Describen el papel de los endocannabinoides en el metabolismo energético
(14/03/2012) - E.P.
Se conocía su papel fundamental en la regulación de la energía celular pero esta es la primera vez que se sabe el lugar donde se desarrolla el proceso
El farmacólogo Daniele Piomelli, y sus colaboradores, han logrado crear un estado hipermetabólico manipulando las neuronas del prosencéfalo en modelos experimentales para limitar la producción del endocannabinoide 2-AG. El cerebro de los mamíferos contienen 2-AG que ayuda a controlar la actividad de los circuitos neuronales implicados en la disipación de energía. Como resultado, estos individuos modificados comían más y se movían menos que los sujetos control, pero no ganaron peso, incluso cuando fueron alimentados con una dieta alta en grasas. Además, no presentaron signos de síndrome que aumenta el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular y diabetes. El hallazgo ha sido publicado en 'Cell Metabolism'.
"Descubrimos que el modelo manipulado era resistente a la obesidad, ya que quemaba las calorías de las grasas con más eficacia que los sujetos normales", explica el neurocientífico Piomelli, quien añade que "sabíamos que los endocannabinoides juegan un papel fundamental en la regulación de las células de energía, pero esta es la primera vez que encontramos el lugar donde se desarrolla este proceso".
Los endocannabinoides se encuentran de forma natural en el organismo, y comparten una estructura química similar al THC, el principal componente psicoactivo del cannabis. Se unen a los receptores de moléculas de proteínas, llamados receptores de canabinoides, en la superficie de las células. Debido a que los endocannabinoides controlan una amplia variedad de factores, como el dolor, el estado de ánimo y el apetito, son objetivos atractivos para el descubrimiento y desarrollo de fármacos. Piomelli, uno de los principales investigadores, experto en endocannabinoides, está demostrando con sus investigaciones que este sistema puede ser explotado mediante nuevos tratamientos para combatir la ansiedad, el dolor, la depresión y la obesidad.
En concreto, el modelo manipulado del estudio adelgazaba debido a que su grasa parda se volvió hiperactiva, convirtiéndose en calor a un ritmo mucho más rápido que en los sujetos control.
Según Piomelli, aun queda mucho camino para conseguir el fármaco perfecto contra la obesidad, ya que en el estudio, los individuos se criaron con células cerebrales manipuladas para limitar la producción de 2-AG, y no se puede hacer lo mismo con humanos. Según el científico, para producir los efectos deseados, se tendría que crear un medicamento que bloquee la producción de 2-AG en el cerebro, algo que aun no es posible hacer.
"Descubrimos que el modelo manipulado era resistente a la obesidad, ya que quemaba las calorías de las grasas con más eficacia que los sujetos normales", explica el neurocientífico Piomelli, quien añade que "sabíamos que los endocannabinoides juegan un papel fundamental en la regulación de las células de energía, pero esta es la primera vez que encontramos el lugar donde se desarrolla este proceso".
Los endocannabinoides se encuentran de forma natural en el organismo, y comparten una estructura química similar al THC, el principal componente psicoactivo del cannabis. Se unen a los receptores de moléculas de proteínas, llamados receptores de canabinoides, en la superficie de las células. Debido a que los endocannabinoides controlan una amplia variedad de factores, como el dolor, el estado de ánimo y el apetito, son objetivos atractivos para el descubrimiento y desarrollo de fármacos. Piomelli, uno de los principales investigadores, experto en endocannabinoides, está demostrando con sus investigaciones que este sistema puede ser explotado mediante nuevos tratamientos para combatir la ansiedad, el dolor, la depresión y la obesidad.
En concreto, el modelo manipulado del estudio adelgazaba debido a que su grasa parda se volvió hiperactiva, convirtiéndose en calor a un ritmo mucho más rápido que en los sujetos control.
Según Piomelli, aun queda mucho camino para conseguir el fármaco perfecto contra la obesidad, ya que en el estudio, los individuos se criaron con células cerebrales manipuladas para limitar la producción de 2-AG, y no se puede hacer lo mismo con humanos. Según el científico, para producir los efectos deseados, se tendría que crear un medicamento que bloquee la producción de 2-AG en el cerebro, algo que aun no es posible hacer.
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