OPS y CDC presentan guía de preparación y respuesta ante la eventual introducción del virus chikungunya |
En los últimos cinco años, cientos de personas que han viajado desde las Américas hacia Asia y África se infectaron con el virus chikungunya. Aunque en la actualidad no existe una transmisión autóctona de este virus en las Américas, los expertos estiman que hay un riesgo claro de que se introduzca en las poblaciones locales de mosquitos vectores. Una transmisión autóctona significa que las poblaciones de mosquitos que residen en las Américas podrían infectarse con el virus y comenzar a transmitirlo a las personas que estén en el área.
Entre 2006 y 2010 se detectaron 106 casos confirmados por laboratorio o probables de chikungunya en viajeros que regresaban a Estados Unidos, frente a sólo tres casos reportados entre 1995 y 2005. Desde 2004, el virus de chikungunya ha causado brotes masivos y sostenidos en Asia y África, donde más de 2 millones de personas han sido infectadas, con tasas de hasta 68% en ciertas áreas. Debido al movimiento de viajeros, se registraron transmisiones a nivel local en áreas donde antes no se había encontrado el virus, como en el norte de Italia y el sur de Francia. Se han reportado nueve casos en los territorios franceses de las Américas desde 2006 (tres en Martinica, tres en Guadalupe y tres en Guayana Francesa). Hasta el momento, ninguno de los casos relacionados con viajes ocasionó una transmisión local, pero estos casos documentan un riesgo continuo de introducción y posible transmisión sostenida del CHIKV en las Américas, según los expertos.
El nombre “chikungunya”, de origen makonde, significa “aquel que se encorva”. Aunque la enfermedad rara vez puede causar la muerte, el dolor en las articulaciones puede durar meses o años para algunas personas. No existe un tratamiento específico ni una vacuna comercialmente disponible para prevenir la infección de este virus. Se transmite a través de la picadura de mosquitos tales como el Aedes aegypti y el Aedes albopictus. El Aedes aegypti, que también puede transmitir dengue y la fiebre amarilla, está presente en las zonas tropicales y subtropicales de las Américas. El Aedes albopictus se encuentra en áreas más templadas en las Américas, y está esparcido en los estados del sudeste y en la costa este de Estados Unidos.
“La amplia distribución de vectores competentes, sumada a la falta de exposición al virus de la población americana, pone a la región en riesgo de introducción y diseminación del virus”, advierten en el prólogo de esta guía los doctores Otavio Oliva, Asesor para Enfermedades Virales de la OPS, José Luis San Martín, Asesor para Dengue de la OPS, y Roger S. Nasci, Jefe de la Sección de Enfermedades Arbovirales de los CDC.
“Los viajeros infectados con chikungunya continúan trayendo el virus a las Américas, incluyendo a Estados Unidos”, dijo Nasci. “Esta guía provee toda la información necesaria para desarrollar un plan regional comprehensivo para detectar rápidamente y, esperemos, reducir el impacto potencial del virus chikungunya en el continente”, añadió.
“Sólo a través de una acción coordinada y fuerte ante una posible introducción de este virus, podemos esperar evitar que se establezca una transmisión local”, afirmó el doctor Oliva.
Para acceder a la guía “Preparación y Respuesta ante la eventual introducción del virus chikungunya”, puede visitar este enlace.
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