayor riesgo cardiovascular independiente de los factores clásicos. El hallazgo precoz de una lesión endotelial puede predecir el riesgo de episodios cardiovasculares.
Así concluye un trabajo del grupo de investigación de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital de Elche, que demuestra por primera vez que la lipodistrofia se asocia con mayor daño del endotelio vascular que podría desencadenar alteraciones cardiovasculares.
Otra de las conclusiones apunta a la necesidad de administrar a los pacientes con infección VIH tratamientos antirretrovirales que no provoquen alteraciones de la grasa corporal y también a un mejor control de los factores de riesgo cardiovascular en los pacientes con lipodistrofia. Hasta ahora existían pocos datos sobre la relación entre los cambios en la distribución de la grasa corporal y el riesgo cardiovascular en pacientes con infección VIH.
En el estudio se han detectado varios biomarcadores proateroescleróticos que sustentan el incremento de riesgo cardiovascular de la lipodistrofia. A pesar de que se desconocen los mecanismos por los que la alteración de la distribución de la grasa daña la función endotelial, los resultados sugieren una relación con las adipocinas.
Se ha visto que los enfermos con lipodistrofia presentaban los niveles más bajos de adiponectina, una adipocina anti-aterogénica, mientras que aparecen aumentadas la interleucina-6, el PAI-1 y el VCAM-1, todas ellas moléculas proateroscleróticas.
Datos relacionados"Los resultados del estudio de la disfunción y el de los biomarcadores son muy concordantes", explica Mar Masiá, directora del estudio, que se publica en Antiviral Therapy con la colaboración de investigadores del Instituto de Salud Carlos III y del Departamento de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández, de Elche. "Queríamos saber si la presencia de alteraciones en la distribución de la grasa corporal, que es una de las complicaciones de los fármacos antirretrovirales, puede asociarse con alteraciones vasculares que favorezcan la progresión de la ateroesclerosis, y para ello hemos estudiado el paso más precoz, que es la alteración de la función del endotelio vascular".
Para medir esa función, los investigadores han utilizado un método poco accesible en la práctica clínica, una ecografía braquial que permite calibrar la vasodilatación dependiente del endotelio a través de la medición del diámetro de la arteria en situación basal y también tras un periodo de cinco minutos de isquemia. "Al eliminar la isquemia hay un aumento del flujo sanguíneo que produce una dilatación de la arteria. Un minuto después obtenemos la medida del vaso sanguíneo, que en situación normal tiene que haber aumentado entre un 5 y un 10 por ciento respecto de la situación inicial. Los pacientes que no dilatan son los que tienen la disfunción endotelial que puede ser el inicio de un proceso ateroesclerótico".
En el estudio han participado 110 pacientes infectados por VIH, de los que 55 padecen lipodistrofia. Es en este último grupo donde la vasodilatación fue mucho más baja y donde se presume un mayor riesgo cardiovascular.
Según Masiá, conocer que un paciente con infección VIH tiene lesiones vasculares es útil para no administrarle fármacos que produzcan lipodistrofia, y para actuar de forma más enérgica sobre los restantes factores de riesgo.
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